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Canet de Mar y Juego de Tronos: "Blood of my Blood"

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Samwell Tarly (John Bradley-West) no destaca por su valentía, fiereza y dotes de combate. Su talento reside en otras disciplinas más intelectuales. Decidido a sacar mayor partido a las mismas, obtiene el beneplácito del Lord Comandante Jon Snow (Kit Harington) para abandonar la Guardia de la Noche temporalmente y viajar a la Ciudadela de Antigua, en el suroeste de Poniente, donde aprenderá lo necesario para convertirse en Maestre y poder así ayudar a sus compañeros desde el conocimiento científico y místico.

Sam viaja al sur con Gilly (Hanna Murray), la muchacha salvaje a la que salvó de la exterminación a manos de los Caminantes Blancos, y su pequeño hijo, fruto de la relación incestuosa que mantenía con el impío Craster (Robert Pugh).  Entre Sam y Gilly ha surgido una relación que va mucho más allá de la amistad. La joven salvaje se ha enamorado del corazón noble de Sam. Confía totalmente en él y le apoya en cada una de sus decisiones.

Sabiendo que en la Ciudadela las mujeres no están admitidas, Sam decide hacer una parada en el camino y regresar a su hogar ancestral, Colina Cuerno (Horn Hill). Situada geográficamente en el Dominio, entre Altojardín (Highgarden) y Antigua (Oldtown), la fortaleza está regida por la familia Tarly desde hace varios siglos. El Dominio es conocido por sus fértiles tierras y su gran número de habitantes. La casa Tyrell de Altojardín ostenta el control burocrático y estratégico de la región.


Sin embargo, Sam no pudo disfrutar de su papel como heredero de tan brillante linaje puesto que su padre renegó de él por su gordura, cobardía y falta de habilidad en la caza y el combate. Por consiguiente, decidió enviarle al Muro para que la Guardia de la Noche lidiara con su torpeza. Pensaba que quizá, en las peores condiciones, Sam sacaría valores escondidos que le harían merecedor de la nobleza que caracteriza a la familia.

Ante la autoridad de un padre tan despótico, Sam nunca habría vuelto a Colina Cuerno pero la seguridad de Gilly es demasiado importante para él y por ello decide volver para dejarla al cuidado de su madre y hermana.

A su llegada, todo son agasajos por parte de su madre, Melessa (Samantha Spiro), y  su hermana, Talla (Rebecca Benson). Sam presenta al bebé de Gilly como su propio hijo y todo transcurre de la mejor manera. Sin embargo, durante la cena hace su aparición el patriarca Randyll Tarly (James Faulkner) quien constata, a viva voz, que su hijo sigue siendo motivo de vergüenza y deshonra para él. En la cena también está presente el hermano de Sam, Dickon (Freddie Stroma), quien se ha convertido en la esperanza de futuro para la casa Tarly. Cuando Gilly comprueba que los furibundos ataques de Randyll no son contestados por Sam, decide intervenir y cuenta cómo el desheredado fue capaz de abatir a un Thennita y a un Caminante Blanco. Desgraciadamente, estas palabras provocan que Randyll descubra el origen de la joven y eso le disgusta especialmente puesto que su odio hacia los salvajes supera los límites admisibles. Ante los hechos, sentencia que la joven y su hijo podrán quedarse en el castillo como sirvientes siempre y cuando Sam se marche para no volver jamás.


Sam Tarly queda abotargado, empequeñecido ante la fortaleza verbal de su padre y está decidido a marcharse al alba sabiendo que Gilly y el pequeño Sam estarán a salvo. No obstante, acaba teniendo uno de sus arranques de valentía y determinación que le han caracterizado desde su paso por tierras salvajes. En última instancia, decide que se irán los tres juntos hacia la Ciudadela bajo el amparo de la noche. Pero antes de la huída, Sam toma la espada de acero valirio de la familia.

Colina Cuerno planteaba un enésimo reto para el equipo de localización de Juego de Tronos. Necesitaban un palacio con una estética no vista hasta ahora en la serie. Precisaban de lujosos interiores donde los responsables de escenografía pudieran trabajar con tranquilidad. Tras considerar varias opciones, la localización elegida fue el Castell de Santa Florentina, ubicado en la localidad catalana de Canet de Mar (comarca del Maresme). Los orígenes del enclave se encuentran en el siglo XI puesto que está documentado como masía fortificada. Tres siglos después, se construyeron dos espléndidas torres medievales que contribuyeron a hacer más inexpugnable el castillo. No obstante, el mayor esplendor de Santa Florentina llega a finales del siglo XIX cuando el empresario Ramon de Montaner i Vila, propietario de la finca, encarga a su sobrino, el posteriormente célebre arquitecto modernista Lluís Domènech i Muntaner, la restauración y ampliación de la masía medieval. El arquitecto y su equipo diseñaron un espacio habitable de 3.000 metros cuadrados caracterizado por el enaltecimiento de la belleza palaciega usando mármol artesanado en los suelos, vitrales coloridos, maderas talladas en los techos, cerámicas y otros alicientes estéticos que junto a la nueva planta del edificio convirtieron Santa Florentina en un referente del arte modernista.


Desde principios de septiembre de 2015, el equipo de caracterización de escenarios de Juego de Tronos estuvo presente en el castillo para convertir algunos de sus espacios en Colina Cuerno. El personal que gestiona el castillo está acostumbrado a vivir rodajes y grandes acontecimientos en la propiedad pero nada les había preparado para el asombro que les embargó mientras el equipo de la serie estuvo allí. El nivel de la producción fue algo que no habían visto hasta ahora. La atención al detalle, la calidad del trabajo realizado y la capacidad de organización y movilización dejó atónitas a las personas que se encargan de preservar y difundir el legado histórico del castillo.

El equipo trajo consigo numerosos muebles, estandartes, tapices, objetos decorativos y utillería. El salón principal se convirtió en un comedor medieval palaciego en cuestión de pocos días. El castillo tiene mucha luz pero eso no interesaba a los responsables de la serie ya que necesitaban resaltar la oscuridad en los espacios interiores, teóricamente iluminados solamente por velas. Por ello, taparon las ventanas y crearon un escenario que refuerza la tensión que se vive durante la cena de los Tarly. Incluso el jardín fue modificado de forma efímera para adaptarlo a sus necesidades. Un equipo de más de cien personas trabajó durante dos días de mediados de septiembre para rodar las cuatro secuencias que aparecen en el capítulo 56, titulado "Blood of my Blood".

A continuación, combinamos imágenes del capítulo con otras sacadas durante una visita que realizamos al castillo a principios del mes de noviembre de 2015. 

La primera secuencia transcurre durante la entrada de Sam, Gilly y su hijo en Colina Cuerno. El patio interior de Santa Florentina es el escenario de la acción y resalta su espléndida escalinata. Allí vemos la reunión familiar de los Tarly y la constatación de la ausencia de Randyll y Dickon, puesto que han salido a cazar.











Melessa y Talla reciben con los brazos abiertos a Gilly y se sienten alegres por conocer al supuesto vástago de ambos. Prometen a Gilly un buen baño y un precioso vestido. Juntos suben la magna escalera. En la segunda secuencia, la acción tiene lugar en el corredor exterior que linda con el gran patio. Entre las columnas, Sam y Gilly se reúnen para entrar juntos en el salón.




El salón principal del castillo es ahora el centro de la vida en Colina Cuerno. La espada Veneno de Corazones (Heartsbane) lleva quinientos años en la familia y es el símbolo del poder de la casa. Randyll ataca vehementemente a su hijo mientras la penumbra cubre el espacio. Esa noche cerrada, que ha invadido las tierras del Dominio, será testigo del cambio de actitud de Sam. 






Finalmente, la última secuencia rodada en el interior del castillo es aquella que transcurre en la supuesta habitación de Gilly.Sam cambia allí su decisión de dejarlos y la invita a acompañarle hasta Antigua, aun sabiendo que allí deberá buscar algún otro lugar para que ella y su hjo puedan vivir mientras él ingresa en la Ciudadela. La secuencia se rodó en una de las palaciegas estancias del castillo de Santa Florentina. El salón principal vuelve a aparecer después para que podamos comprobar cómo Sam se lleva la espada ancestral de su familia.





Aquellos maravillosos 70: Dos Buenos Tipos (The Nice Guys). Por Mike Sanz

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En 1977, Jackson Healey (Russell Crowe), un matón de tres al cuarto, recibe el encargo de encontrar y proteger a Amelia, la hija de un importante cargo político de Los Ángeles. Cuando Healey descubre que se ha metido en una trama enmarañada que le lleva a varios asesinatos conectados con la industria del porno, pide ayuda Holland March (Ryan Gosling), un investigador privado con más alcohol en sangre que olfato.

Tras el éxito millonario de Iron Man 3 (2013), el director y guionista Shane Black decidió continuar trabajando la fórmula de las buddy movies que tantas alegrías le ha reportado (Arma Letal y sus secuelas o Kiss kiss, bang bang) antes de dar el salto al universo de Depredador y continuar con las sagas mastodónticas. El resultado es Dos Buenos Tipos (The Nice Guys), una película sumamente divertida y protagonizada por dos grandes actores que nos tienen acostumbrados al drama, pero que funcionan a la perfección en la comedia, como son Ryan Gosling y Russell Crowe. La nueva cinta de Black se inscribe en el mencionado género de las pelis de colegas y reúne el humor y los elementos característicos de su director, si bien va un paso más allá al adentrarse en un subgénero específico: el neo-noir ambientado en los setenta, las nuevas películas de género negro que retratan una época concreta.


Por convención, el género negro ha recurrido a épocas pasadas, convulsas y específicas, como los años treinta de la Ley Seca, la Gran Depresión y los cuarenta de la Segunda Guerra Mundial, para mostrar los abusos de poder, la corrupción y la violencia imperantes. Tal es el caso de clásicos como El Padrino (The Godfather, 1972) o Los Intocables de Eliot Ness (The Untouchables, 1987), así como de ficciones televisivas del estilo de Boardwalk Empire (2010) y Mob City (2013). Sin embargo, en los últimos años esta época ha caído en el terreno de la parodia (véase Gangster Squad, 2013), y han sido los años setenta los que han tomado el relevo.

Uno de los pioneros en acercarse a esta década con ojo crítico fue el siempre interesante Paul Thomas Anderson, quien retrató el submundo del cine porno de los setenta (conexiones con la mafia incluidas) en Boogie Nights (1997), un excepcional retrato de personajes frágiles a la deriva. Cuando Ridley Scott probó suerte en el género negro, eligió los años setenta para ambientar American Gangster (2007), el ascenso al poder de Frank Lucas y la lucha de unos pocos policías honrados por poner fin a su imperio de narcotráfico. No es coincidencia que películas posteriores como La Gran Estafa Americana (American Hustle, 2013) y Puro Vicio (Inherent Vice, 2014) ambientaran sus intrigas detectivescas en una época marcada por el fin de los años de la psicodelia y el comienzo de la cultura de consumo que estallaría en los 80, la crisis del petróleo, el desengaño colectivo a raíz del caso Watergate y el fin de la guerra de Vietnam; un telón de fondo en el que se pueden leer numerosos paralelismos con nuestro presente. El guionista y productor Noah Hawley se valió de este contexto para reflejar las ansiedades que movían a los protagonistas de la excelente segunda temporada de Fargo (2015), ambientada, curiosamente, en 1979, con la campaña de Ronald Reagan bien presente.


Dos Buenos Tipos no se limita a plantear una trama enrevesada y un buen número de gags cómicos a los espectadores, sino que aprovecha este contexto de incertidumbre y paranoia para enriquecer su historia. Son varias las alusiones a Nixon, a las sustancias alucinógenas de diseño y a los cambios políticos (algunos de ellos vinculados con la industria del motor de Detroit) que atosigan y condicionan a la pareja protagonista, quienes reciben la inestimable ayuda de la hija de March, demasiado astuta para su edad. Si a esto le sumamos varios homenajes a la ya clásica L.A. Confidential (1997) y una banda sonora repleta de éxitos de la música disco y del funky (otra de las constantes del subgénero), por la que pululan canciones de Earth, Wind & Fire y de The Temptations, podemos asegurar con tranquilidad que estamos ante una película que no deja indiferente al espectador.

Recorriendo Universal Studios con Steven Spielberg

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Anthony Breznican, redactor estrella de Entertainment Weekly, ha tenido el privilegio de realizar una ruta por el backlot de Universal Studios con el mismísimo Steven Spielberg. Tomando como punto de partida las oficinas de Amblin Partners, situadas dentro del complejo de los estudios, Spielberg comparte anécdotas y experiencias mientras el redactor disfruta de un tour cinco estrellas.

El director conduce el vehículo mientras muestra a Breznican otra perspectiva de su alma mater u hogar ancestral. Recuerda los momentos en los que conseguía entrar en los estudios a los dieciséis años para aprender todo lo que pudiera sobre producción y realización. Sus veranos los pasaba en los estudios conociendo cómo trabajaban los montadores e intentando colarse en cuantos set de rodaje pudiese. No tuvo problemas en los platós de series de televisión pero con las películas la historia era diferente. Cuenta como fue expulsado del set de Cortina Rasgada (Torn Curtain, 1966) aunque consiguió ver  a lo lejos cómo Alfred Hitchcock daba instrucciones a Julie Andrews.

Durante el paseo pasan por Courthouse Square, la plaza donde se rodó Regreso al Futuro (Back to the Future, 1985) y sus secuelas. Después, a través del Steven Spielberg Drive, el director comenta su idea de recuperar al Orca para la atracción de Jaws. Posteriormente, llegan al set de Psicosis (Psycho, 1960), y un poco más arriba al fuselaje del 747 utilizado en una crucial secuencia de La Guerra de los Mundos (War of the Worlds, 2005). Aún queda parte del decorado usado para recrear el centro de visitantes abandonado en El Mundo Perdido (The Lost World: Jurassic Park, 1997). Ambos pasan junto a él de regreso a las oficinas de Amblin.


Spielberg on Spielberg: Lincoln (2012)

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"Siempre quise contar una historia sobre Abraham Lincoln. Es una de las figuras más poderosas de la historia de Estados Unidos. Uno de mis primeros recuerdos procede de la ocasión en que mis padres me llevaron a ver el monumento a Lincoln en Washington D.C. Me asusté muchísimo por la inmensidad de la estatua en la silla. Pero a medida que me iba acercando me sentí cautivado, sentí consuelo al mirarle a la cara. Había calidez y seguridad. Jamás he olvidado ese momento."

Enero de 1865. Abraham Lincoln ha conseguido que la Decimotercera Enmienda a la Constitución haya pasado la aprobación del Senado pero le sigue faltando el consenso en la Cámara de Representantes para que pueda ser definitivamente promulgada. La abolición total de la esclavitud es el objetivo que quiere lograr antes de la finalización de la Guerra Civil puesto que una aprobación posterior podría acarrear problemas en la reconstrucción del país. 

¿Cómo podrá conseguirlo ante un panorama político tan desfavorecedor? Por una parte, la oposición del Partido Demócrata a la enmienda parece muy firme. Y en las filas Republicanas, tampoco existe una unión total entre las diferentes facciones ya que el sector más moderado prioriza la paz con los Confederados mientras que los radicales, liderados por Thaddeus Stevens, no aceptarán contraprestaciones a los estados secesionistas por llevar hacia adelante la enmienda.

La película de Steven Spielberg sitúa la acción en ese momento y nos convierte en espectadores de excepción de un momento histórico de gran relevancia. Asistimos a las maniobras políticas de todo tipo, las legales y las que no lo son tanto, y comprendemos que, en ocasiones, para lograr un bien mayor hay que adoptar algunas medidas moralmente cuestionables.

La proclamación de emancipación, que Lincoln había hecho pública en 1863, no tenía valor jurídico alguno. Por contra, podía interpretarse como una declaración en tiempos de guerra. Una carta de intenciones que respondería más a una imposición presidencial que a un documento legislativo refrendado. Ante un final de la guerra cada vez más cercano, resultaba esencial la obtención de una ley que consagrara la abolición de la esclavitud a nivel efectivo para todo el territorio y que, por consiguiente, fuera irrevocable en el futuro. Una enmienda a la Constitución era la iniciativa legislativa más potente que se podía conseguir y allí reside el objetivo fundamental de Abraham Lincoln. Un acto que, con su aprobación final, dio sentido a una Presidencia que tuvo el valor de afrontar un conflicto, desgarrador para el país, pero que rompió con un equilibrio falso de conveniencia que había durado casi 100 años. Un esquema en el que debía consentirse que una parte del país siguiera perpetuando una institución opresiva e injusta que conculcaba los ideales de la propia Declaración de Independencia y la subsiguiente Constitución, promovida por los padres fundadores en el siglo XVIII.

Sobre este tema de clara trascendencia histórica y política os emplazo a un artículo que escribí hace un tiempo sobre los valores de la Presidencia de Lincoln. Ahora, paso a centrarme exclusivamente en la valoración de la magna película de Steven Spielberg.

Durante años Spielberg no encontró un texto que le interesara. No quería hacer una hagiografía ni una biografía convencional, deseaba explicar momentos de la historia del Presidente que mostraran su relevancia como líder. Tras recibir la negativa de Daniel Day Lewis,  se decantó por alguien a quien conocía bien. Después de haber trabajado con Liam Neeson en Schindler's List (1993) le veía como el actor perfecto para encarnar al Presidente pero el material que hiciera brotar el proyecto no llegaba nunca a sus manos. Sin embargo, eso cambió en 1999 cuando el director coincidió con la historiadora Doris Kearns Goodwin durante el rodaje de un proyecto documental en el que ambos colaboraban. Mientras charlaban departieron sobre proyectos de futuro y Goodwin sorprendió al director cuando le dijo que estaba escribiendo un libro sobre la Presidencia de Lincoln cuyo título era "Team of Rivals: The Political genius of Abraham Lincoln". En dicha obra, Goodwin se proponía hacer un análisis nuevo de la etapa de Lincoln, centrándose más en la cuestión de las relaciones personales y la política. Su enfoque tenía otro punto de anclaje importante: iba a poner especial atención en el tránsito que efectuaron varios de los rivales para la nominación Republicana a la Presidencia en 1860 y ver cómo se adaptaron a un gabinete en el que ocuparon puestos de gran relevancia mientras el país se desgarraba a medida que avanzaba la Guerra Civil (1861-1865). Esta inmersión en el círculo interno de Lincoln, tanto familiar como profesional, permitía ahondar en la línea de pensamiento del Presidente a través de la visión de otros. Spielberg decidió comprar los derechos de adaptación en ese mismo instante.

Aunque el libro de Doris Goodwin no se publicó hasta 2005, Spielberg puso en marcha la maquinaria y, al tener acceso al material que la historiadora iba completando, contrató a John Logan para que iniciara la escritura del guión. Sin embargo, la extensión del material original planteaba un reto de compresión para los guionistas. Los borradores escritos por Logan y también los del dramaturgo Paul Webb no satisfacían al realizador. 

Habían transcurrido ya varios años y Spielberg había tenido la oportunidad de trabajar con el prestigioso dramaturgo Tony Kushner en Munich (2005). Tras la satisfactoria experiencia conjunta decidió encargarle un nuevo guión. Ante la magnificencia de la trayectoria del personaje decidieron centrarse en la parte final de su mandato y en la lucha por abolir definitivamente la esclavitud mientras el conflicto bélico se encuentra en vías de resolución. Kushner se sumergió profundamente en el universo de Lincoln y leyó casi todas las aproximaciones que se habían hecho sobre el personaje histórico. Su afán de conocimiento derivó en un borrador de 550 páginas que era completamente inadaptable. Sin embargo, la calidad del material era excelsa y dentro del mismo Spielberg visualizó 70 páginas que versaban alrededor de la aprobación de la Decimotercera Enmienda. En ese momento el director visualizó por fin la película que deseaba narrar y animó a Kushner para que ahondara en esa parte decisiva del mandato. Así pues, la película se acabó convirtiendo en la crónica de los últimos cuatro meses de vida de Lincoln. Querían verle consiguiendo algo grande, monumental. Y, sin duda alguna, la abolición definitiva de la esclavitud y el fin de la Guerra Civil cumplían dicho propósito. 

No obstante, también querían mostrar la dimensión más humana y familiar de Lincoln para alejarlo de la visión icónica que nos ha llegado a través de pinturas, fotografías y monumentos.
"Para nosotros fue muy importante al hacer esta película no ser cínicos. Evitar el cinismo y evitar también la adoración del héroe. Porque puedes admirar inmensamente a alguien, como nosotros a Lincoln, sin necesidad de adorarle. Quería hacer una película sobre un Presidente trabajando, no un Presidente posando. Lincoln fue un hombre de Estado, un líder militar muy efectivo; fue un padre, un marido. Espero que la película muestre las muchas facetas que tenía."
Al mismo tiempo, el enfoque del director también iba a incluir nociones de liderazgo. La película refleja como un líder de verdad debe dirigir los destinos de un país incluso cuando encuentra gigantescos obstáculos.
"Nuestra esperanza de comprender y hacer justicia a esta persona tan complicada era retratarle empezando, luego dirigiendo y concluyendo una acción extremadamente compleja que no era otra que la lucha por aprobar la Decimotercera Enmienda."
Incluir la dinámica de la familia Lincoln en esta complicada ecuación permitía definir al personaje desde la órbita pública y la privada. No obstante, se tomó la decisión de situar estas aportaciones en los momentos donde colisionara con los eventos públicos sobre los que versa la historia. Gracias a ello se logra capturar al personaje desde el interior mientras lucha consigo mismo y contra el entorno, haciendo brotar todos sus recursos políticos.

Cuando todas las piezas empezaban a encajar la producción recibió la noticia de la marcha de Liam Neeson. El actor irlandés se encontraba en un momento personal muy delicado tras la trágica muerte de su esposa, la también actriz Natasha Richardson, en un accidente de esquí. A partir de ese momento decidió optar por papeles más ligeros en películas de acción que le permitían evadirse emocionalmente. La carga de interiorización y construcción de personaje que requería el papel era excesiva para el momento vital que estaba atravesando. Spielberg decidió entonces volver a la casilla inicial y recuperar la apuesta por Daniel Day Lewis.

Day Lewis es probablemente el mejor actor surgido en los últimos treinta años. Contar con él es siempre difícil puesto que el, hasta entonces, doble ganador del Oscar elige muy cuidadosamente sus papeles y trabaja solamente cuando le motiva un proyecto. Sus puntuales presencias en pantalla aseguran un gran nivel a las producciones (excepto en el caso de Nine donde cometió un error superlativo) y, sin duda, su excelencia artística podía aportar la pieza definitiva en la construcción de una gran película. Spielberg volvió a contactar con él y le mostró el nuevo material. Esta vez el actor respondió afirmativamente iniciando un proceso de preparación que duró todo un año.
"Nunca le pregunté a Daniel sobre su proceso ni lo cuestioné. Tan solo lo recibí con tremenda gratitud."

Day Lewis se sumergió en la lectura de numerosas fuentes documentales sobre Lincoln. Se reunió de forma constante con Spielberg y Tony Kushner para perfilar la línea del personaje y respondió a la acreditada fama que atesora en cuanto a la asimilación de los papeles que interpreta. El actor halló en el guión numerosas notas de carácter personal que le iban a permitir dar vida a un Lincolníntimo, relajado, capaz de bromear y de mostrar cariño familiar. Esa dimensión le interesaba especialmente puesto que rompía con las adaptaciones solemnes que se habían realizado hasta el momento. Unas caracterizaciones que solo habían tocado la parte formal y pública de su mandato. Con esta película, podía explorar al personaje en las distancias cortas y disfrutar de las numerosas anécdotas que Doris Kearns Goodwin había recogido en los momentos que Lincoln estaba en el Departamento de Guerra, recibiendo noticias del frente, y esperando que uno de los mensajes llevara la buena nueva del fin del conflicto. En esos largos días y noches, muchas veces acompañado por sus secretarios John Hay y John Nicolay, solía bromear para distender el ambiente y los que allí se encontraban notaban siempre una calidez que nunca habrían esperado recibir por parte de una gran figura institucional. Daniel Day Lewis profundizó en la calidez humana y fue capaz de mostrar también su determinación y fortaleza política convirtiendo su interpretación en una joya de equilibrio, maestría y presencia escénica. 

No era fácil configurar un reparto que acompañara el alto nivel del actor protagonista y mantuviera la fuerza dramática en el nivel exigido. No obstante, el aura de Steven Spielberg puede conseguir lo imposible independientemente del presupuesto que maneje. Su primera elección para dar vida a la primera dama Mary Todd Lincoln siempre fue la veterana Sally Field, ganadora de dos Oscar y figura de referencia en los 70 y 80. La actriz recibió la oferta con increíble ilusión puesto que, por desgracia, no es fácil obtener grandes papeles femeninos cuando se sobrepasan los cincuenta años. Field tuvo que engordar once kilos para el papel pero, una vez caracterizada y vestida con las creaciones de Joanna Johnston, Mary Todd Lincoln cobró vida de forma inmediata.

Esta iba a ser una película que combinaría un fuerte liderazgo protagónico con un reparto amplio de más de 60 personajes con diálogo. Ante un reto de este tipo no todos los realizadores pueden responder con eficacia. Se necesita a alguien que impulse con su nombre la producción y atraiga a actores importantes para el desempeño de papeles relevantes aun cuando no tengan demasiada presencia en pantalla. Así fue como Spielberg consiguió la participación de Tommy Lee Jones para dar vida al congresista Thaddeus Stevens, líder de los Republicanos radicales, aquellos que más fervientemente defendían la abolición de la esclavitud. David Strathairn asumió el rol del Secretario de Estado William Seward, antiguo rival de Lincoln en las primarias Republicanas y hombre con gran influencia en los círculos de poder. Incorporado al gabinete del Presidente desde el primer momento, Seward se convirtió en un férreo colaborador de Lincoln aunque pudieran exponer diferencias de criterio importantes. No obstante, esas diferencias nunca estuvieron por encima de la lealtad inquebrantable a la figura del Presidente.


Daniel Day Lewis recomendó a Joseph Gordon-Levitt para que diera vida a su hijo primogénito, Robert Todd Lincoln (quien años después sería Secretario de Guerra), y Spielberg aceptó e hizo posible que este fantástico intérprete joven se uniera al reparto y contribuyera a mostrar la idiosincrasia de la familia presidencial. Gloria Reuben, por su parte, dio vida a Elizabeth Keckley, una antigua esclava que acabó siendo la principal asistente de Mary Todd Lincoln. En el Congreso encontramos también a los más furibundos defensores del no a la enmienda, los Demócratas Fernando Wood (Lee Pace) y George Pendleton (Peter McRobbie). También encontramos a los más conciliadores George Yeaman (Michael Stuhlbarg) y Clay Hawkins (Walton Goggins), quien incluso llegó a ser uno de los congresistas que aceptaron la oferta de los hombres de Lincoln para votar afirmativamente a la enmienda a cambio de un puesto en la nueva administración Federal unionista.

Un reparto de grandes actores que continúa con la presencia de los congresistas Republicanos Asa Litton y James Ashley, interpretados respectivamente por Stephen Spinella y David Costabile. También encontramos a Hal Holbrook, un veterano y brillante actor que había interpretado en cuatro ocasiones a Lincoln y al que Spielberg quiso incorporar dando vida al fundador del Partido Republicano, Francis Preston Blair. El nombre de Blair se asocia a la voluntad abolicionista moderada. Trata de persuadir a Lincoln para que acepte entrar en conversaciones con una delegación Confederada para ver si es posible concluir el conflicto bélico cuanto antes. Esa propuesta pasa por encima de la abolición ya que lo que provocaría al aprobarse sería una reacción adversa en los estados sureños. Lincoln acepta establecer contactos fuera de la capital para conseguir el importante apoyo de Blair pero, por otra parte, tiene una agenda propia que prevé aprobar la Decimotercera Enmienda y derrotar definitivamente al sur sin pagar contraprestaciones por ello.

Dada la dificultad para obtener los votos necesarios en un Congreso que está a punto de ser sustituido por nuevos delegados procedentes de las últimas elecciones, Lincoln acepta un plan secreto para conseguir los votos decisivos ofreciendo puestos de trabajo en la nueva administración Federal que deberá implementarse en el sur. Muchos de ellos perderán el asiento que ocupan y necesitaran nuevos empleos para contribuir a la reconstrucción del país. Los emisarios de Lincoln se aprovecharán de estas circunstancias para tentar a los delegados en una maniobra ilícita pero no delictiva. Volvemos a la reflexión sobre la necesidad de llevar a cabo determinadas prácticas para conseguir un bien mayor. Lincoln no podía esperar a la configuración de un nuevo Congreso porque la guerra podía acabar en cualquier momento y entonces la proclamación de emancipación perdería su vigencia dejando a la población afroamericana desamparada jurídicamente. Por ello presionó a un equipo de tres emisarios para que lograran los votos necesarios en el Congreso actual y dar por acabada definitivamente la esclavitud en los Estados Unidos. El Presidente actuó al límite pero también debemos tener en cuenta el contexto del momento. Nadie puede poner en duda la honorabilidad de Lincoln pero también es de sobras conocido que era un líder que jugaba fuerte en las cuestiones trascendentales. Un mandatario más contemporizador seguramente habría eternizado la resolución de los dos grandes conflictos que azotaban al país: el bélico y el social. Para dar vida a los tres negociadores que tenían que convencer a varios congresistas para votar afirmativamente, Spielberg reclutó a un actor al que llevaba años admirando, James Spader, al cual rodeó con la presencia de John Hawkes y Tim Blake Nelson (con el que ya había colaborado en Minority Report). Las escenas en las que el trío aparece en pantalla son las que tienen más sorna de la película pero es necesario indicar que la mayor parte de las situaciones que vivieron ocurrieron tal cual.

También vemos en la película a Jared Harris, dando vida al general Ulysses S. Grant. Fenomenal la secuencia en la que el Presidente y el General charlan cuando la guerra toca a su fin. Las palabras de Lincoln tienen un eco perpetuo. Además, aparece también Bruce McGill, interpretando al Secretario de Guerra Edwin Stanton, Adam Driver, David Oyelowo, Dane De Haan, Lukas Haas, Joseph Cross y Jeremy Strong. Los dos últimos interpretan a los secretarios personales del Presidente, John Hay (quien décadas después sería Secretario de Estado) y John Nicolay. Cuando finalmente Lincoln se reúne con los negociadores confederados, sus palabras de victoria rinden cualquier oferta sureña. El que debe recibir la noción definitiva de derrota es el vicepresidente de la Confederación, Alexander Stephens, a quien da vida el siempre interesante Jackie Earle Haley.


Creo que el gran valor del film recientemente estrenado reside en que se nos cuenta esta historia desde todos los ángulos posibles y con matices muy relevantes. No estamos ante una hagiografía y tampoco ante un repaso general de la trayectoria de Lincoln. El film arranca a principios de enero de 1865 y concluye en abril del mismo año. Y la mayor parte del metraje se centra en el decisivo mes de negociaciones y trapicheos que permitió conseguir el voto favorable de la Cámara de Representantes a la proclama de abolición de la esclavitud. La figura del Presidente más importante en la historia de los Estados Unidos se nos presenta en todas sus dimensiones, en la faceta más pública y también en la más íntima y familiar. La extraordinaria interpretación de Daniel Day Lewis nos acerca a un hombre de naturaleza honesta al que, sin embargo, no le temblará la mano para tonar decisiones que puedan ser controvertidas. La Democracia es el mejor de los sistemas políticos pero no es perfecto. Lincoln nos enseña que para jugar en ese teatro de operaciones hay que tomar decisiones difíciles y en ocasiones controvertidas. Pero lo que debe contar es el objetivo final siempre y cuando las medidas tomadas no revistan una gravedad significativa o delictiva.

En este sentido, observar como alguien tan honesto e íntegro como Lincoln se ve obligado a recurrir a unos negociadores fariseos para conseguir votos de congresistas a cambio de favores en forma de cargos para la nueva administración, es algo que honra a la película. Y ver como Spielberg es capaz de equilibrarlo con la expresión de la voluntad de Lincoln a través de la fortaleza de sus razonamientos, resulta encomiable. En el aspecto de interiorización del personaje cabe resaltar que Day Lewis ha sido el primer intérprete que ha reproducido el tono de voz agudo que tenía Lincoln. Muchas veces lo imaginamos con una voz profunda leyendo sus discursos pero no era así.

El director concibe una cinta con poca grandilocuencia visual. Apenas hay imágenes bélicas, todo es mucho más sugerido. Es como un susurro constante en forma de noticias que hacen mella y afectan a un Presidente que parece llevar físicamente el peso de una guerra cruenta. Pero Lincoln sigue mostrando su determinación y asume ese peso como parte del enorme compromiso que asumió al jurar el cargo. Lo que otros no hicieron antes por falta de valor y coraje político, lo asume él para poner fin a un problema que parecía irresoluble.


Por tanto, estamos ante una película muy intimista, de espacios interiores, donde la palabra, la reflexión, y la contraposición de argumentos son la clave dominante. Se nos muestra, además, la dimensión familiar del personaje: la especial relación con su hijo "Tad" (inmortalizada en numerosas fotografías), el pasado de inestabilidad mental de la primera dama, Mary Todd (una espléndida Sally Field), los recuerdos de la trágica y precipitada muerte de William (con sólo 11 años)  y el drama que eso representó, y el carácter más irreverente del primogénito, Robert (Joseph Gordon-Levitt).

Spielberg recoge el tono y la brillantez del guión escrito por el prestigioso dramaturgo Tony Kushner y reconstruye una época de forma encomiable pero lo hace sin efectismos. La épica la desarrolla a través de las palabras pronunciadas por Lincoln, Thaddeus Stevens (Tommy Lee Jones), y algunos otros congresistas en las extraordinarias escenas que tienen lugar en sede parlamentaria.

Encuentra, además, en las escenas acaecidas en la Cámara de Representantes una posibilidad de introducir notas de humor sutiles y elegantes que contribuyen a que el espectador disfrute aún más de una experiencia imprescindible. Hay un momento, durante la fase final de la aprobación de la enmienda, donde lo que presenciamos llega a tocar la fibra más sensible del espíritu humano. Además, resulta enormemente valioso el visualizar que, en un momento de tan alta  trascendencia para un Presidente, éste se encuentra a la espera en la Casa Blanca mientras juega con su hijo o reflexiona en soledad. Se refleja, en ese instante, el aislamiento del poder más absoluto porque como él mismo dice en un pasaje de la película: "Soy Presidente, investido de un poder inmenso!!". Y eso, siendo cierto, conlleva también la soledad en la toma de decisiones de gran relevancia.

Una figura política, pues, de amplia repercusión y que también es capaz de demostrar que a la determinación se le debe unir la autoridad. Se refleja su figura como un hombre dialogante pero también le vemos llamando al orden a sus más próximos colaboradores. Porque sino hay autoridad y firmeza en las posiciones, no se puede progresar ni tampoco lograr los objetivos propuestos. En eso el film también acierta. El siguiente párrafo del guión es clarificador en este caso.
"Say there's no amendment abolishing slavery. Say it's after the war, and I can no longer use my war powers to just ignore the courts' decisions, like I sometimes felt I had to do. Might those people I freed be ordered back into slavery? That's why I'd like to get the Thirteenth Amendment through the House, and on its way to ratification by the states, wrap the whole slavery thing up, forever and aye. As soon as I'm able. Now. End of this month. And I'd like you to stand behind me. Like my cabinet's most always done." 
La emotividad y complicidad que desprende la película seduce desde el primer momento. La relativa distancia emocional que desprendía Amistad fue una lección que sirvió a Spielberg para que, en esta ocasión, configurara una relato que desprende gran fuerza dramática y corazón.  Sin lugar a dudas, me parece uno de los mejores dramas históricos jamás realizados. Sólo tengo una objeción. Creo que debió finalizar el argumento antes del asesinato en el Teatro Ford. Hay un plano en la película, absolutamente maravilloso, en que vemos al Presidente de espaldas mientras avanza hacia su destino, durante la misma noche en que fue tiroteado por John Wilkes Booth. Esa imagen, saliendo de la Casa Blanca, era para mi el final de la película. Me parece que lo sucedido después ya no era necesario para el propósito del film aunque también comprendo que se quiera cerrar la historia con la finalización de la guerra (escena de la rendición en Appomattox incluida) para darle una conclusión más completa.


Desgraciadamente, Lincoln no pudo estar al frente del país en la reconstrucción. Y sus ideales de conciliación y de mano tendida a los estados sureños se vieron claramente vulnerados por sucesivas administraciones en las que primó el castigo brutal a los rebeldes. Algo que provocó un enquistamiento en los problemas sociales y el advenimiento de un fervor segregacionista que se prolongó durante cien años. Pero eso es parte de la naturaleza de las personas que hacen historia y las muestras de ello han estado presentes a lo largo de toda nuestra trayectoria en el mundo.

En conclusión, estamos ante una película contundente, profunda, conmovedora, y capaz de remover la conciencia del espectador. La figura más reverenciada de la historia política estadounidense vuelve a demostrar su valía para el séptimo arte.

Spielberg encaró el rodaje de la película con una voluntad de transmitir un mensaje potente con la mayor dignidad y solemnidad posible. Su dominio de la técnica y la narración cinematográfica le permite abordar cualquier proyecto manteniendo siempre la mano extendida a los colaboradores y al elenco artístico. Tommy Lee Jones recordaba en una entrevista reciente cuan fácil resultaba trabajar a sus órdenes. Decía que sus sugerencias eran puntuales, que en ocasiones parecía que no te dirigiera pero curiosamente su solución para la escena siempre resultaba ser la mejor posible. Daniel Day Lewis recordaba que el entorno del rodaje y el clima que se vivía era uno de los más tranquilos que había visto. La enorme repercusión del film no provoca estrés en los sets de Steven Spielberg. Su conocimiento del oficio y dominio de la situación transmiten tal confianza a técnicos y actores que, casi sin proponérselo, acaban las secuencias previstas en un tiempo reducido. El director sabe sacar lo máximo de ellos gracias a su maestría profesional y a la empatía natural que tiene con la gente que trabaja a su alrededor.
"He hecho muchas películas en las que cuento la historia a través de imágenes y no palabras. En este caso, las imágenes estaban en segundo plano. Y en ese sentido, yo me senté en la fila de atrás. Me sentía un poco como Sidney Lumet. Quería hacer una película que representara lo máximo posible la época y el ánimo de la nación, el humor de los individuos intentando resolver estos problemas e intentando encontrar soluciones. Quería que todos tuvieran un sentido de autenticidad en el set. Donde la única imposición fuera que había una cámara y que había monitores. Esa sería la única imposición real sobre la época. Así que les pedí a los actores que no hablaran en el set, que no hablaran del libro que estaban leyendo o de los resultados de deportes o de lo que pasaba en su casa con su familia. Guardaos todo eso para fuera del espacio en que rodamos. Que hubiera un respeto por la historia que contábamos. Y en realidad, apenas tuve que decírselo a nadie. Hice un anuncio el primer día de rodaje. Todos, incluso los que no oyeron el anuncio, pusieron una solidaridad reverencial en su trabajo y con sus compañeros. No había charlas. Era el set más silencioso que he visto. Había un respeto intuitivo por la historia y el nombre de Lincoln. Y también por la historia de su gabinete, por su esposa e hijos."
Sally Field, Tony Kushner, Spielberg, Day Lewis, Kathleen Kennedy y la historiadora Doris Kearns Goodwin.

La película se rodó entre el 17 de octubre y el 19 de diciembre de 2011. Una película de 150 minutos que es capaz de rodarse en poco más de dos meses demuestra la calidad del director y su equipo técnico a la hora de disponer de un plan de producción muy elaborado. La cinta se rodó fundamentalmente en localizaciones del estado de Virginia, concretamente en Fredericksburg, Petersburg y Richmond. Fue en la capital del estado donde el equipo se asentó más puesto que en el interior de la asamblea del estado se recreó la Cámara de Representantes. Sus exteriores sirvieron para caracterizar el Capitolio de Washington y uno de los portales de la Casa Blanca.

El diseño de producción de Rick Carter, apoyado por el decorador Jim Erickson, respondió a las expectativas que requería la película para poder rodear la escena de la autenticidad y veracidad histórica del momento. Carter y su equipo mostraron una atención al detalle excelsa y se basaron en el numeroso material gráfico para reproducir con exactitud incluso el empapelado de las paredes. Esta era una gran historia que se explicaba de forma íntima a través de sucesivos espacios que el diseño de producción construyó magistralmente. Lo mismo se puede decir del diseño de vestuario coordinado por Joanna Johnston. La diseñadora que más ha trabajado con Spielberg y Zemeckis realizó un pormenorizado análisis de las fuentes documentales captando las siluetas de los personajes y haciendo réplicas exactas de su vestuario.

Para esta película, Janusz Kaminski definió una iluminación naturalista. Debía estar al servicio de la historia dejando que los actores se nos presentaran del modo más cercano y auténtico posible. Era necesario evitar cualquier tipo de artificio. No se realizó manipulación de saturación ni tampoco en el negativo como sí ocurrió, por ejemplo, en Saving Private Ryan (1998).

John Williams, por su parte, respondió al reto dual de construir una partitura solemne y también íntima para los momentos más cálidos de la película, donde resalta el uso de instrumentos de viento. La banda sonora es un apoyo constante al tono trascendente y próximo del film. Recuerda al trabajo que realizó en El Patriota (The Patriot, 2000) pero resaltando más el tono intimista que en la película de Roland Emmerich. También hay momentos de música más bien burlesca, con los violines expresando ese sentimiento y también los instrumentos graves de viento. Esa es la composición que acompaña a los tres delegados fariseos que tratan de convencer a miembros de la Cámara para que cambien el sentido de su voto. No falta tampoco la Marcha Unionista, acompañada por las voces de un maravilloso coro. La belleza y magnificencia de su trabajo queda representado en la magnífica suite que os presento a continuación.


Al igual que había ocurrido con algunos de sus proyectos más recientes, Kathleen Kennedy volvió a producir la película junto a Spielberg. El film fue el resultado de la alianza entre las diferentes compañías que estaban apoyando las últimas películas de la factoría DreamWorks. Además de Amblin y Kennedy Marshall también estuvieron presentes Participant Media y los socios indios de Reliance Entertainment. Desde 2009, DreamWorks tenia un acuerdo de distribución doméstico con el conglomerado Disney. War Horse fue la primera película del director que entró en dicho acuerdo y Lincoln continuó la senda establecida. La distribución internacional corrió a cargo de 20th Century Fox.

Lincoln se estrenó en el festival de Nueva York durante el mes de octubre de 2012 y llegó a las pantallas estadounidenses el 9 de noviembre. En taquilla el film fue un éxito ya que recaudó un global mundial de 275 millones de dólares sobre un presupuesto de 65. El éxito sorprendió a los ejecutivos de Disney y se vieron obligados a aumentar el número de salas en los que se proyectaba la película tras ver los resultados de recaudación por sesión.


Después de un buen número de galardones previos, la cinta obtuvo 12 nominaciones en los Oscar, incluyendo mejor película y mejor dirección. Finalmente, consiguió dos estatuillas para el diseño de producción de Rick Carter y Jim Erickson y, tal como era previsible, Daniel Day Lewis se alzó como mejor intérprete masculino del año. El tercer Oscar de su carrera lo convirtió en el único actor que ha ganado tres veces en la categoría principal y se iguala a Jack Nicholson y Walter Brennan en victorias totales.




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War Horse (2011)

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El Puente de los Espías (Bridge of Spies, 2015)

Premios Oscar 2017: películas a tener en cuenta (I)

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Os presento una lista de películas en función de la expectación generada y de las esperanzas depositadas por los propios estudios que las amparan. No están todas las que se barajan y tampoco hay garantía alguna de que acaben estando en la ronda final de premios. Hay películas muy interesantes, de corte más independiente, que logran sus candidaturas en los últimos meses y pasan prácticamente desapercibidas al escrutinio previo. No obstante, y sin ningún ánimo de sentencia, me atrevo a presentaros algunos títulos que pueden estar presentes en la temporada de premios y quizá conquistar el máximo galardón. 


Silence
dir. Martin Scorsese
Con Andrew Garfield, Adam Driver, Liam Neeson, Tadanobu Asano, Ciarán Hinds y Shinya Tsukamoto
Paramount Pictures


A mediados del siglo XVII, dos sacerdotes jesuitas portugueses (Garfield y Driver) viajan al Japón feudal para continuar las labores de evangelización que inició el mentor de ambos, ahora desaparecido (Neeson). Allí deberán hacer frente a la persecución y a la incomprensión de una sociedad que no les quiere en sus tierras. 
A principios de 2015, Martin Scorsese pudo por fin poner en marcha uno de los proyectos que dormían el sueño de los justos en su cajón de obras pendientes. El guión de uno de sus colaboradores habituales, Jay Cocks, data de principios de los 90 pero, durante más de dos décadas, la falta de financiación y la priorización de otros proyectos han ido dilatando la realización de una película magna que suscitará polémica. El maestro vuelve a la gran pantalla con una cinta de género épico-religioso, algo que ya cultivó en La Última Tentación de Cristo (The Last Temptation of Christ, 1988) y Kundun (1997).



Sully
dir. Clint Eastwood
Con Tom Hanks, Aaron Eckhart, Laura Linney, Holt McCallany y Jamey Sheridan 
Warner Brothers


El 15 de enero de 2009 se vivió el "milagro del Hudson". El impacto de un grupo de pájaros contra un airbus A320 de la compañía US Airways, durante la fase de despegue en el aeropuerto La Guardia, causó una avería mecánica que dejó al aparato sin motores. No obstante, la pericia del capitán Chesley "Sully" Sullenberger marcó la diferencia al ser capaz de amerizar en el río Hudson y salvar así las vidas de los más de 150 pasajeros. Tras la evacuación completa, el avión se hundió pero poco días después fue extraído del agua y ahora se exhibe en un museo de aviación en Charlotte (North Carolina). La historia de este experimentado piloto ofrece un buen bagaje más allá del acto heroico y así lo vio el productor Frank Marshall cuando se hizo con los derechos de la autobiografía de Sullenberger y encargó su adaptación al guionista Todd Komarnicki. Posteriormente, captó la atención de Clint Eastwood quien decidió convertir a Sully en su nuevo proyecto como director y productor. La última gran pieza del engranaje se completó con la entrada de Tom Hanks para asumir el rol protagonista y una parte de la producción. En suma, este es un proyecto en el que confluyen las productoras Kennedy/ Marshall, Malpaso y Playtone. 

Aaron Eckhart da vida al co-piloto, Jeff Skiles, mientras que una habitual de Eastwood como Laura Linney interpreta a Lorraine, la esposa de Sully.




The Birth of a Nation
dir. Nate Parker
Con Nate Parker, Armie Hammer, Aja Naomi King, Jackie Earle Haley y Gabrielle Union
Fox Searchlight Pictures


De todas las rebeliones de esclavos previas a la Guerra Civil Americana, una de las más renombradas fue la encabezada por el predicador Nat Turner en el condado de Southampton (Virginia), en 1831. Explicar su historia en la gran pantalla se consideraba misión imposible pero la tenacidad del actor Nate Parker no ha conocido límites. Inicialmente, invirtió 100.000 dólares de su propio bolsillo para realizar labores de pre-producción mientras comunicó a su agente que no aceptaría nuevos papeles mientras no lograra realizar su tan ansiado proyecto. Con el tiempo, fue consiguiendo más inversores (entre ellos los NBA'sTony Parker y Michael Finley) hasta lograr el presupuesto de 10 millones de dólares que necesitaba para hacer realidad la película. Parker asumió el rol de director, guionista y protagonista, sacando partido al limitado presupuesto con inventiva y sacrificio. Concentró el rodaje al máximo y lo concluyó en tan solo 27 días. 

Presentada en la reciente edición del Festival de Sundance, The Birth of a Nation obtuvo una gran aclamación. La división de proyectos independientes de 20th Century Fox compró sus derechos de distribución con vistas a un estreno nacional el 7 de octubre.

Nate Parker escogió replicar el título del clásico mudo de David W. Griffith, que hacía una glosa de los valores racistas y daba pábulo al Ku Klux Klan, para lanzar el mensaje totalmente contrario. Parker se propone desafiar al racismo con este título y participar directamente en un discurso de justicia social y mayor respeto hacia las minorías.




Billy Lynn's Long Halftime Walk
dir. Ang Lee
Con Joe Alwyn, Steve Martin, Kristen Stewart, Vin Diesel, Garrett Hedlund y Chris Tucker
TriStar Pictures


Ang Lee regresa a la primera línea, tras cuatro años de ausencia, adaptando un libro que sacudió conciencias y generó un alud de premios literarios. Se trata de Billy Lynn's Long Halftime Walk, de Ben Fountain. 

El realizador nacido en Taiwan quedó conmovido por la fuerza del relato y decidió embarcarse en una nueva aventura fílmica que, en esta ocasión, tendrá un gran contenido dramático aunque el envoltorio sugiera lo contrario. El argumento nos coloca en la gira de homenaje y reconocimiento que realizan una serie de soldados estadounidenses tras haber sobrevivido a una cruenta batalla en Irak. El foco de atención se centra en uno de los jóvenes, Billy Flynn. El chico es consciente de que el Gobierno pretende enviarlos de regreso a Irak tras la gira y evoca todas las contradicciones que supone el momento mientras se celebra el acto central, durante el descanso de un partido de los Dallas Cowboys en el día de Acción de Gracias.

Aunque la novela no se basa en hechos reales concretos, no cabe duda que la trama va a conectar con gran parte de la audiencia desde la sensibilidad. Ang Lee ha contado con un guión adaptado por Simon Beaufoy y Jean-Christophe Castelli mientras que el reparto es ecléctico e interesante. Para el papel de Billy Flynn, sus responsables de casting lanzaron una campaña a nivel nacional en la que resultó victorioso el debutante Joe Alwyn. 





Passengers
dir. Morten Tyldum
Con Jennifer Lawrence, Chris Pratt, Michael Sheen y Laurence Fishburne
Columbia Pictures


El noruego Morten Tyldum es uno de los realizadores más interesantes que ha aparecido en los últimos años. Hollywood le ha dado paso tras su trabajo en The Imitation Game y el director se ha atrevido con un proyecto de ciencia ficción que, en principio, parece bastante atrevido.

A pesar del batacazo que supuso Prometheus, los grandes estudios están confiando en Jon Spaihts. Uno de los que ha decidido apoyarle es el productor Neal H. Moritz, quien se decantó por un guión original de Spaihts llamado Passengers y obtuvo el apoyo de Sony Pictures para su distribución, a través del sello Columbia.

Passengers nos sitúa en un lejano futuro en el que los viajes espaciales a distancias siderales y las colonias remotas existen. Pero... ¿qué ocurre cuando uno de esos viajeros se despierta sesenta años antes de tiempo y afronta el resto de su existencia en soledad? Pues que decidirá despertar a alguien para que el resto de su vida no sea tan insustancial.

Dos grandes estrellas del momento como Jennifer Lawrence y Chris Pratt comparten cartel, por primera vez, y también se dice que protagonizan alguna escena tórrida. Veremos si las expectativas se cumplen aunque, de momento, Passengers no falta en ninguna lista de pronósticos para la temporada de premios.



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Premios Oscar 2017: películas a tener en cuenta (II)

Premios Oscar 2017: películas a tener en cuenta (II)

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The Light Between Oceans
dir. Derek Cianfrance
Con Michael Fassbender, Alicia Vikander, Rachel Weisz, Bryan Brown y Jack Thompson
Touchstone Pictures


Años posteriores a la Primera Guerra Mundial. Tom Sherbourne (Michael Fassbender) y su esposa Isabel (Alicia Vikander) son los únicos habitantes de la isla Janus Rock, en el oeste de Australia. Se tienen el uno al otro mientras cuidan del faro pero un día descubren un bote que alberga a un bebé. La pareja adopta a la niña, a quien ponen el nombre de Lucy. Sin embargo, pasados unos años, vuelven al continente y allí deberán lidiar con las consecuencias de haberle tomado demasiado cariño a la hija de otras personas.

Derek Cianfrance, realizador de fuerte impacto en los últimos años gracias a su colaboración con Ryan Gosling en Blue Valentine y The Place Beyond the Pines, reincide en el drama de fuerte calado con esta adaptación de la novela escrita por M. L. Stedman en 2012. Su habilidad para captar los más remotos detalles de la interpretación tendrá aquí un nuevo capítulo al tratar una historia de corte sumamente intimista. Fassbender y Vikander se convirtieron en pareja sentimental a raíz de su participación en este film, cuyo rodaje se produjo a finales de 2014. El trabajo de ambos podría asegurarles sendas nominaciones en las categorías interpretativas y quizá Cianfrance pueda conseguir su primera candidatura.

Esta es la última película que DreamWorks va a distribuir a través de alguna de las compañías que forman el conglomerado Disney.

 


La La Land
dir. Damien Chazelle
Con Ryan Gosling, Emma Stone, J.K. Simmons, Rosemarie DeWitt, Finn Wittrock y John Legend
Summit Entertainment


Hemos hablado anteriormente de realizadores jóvenes como Morten Tyldum o Derek Cianfrance. Sin embargo, hay uno que les sobrepasa en precocidad: Damien Chazelle.

Chazelle cuenta 31 años y solo ha dirigido dos películas pero la segunda de ellas sigue generando adeptos a medida que llega a más público. Se trata de Whiplash, una auténtica maravilla que ahonda como pocas en la interacción entre música y drama.

Tras haber obtenido el éxito desde el cine indie, ahora se ha propuesto ampliar el espectro presentando un proyecto musical de más envergadura y presupuesto. Su nuevo guión, La La Land, pretende ser un musical romántico que, a su vez, homenajee algunos de los enclaves más icónicos de la ciudad de Los Angeles. Para conseguirlo, cuenta con un dúo protagonista que coincide por tercera vez: Ryan Gosling y Emma Stone. No falta su actor fetiche, J.K. Simmons, ni cameos de músicos de la talla de John Legend.

Dos estudios que plantean batalla constante a las majors, Lionsgate y Summit Entertainment, se han unido para producir y distribuir un film que llegará a las carteleras en verano y que puede copar las nominaciones en el apartado musical. En manos de Chazelle, esperamos lo mejor.



The Founder
dir. John Lee Hancock
Con Michael Keaton, Laura Dern, Nick Offerman, John Carroll Lynch  y Patrick Wilson
The Weinstein Company


Michael Keaton parece haberse convertido en un talismán para cualquier película que aspire a los máximos galardones. Tras Birdman y Spotlight, ahora nos presenta The Founder, un film en el que interpreta al vendedor Ray Kroc. Éste fue el hombre que vio en la hamburguesería regentada por los hermanos McDonald, en Downey (California), una oportunidad de negocio irrechazable. Tras asociarse con los McDonald durante unos años e iniciar la expansión del negocio como franquicia, Kroc acabó comprando la compañía en 1961 para convertir la cadena de hamburgueserías en uno de los negocios más fructíferos del mundo.

John Lee Hancock dirige el film sobre un guión original de Robert D. Siegel (responsabledel guión de The Wrestler). Los hermanos Weinstein se hicieron con los derechos de distribución de un proyecto extraordinarimente modesto (tuvo un presupuesto de siete millones de dólares). ¿Conseguirá Michael Keaton el Oscar con este papel o repartirá la suerte para otros como viene siendo habitual? 




Manchester by the Sea
dir. Kenneth Lonergan
Con Kyle Chandler, Michelle Williams, Casey Affleck, Gretchen Mol y Matthew Broderick
Amazon


El guionista y dramaturgo neoyorkino Kenneth Lonergan llevaba tiempo intentando sacar adelante su proyecto más personal. Finalmente, consiguió financiación a través de una serie de compañías independientes y reclutó a un grupo de actores que acostumbran a tener presencia en el circuito indie. Entorno a ellos rodó Manchester by the Sea, un potente drama familiar rodado en la población del estado de Massachusetts. La presencia de Michelle Williams, Casey Affleck y Kyle Chandler promete un tour de force interpretativo que, a buen seguro, estará entre lo mejor del año.

Hace dos meses fue presentada en el Festival de Sundance obteniendo un éxito practicamente unánime. La división audiovisual de Amazon adquirió los derechos de distribución por diez millones de dólares y tiene previsto hacer unos lanzamientos previos en festivales antes de su estreno en otoño.


Loving
dir. Jeff Nichols
Con Joel Edgerton, Ruth Negga, Michael Shannon y Marton Csokas
Focus Features


Jeff Nichols es otro joven director de enorme proyección que ya ha acreditado su gran talento en películas como Take Shelter (2011), Mud (2012) y Midnight Special (2016). Ahora se atreve con uno de esos controvertidos y polémicos casos judiciales de la historia de los Estados Unidos. Se trata de la lucha que vivió un matrimonio interracial en la Virginia de los años 50. Mildred (Ruth Negga) y Richard Loving (Joel Edgerton) contrajeron matrimonio en 1958 pero llegaron incluso a cumplir pena de prisión acusados de infringir la disposición que prohibía la celebración de bodas interraciales en Virginia. La contienda judicial continuó y llegó hasta el Tribunal Supremo quien sentenció en favor de los Loving y declaró que la ley estatal de Virginia, en este tema, quebrantaba derechos civiles y constitucionales elementales. Con esta sentencia, se puso fin a las últimas limitaciones que afectaban a matrimonios entre personas de distinta raza. 

Nichols ha escrito también el guión y cuenta con las figuras emergentes de Joel Edgerton y Ruth Negga (hija de madre irlandesa y padre etíope). También les acompaña otro gran actor como Michael Shannon, quien ya coincidió con Nichols en Take Shelter.Focus Features distribuye un film que acabó de rodarse hace pocos meses. Todos los analistas coinciden en catalogar a Loving como uno de los títulos de referencia para el tramo final del año.




Arrival
dir. Denis Villeneuve
Con Amy Adams, Jeremy Renner, Forest Whitaker, Michael Stuhlbarg y Tzi Ma
Paramount Pictures


Nos estamos aficionando a la presencia regular de Denis Villeneuve con proyectos sumamente interesantes. El director canadiense se está mostrando como un gran diseccionador del alma humana ante situaciones de máxima tensión dramática. Prueba de ello son sus tres últimos thrillers (Prisoners, Enemy, Sicario), todos ellos excelentes y repletos de matices. Su trabajo ha causado impresión entre los cineastas veteranos. El mismísimo Ridley Scott lo ha elegido para ponerse al frente de la secuela de Blade Runner, que verá la luz en otoño de 2017.

Antes de Blade Runner, tiene preparado un estreno potente para este año. Se trata de su bautismo de fuego en la ciencia ficción. Arrival es la adaptación de un relato corto escrito por Ted Chiang. Eric Heisserer firma un guión que nos propone una premisa relevante: ante la llegada de una civilización alienígena a la Tierra, las autoridades movilizan a una serie de lingüistas para que hallen la forma de comunicarse con ellos y descubrir sus intenciones. Una de las personas reclutadas para esta misión es la doctora Louise Banks (Amy Adams) para quien la experiencia la conectará con su pasado a través de flashbacks que, de algún modo, pueden ser de utilidad para esclarecer la motivación de los alienígenas. Se trata pues de un viaje emocional que entronca con clásicos del género como Encuentros en la Tercera Fase. No obstante, en manos de Villeneuve, podemos esperar una vuelta de tuerca que derive hacia terrenos desconocidos.


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Premios Oscar 2017: películas a tener en cuenta (I)

Rogue One en la Star Wars Celebration Europe

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"It is a period of civil war. Rebel spaceships, striking from a hidden base, have won their first victory against the evil Galactic Empire. 
During the battle, Rebel spies managed to steal secret plans to the Empire's ultimate weapon, the DEATH STAR, an armored space station with enough power to destroy an entire planet."

Estas líneas abrieron un camino de éxito. En 1977, Star Wars (más adelante conocida conocida como Star Wars. A New Hope) conquistó masivamente al público e inició una franquicia transmedia que, tras casi cuarenta años de existencia, se mantiene como uno de los grandes símbolos de la cultura popular.

Resulta interesante ver que el presente siempre conecta, de una forma u otra, con el pasado. Hoy ha empezado la Star Wars Celebration en el Excel Exhibition Centre de Londres. Y en el panel de Rogue One: A Star Wars Story, hemos podido confirmar aquello que se nos había adelantado a través de informadores internos. El origen de este primer spin-off de la saga galáctica se encuentra precisamente en el crawl de la primera Star Wars. El director creativo de Industrial Light & Magic, John Knoll, ha explicado que durante el rodaje de Revenge of the Sith (2005), George Lucas le contó su idea de producir una serie de imagen real situada en el universo de Star Wars.Knoll empezó a pensar en posibles ideas para alguno de los episodios de esta hipotética serie y recordó los títulos iniciales del film de 1977 donde se hablaba de la primera victoria de la Alianza Rebelde en la Guerra Civil Galáctica. Además, se decía que un grupo de espías rebeldes había conseguido apoderarse de los planos técnicos del arma definitiva del universo: la Estrella de la Muerte. No obstante, el Imperio puso todo su empeño en recuperar tan valiosa información y así llegamos a la historia que tan bien conocemos. 

Knoll siempre creyó que en esas líneas había una interesante historia que contar y cuando Lucasfilm fue comprada por Disney, se presentó la oportunidad de llevarlo a cabo. Kathleen Kennedy necesitaba ideas para "standalone movies"y la propuesta de Knoll fue la primera en recibir luz verde.

A lo largo del fantástico panel conducido por Gwendoline Christie (la capitana Phasma de El Despertar de la Fuerza), hemos conocido también las razones por las que el británico Gareth Edwards fue elegido como director e incluso hemos visto a Ben Mendelsohn caracterizado como Orson Krennic, el villano principal del film. También han estado presentes el resto del reparto principal: Felicity Jones, Mads Mikkelsen, Forest Whitaker, Diego Luna, Alan Tudyk, Riz Ahmed, Donnie Yen y Jiang Wen. Todos ellos han hablado muy escuetamente de sus personajes y han revelado los nombres de los mismos.


Tal como se preveía, Alan Tudyk interpreta a un droide mediante CGI. Su nombe es K-2SO y es un ingenio reprogramado por el capitán rebelde Cassian Andor (Diego Luna) quien lo ha convertido en su compañero de aventuras. De Felicity Jones sabíamos que daba vida a la heroína de la función, Jyn Erso, pero desconocíamos hasta hoy que su padre está en la película y que lo interpreta el extraordinario actor danés Mads Mikkelsen.Forest Whitaker, por su parte, interpreta a Saw Gerrera, un personaje que ya tiene trayectoria previa puesto que apareció en la serie de animación The Clone Wars.

Otro de los grandes momentos del panel ha sido la confirmación de la presencia de Darth Vader en la película. En diciembre pasado, Gareth Edwards viajó a Nueva York para grabar al mítico James Earl Jones pronunciando de nuevo las líneas de diálogo del emblemático lord oscuro.

Hay algo más que se ha mostrado exclusivamente al público presente en el auditorio. Suponemos que Lord Vader aparece en las imágenes pero tendremos que esperar unos días para verlo.

A continuación, el behind the scenes de la película y los momentos más destacados del panel:



SDCC 2016: Luke Cage, Iron Fist, Defenders y algo más

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Abrimos la cobertura de la San Diego Comic Con presentando las novedades del panel que ayer tuvo a las series de Marvel Studios y Netflix como protagonistas. Estaba presente el reparto principal de la nueva serie que se estrena el 30 de septiembre: Luke Cage. No obstante, Jeph Loeb, máximo responsable de la división televisiva de Marvel Studios, aprovechó para dar a los fans más novedades.

Pero empecemos por la más cercana. Tras debutar en Jessica Jones, Mike Colter encabeza el proyecto sobre el indestructible Luke Cage y lo hace acompañado por Alfre Woodward, Simone Missick, Frank Whaley, Frankie Faison, Mahershala Ali, Theo Rossi("Juice" en Sons of Anarchy) y Rosario Dawson, dando vida a la enfermera Claire Temple, auténtico nexo de unión en este universo compartido de las series Marvel-Netflix.

Tras los acontecimientos vividos con Jessica Jones, Luke Cage decide iniciar una nueva etapa en Harlem pero pronto deberá enfrentarse a una amenaza en la que su turbulento pasado volverá para atormentarle.

Cheo Hodari Coker es el productor ejecutivo y showrunner del proyecto, además de ser el responsable del guión de los dos primeros episodios. Como es costumbre de la casa, Netflix estrenará todos los capítulos el mismo día. El 30 de septiembre tenemos una cita con el nuevo héroe de Harlem.

A continuación, el trailer de Luke Cage y una pequeña entrevista a su reparto y productores:




Posteriormente, se anunció que Daredevil va a tener una tercera temporada. No se conocen fechas pero volveremos a tener al diablo de Hell's Kitchen merodeando en los tejados. Y continuando con las sorpresas, aparición no prevista de Jon Bernthal y confirmación de que Punisher tendrá su propia serie en Netflix:


Donde sí pudieron presentarse nuevas imágenes fue con Iron Fist. Se trata de un teaser en el que vemos a Danny Rand sufriendo un accidente aéreo y siendo recogido por monjes budistas. A su regreso a Nueva York, poco quedará del Danny que un día dejó la ciudad. Además de su cambio personal, añade habilidades de combate y el poder de convocar el asombroso poder del Puño de Hierro.Finn Jones (Loras Tyrell en Juego de Tronos) asume el papel protagonista acompañado por Jessica Henwick, David Wenham, Jessica Stroup, Tom Pelphrey y Carrie-Anne Moss, quien continúa interpretando a la prestigiosa abogada Jeri Hogarth. Recordemos que Hogarth tuvo una presencia habitual en Jessica Jones y también apareció en la segunda temporada de Daredevil.

Scott Buck es el showrunner de un proyecto que verá la luz en una fecha por determinar de 2017.



Finalmente, se presentó un teaser que presenta la unión de todos estos personajes en beneficio de una causa común. The Defenders supondrá el gran crossover de esta asociación Marvel-Netflix. Los actuales showrunners de Daredevil, Douglas Petrie y Marco Ramirez, asumirán las riendas creativas del proyecto. Se espera que llegue a las pantallas a finales de 2017. Así pues, tendremos juntos a Daredevil (Charlie Cox), Jessica Jones (Krysten Ritter), Iron Fist (Finn Jones) y Luke Cage (Mike Colter). En el teaser, oímos la voz de Stick (Scott Glenn) mostrando su escepticismo sobre la unión de estos cuatro superhéroes neoyorkinos.



Por último, un sizzle reel con un resumen de lo que hemos visto hasta ahora en las series Marvel-Netflix:



SDCC 2016: Panel de Juego de Tronos y novedades para la próxima temporada

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Cita ineludible en la San Diego Comic Con: el panel de Juego de Tronos (Game of Thrones). Acudieron a la presentación los showrunnersDavid Benioff & DB Weiss, el director de los dos últimos episodios, Miguel Sapochnik, y los siguientes miembros del reparto: Sophie Turner (Sansa Stark), Liam Cunningham (Davos Seaworth), Iwan Rheon (Ramsay Bolton), Isaac Hempstead-Wright (Bran Stark), Nathalie Emmanuel (Missandei), John Bradley (Samwell Tarly), Conleth Hill (Varys), Faye Marsay (The Waif) y Kristian Nairn (Hodor).

Una vez confirmada la duración de la séptima temporada hace unos días, los showrunners explicaron que la llegada del invierno a Poniente exige escenarios acordes a ello. El plan de rodaje habitual, de julio a noviembre, ha tenido que ser modificado a causa de ello y es por eso que la filmación empezará en octubre y terminará en febrero. Como consecuencia, los capítulos se estrenarán en verano. Dicho esto, se mostró un video que recoge la preparación de escenarios interiores en el cuartel general de la serie:  The Paint Hall Studios, en Belfast (Irlanda del Norte).


Recordemos que en lo que se refiere a exteriores están confirmadas varias localizaciones de Andalucía, Extremadura y País Vasco, además de Islandia e Irlanda del Norte.

A continuación, os dejamos con el panel completo de la Comic Con. Si queréis conocer la transcripción en castellano de las declaraciones más importantes, podéis visitar el artículo publicado en Los Siete Reinos.


SDCC 2016: The Walking Dead panel con la presencia de Negan

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Tras el sanguíneo y visceral final de la sexta temporada se esperaba con expectación el panel de The Walking Dead y la presencia de Jeffrey Dean Morgan junto al reparto principal.

Robert Kirkman calmó a los ansiosos asegurándoles que su espera para conocer la identidad de la víctima de Negan valdrá la pena. A continuación, aparecieron en escena Scott Gimple, showrunner de la serie, Andrew Lincoln (Rick Grimes), Norman Reedus (Daryl Dixon), Danai Gurira (Michonne), Chandler Riggs (Carl Grimes), Sonequa Martin-Green (Sasha Williams), Christian Serratos (Rosita Espinosa), Michael Cudlitz (Abraham Ford), Steven Yeun (Glenn Rhee), Lauren Cohan (Maggie Greene), Ross Marquand (Aaron), Josh McDermitt (Eugene Porter) y, por supuesto, Jeffrey Dean Morgan emulando a Negan y blandiendo su mortal bate conocido como "Lucille".

En octubre podremos presenciar una temporada explosiva en la que Negan campará a sus anchas mientras los supervivientes a su cólera tratarán de hacer causa común para derribarle. Uno de los que se unirá a la cruzada es un personaje que se ha convertido en uno de los favoritos entre los seguidores del cómic. Se trata de Ezekiel, el líder de la comunidad conocida como "The Kingdom". El autoproclamado rey, que incluso tiene a un tigre como mascota, va a ser interpretado por Khary Peyton.

A continuación, el trailer de la nueva temporada y el panel completo de la Comic Con.





SDCC 2016: Panel de Warner-DC y trailers de Wonder Woman y Justice League

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Alud de novedades y sorpresas en un excepcional panel de Warner Brothers y el DCEU. El moderador Conan O'Brien dio paso a una sucesión de apariciones grupales, a cual más interesante, para hacer brillar el futuro de este universo compartido que debe hacer frente a la dura competencia de Marvel Studios y al escepticismo de cierta parte del público.

El Hall H de la San Diego Comic Con acogió a los directores de las futuras películas de la casa: David Ayer (Suicide Squad), Patty Jenkins (Wonder Woman), Zack Snyder (Justice League), Rick Famuyiwa (Flash), James Wan (Aquaman) y, finalmente, la confirmación definitiva de que Ben Affleck dirigirá y protagonizará una nueva película de Batman.


Aunque se encuentra en plena fase de rodaje, Justice League tuvo también su gran momento con Zack Snyder introduciendo a Ben Affleck (Batman), Gal Gadot (Wonder Woman), Ray Fisher (Cyborg), Ezra Miller (Flash), Jason Momoa (Aquaman) y, por supuesto, Henry Cavill (Superman). Lo que no se esperaban los miles de asistentes al Hall H es que recibirían la gran sorpresa de un sizzle reel de la película que encandiló a todo el mundo. A continuación, el trailer y la sección correspondiente del panel:


No obstante, los protagonistas más inmediatos de este año debían ser los que llegarán más pronto a las pantallas. Y así fue como tuvimos panel completo de Suicide Squad con David Ayer, Will Smith (Deadshot), Margot Robbie (Harley Quinn), Jared Leto (Joker), Joel Kinnaman (Rick Flag), Jai Courtney (Boomerang), Viola Davis (Amanda Waller), Jay Hernandez (Diablo), Cara Delevingne (Enchantress), Adewale Akinnuoye-Agbaje (Killer Croc), Scott Eastwood Karen Fukuhara (Katana).


El segundo panel fue el de Wonder Woman. La directora, Patty Jenkins, estuvo acompañada por la mismísima princesa Amazona, Gal Gadot, además de Chris Pine (Steve Trevor) y Connie Nielsen (Hippolyta). Además del poster de la película se mostró un fantástico trailer que genera gran expectación con vistas a su estreno el próximo verano.

 

SDCC 2016: Marvel Studios presenta sus novedades para los próximos años

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Después del despliegue de Warner-DC, Marvel Studios tenía que mostrar su poderío y las virtudes de un proyecto sumamente consolidado que tiene un schedule potentísimo para los próximos tres años. Pero empecemos por el nuevo logo de la compañía que se incorporará a las producciones de la casa a partir de noviembre con el estreno de Doctor Strange. La nueva introducción sustituye casi por completo las viñetas de cómic y sitúa con fuerza bocetos de pre-producción de las películas junto a imágenes en movimiento de las mismas. La partitura musical que acompaña a la intro ha sido compuesta por Michael Giacchino, compositor habitual de los proyectos de JJ Abrams y muy vinculado también a Pixar.


La mayor atención del panel de Marvel Studios debía ser para los dos próximos estrenos de la casa: Doctor Strange y Guardians of the Galaxy vol. 2.

Doctor Strange llegará a los cines el próximo 4 de noviembre. Es el segundo largometraje de la Fase III de Marvel Studios e introduce, por vez primera, el elemento más místico y mágico de la Casa de las Ideas.Stephen Strange es uno de los personajes más interesantes jamás creados y su odisea de descubrimiento se mantiene como una de las tramas más interesantes concebidas en la historia del cómic. Desde su Sancta Sanctorum de Greenwich Village, el Doctor Strange protegerá a la ciudad de Nueva York desde una óptica diferente a la de los otros superhéroes. Su guardia se centrará en vigilar los diferentes planos de realidad.

Kevin Feige, máximo responsable de la compañía, estuvo presente en todo el panel y confirmó que aunque tienen planes para 2020 en adelante, en estos momentos se están centrando creativamente en las nueve películas que estrenarán en los próximos tres años. El director y guionista de la película, Scott Derrickson, estuvo presente en el panel junto al impresionante reparto de la misma, encabezado por Benedict Cumberbatch. Junto a él comparecieron Tilda Swinton, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams, Mads Mikkelsen y Benedict Wong. La sorpresa llegó cuando se presentó un nuevo trailer. A continuación, el nuevo avance y el panel completo:





Guardians of the Galaxy vol. 2 se estrenará el 5 de mayo de 2017. James Gunn cuenta con el reparto original a los que se añaden Kurt Russell, Elizabeth Debicki y Pom Klementieff.Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista, Karen Gillan y Michael Rooker (completamente caracterizado como Yondu) comparecieron en un panel que se caracterizó por el mismo nivel de diversión y locura que James Gunn ha imprimido a Guardianes. No hubo trailer pero sí nuevo logo. Por otra parte, se confirmó lo esperado: Kurt Russell dará vida al padre de Star-Lord (Chris Pratt). Será una forma humanoide del personaje llamado Ego, el Planeta Viviente. A continuación, el panel:



Vamos con las producciones a largo plazo. Empezamos con Black Panther. Tras ser introducido el personaje en Captain America Civil War, Chadwick Boseman encabezará una película que verá la luz el 16 de febrero de 2018. El rodaje no empezará hasta el próximo mes de enero pero el director Ryan Coogler ya dispone del reparto principal que acompañará a Boseman. Se trata de su actor fetiche, Michael B. Jordan, que dará vida al villano Erik Killmonger, Danai Gurira (Michonne en The Walking Dead) que asume el papel de Okoye, mientras que Lupita Nyong'o será Nakia. A continuación, el panel del superhéroe de Wakanda:


Sobre Thor: Ragnarok, actualmente rodándose en Australia, solo se mostró un video cómico grabado desde el set de rodaje por el director Taika Waititi y un nuevo logo. Se estrena el 3 de noviembre de 2017.

Uno de los proyectos sobre los que se mantiene una gran expectación es la introducción de Spider-Man en el universo compartido de Marvel tras su prometedora presentación en Captain America: Civil War. La película también se encuentra en fase de rodaje con vistas a su estreno el 7 de julio de 2017. Jon Watts dirige la cinta que protagoniza el jovencísimo Tom Holland junto a un reparto extraordinariamente precoz formado por Zendaya, Laura Harrier, Tony Revolori y Jacob Batalon. No estuvo presente el veterano Michael Keaton aunque ya sabemos por el video de escenas mostradas que el Buitre será el villano de la función.


La parte final del panel incluyó la gran sorpresa del día. El anuncio por parte de Kevin Feige de la actriz elegida para interpretar a la Capitana Marvel en la película homónima que verá la luz el 8 de marzo de 2019. Se trata de la reciente ganadora del Oscar, Brie Larson. La actriz que también presentaba Kong: Skull Island en la Comic Con, apareció en el escenario despertando el delirio de los siete mil asistentes y dando paso a una conclusión final con todos los protagonistas del panel en el escenario. Chris Hardwick, el moderador del acto, intentó hacer una foto grupal extremadamente difícil debido al gran número de gente presente en el escenario. Tuvo que confiar su móvil a una persona de la organización para obtener el ángulo apropiado.



El público del Hall H se mostró entusiasta en todo momento y Kevin Feige quiso tener un detalle con ellos tras tantas horas haciendo cola. Se mostraron secuencias exclusivas de Doctor Strange, Guardians of the Galaxy vol. 2, y Spider-Man: Homecoming. Además, la gorra oficial de Marvel Studios, con el nuevo logo, les esperaba a la salida del abarrotado auditorio.

SDCC 2016: 30 aniversario de Aliens

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El 18 de julio de 1986 se estrenó Aliens. Después de conseguir un éxito inesperado con una película de bajo presupuesto cuyo título quizá os suene (Terminator), James Cameron convenció a los dirigentes de la Fox con una propuesta para continuar la saga iniciada con la magistral Alien (1979), de Ridley Scott.

A pesar del complejo rodaje, pronto se vio que Aliens no era una simple secuela. Su acertada combinación de acción y tensión dramática, unida a una trama hipnótica, convirtió a Aliens en uno de los mejores sci-fi de la historia del cine. Durante estos treinta años, nuevas generaciones han caído bajo el influjo de una película que no ha perdido una gota de credibilidad técnica. Este prodigio de James Cameron se vertebró a través del inconmensurable trabajo del gran Stan Winston en la creación de efectos especiales mecánicos y de un extraordinario reparto que hizo suyo cada uno de los papeles. Bajo el liderazgo de la mejor heroína que ha dado el cine fantástico, Sigourney Weaver dando vida a Ellen Ripley, Aliens se sitúa en el altar de la excelencia cinematográfica.

Ante una gran efeméride como esta, la Comic Con de San Diego no podía hacer otra cosa que preparar un panel homenaje en el que estuvieran presentes los principales activos de la película.

Así fue como, durante la jornada del sábado, el columnista Anthony Breznican moderó un panel en el que comparecieron James Cameron, la productora Gale Anne Hurd, Sigourney Weaver (Ripley), Michael Biehn (Hicks), Bill Paxton (Hudson), Lance Henriksen (Bishop), Paul Reiser (Burke) y Carrie Henn (Newt).

Os dejo con el extenso panel que incluyó también un Q & A con el público. Una auténtica joya que se disfruta minuto a minuto porque está repleto de datos e informaciones que complementan una experiencia cinéfila de primer nivel.


SDCC 2016: 50 aniversario de Star Trek

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El 8 de septiembre de 1966 se emitió el primer capítulo de Star Trek. El proyecto ilusionante que Gene Roddenberry (1921-1991) llevaba varios años intentando sacar adelante veía finalmente la luz. Lo conseguido por la serie original no tuvo un reflejo inmediato pero quedó en la base de un numeroso espectro de público capaz de organizar convenciones y actos diversos durante años. Esta fan base hizo ver a Roddenberry y a Paramount Pictures que la andadura de su creación no podía limitarse a sucesivas reposiciones de la serie original. Así fue como llegaron las películas que recuperaban a la tripulación original. La segunda fase de la expansión se completó con nuevas series que ampliaron el universo compartido hasta crear una franquicia caracterizada por disponer de la fan base más combativa y reivindicativa. Los ideales de tolerancia, justicia, concordia y paz, inherentes a los principios de Roddenberry, han continuado impregnando a la franquicia mientras se han ido introduciendo nuevos escenarios y personajes que han engrandecido el legado de una saga básica en la historia del sci-fi audiovisual.

En la reciente Comic Con de San Diego se quiso ofrecer un reconocimiento a tan histórica efeméride en un panel que moderó Bryan Fuller, productor y showrunner de Star Trek: Discovery, la nueva serie que verá la luz en la CBS All Access a partir de enero de 2017. Aunque se desconoce el reparto, sí que sabemos que la propuesta se sitúa en el Prime Universe. Por consiguiente, se incorporará al marco temporal de las series de televisión y películas realizadas antes del reboot de JJ Abrams en 2009. En el cine continúa el Kelvin Universe, o universo alternativo al marco temporal primigenio.

Fuller introdujo a los participantes de un panel que gozó del tiempo necesario para que las reflexiones de los comparecientes pudieran llegar a una audiencia expectante. Estuvieron presentes William Shatner (Capitán James T. Kirk), Brent Spiner (Data en TNG), Michael Dorn (Worf en TNG y DS9), Jeri Ryan (Siete de Nueve en Voyager) y Scott Bakula (Capitán Jonathan Archer en Enterprise). Al final del panel, se guardaron unos momentos de silencio en memoria de los recientemente desaparecidos Leonard Nimoy y Anton Yelchin.

 

Epílogo: Río Lobo (1970), de Howard Hawks

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Un artículo de Juan Pais.


Cuando Howard Hawks rodó Río Lobo, en 1969, estaban en pleno apogeo las películas de Sam Peckinpah y el spaghetti western, cine que rechazaba la limpidez moral de las obras clásicas, proponiendo un enfoque más ambiguo. Pese a ello, el realizador rodó una película que desafiaba ese cine sucio y violento, aunque también es cierto que aporta una novedad: en esta nueva fábula hawksiana sobre la integridad personal y la necesidad de unidad comunitaria frente al enemigo nos encontramos con que éste es una pilar importante de la misma, un sheriff corrupto. Hawks se apuntaba a las tendencias desmitificadoras y contestatarias de los años 60, aunque tenuemente: no es el sistema el que está podrido sino uno de sus integrantes.

Howard Hawks tenía 74 años cuando filmó Río Lobo. Su trayectoria abarcaba más de 40 años en los que había frecuentado diversos géneros dejando constancia de su talento y buen hacer. En ese momento no estaba interesado en innovar, sino en profundizar y desarrollar las ideas que habían propiciado sus mejores películas. Con la sencillez que le caracterizaba – y que se reflejaba en su forma sobria de rodar – Hawks consideraba Río Lobo como "una película de John Wayne", actor sobre el que se había creado un arquetipo que Hawks y otros, como John Ford, habían consolidado en sus películas.

John Wayne ya estaba consagrado no sólo como estrella, sino también como arquetipo, como se señala en el párrafo anterior. En los años sesenta había continuado en el candelero gracias a obras maestras como El Hombre que Mató a Liberty Valance y las películas de Andrew V. McLaglen, que prorrogaban su fama en los años 60, cuando los héroes de una pieza como Wayne empezaban a ser cuestionados. En 1970, sin embargo, el protagonista de Río Rojo vivía un momento dulce; su estupendo trabajo en el magnífico western de Henry Hathaway, Valor de ley (True Grit, 1969), le había proporcionado el Oscar al mejor actor, que recibió en una ceremonia celebrada durante el rodaje de Río Lobo. Cuando volvió al plató todo el equipo lo recibió con un parche en el ojo - como el que llevaba Rooster Cogburn, su personaje en la película de Hathaway -, incluido su caballo.


Río Lobo es la tercera película de una trilogía que conforman Río Bravo (1959) y El Dorado (1966), películas en las que los protagonistas defienden a su comunidad, amenazada por unos facinerosos, que tal y como señalábamos antes en esta película son los hombres de un corrupto agente de la ley. Hawks decía que cuando se tiene una buena idea debe volverse sobre ella, opinión que tal vez se discutiese a otros directores pero que al director de La Fiera de mi Niña (Bringing up, Baby, 1938) se le aceptaba, no obstante había dirigido grandes películas. En esta trilogía no es la primera vez que Hawks se repite: Su Juego Favorito (Man's Favorite Sport?, 1964) es un remake de La Fiera de mi Niña, y ambas son sobresalientes comedias.

Para escribir el guión (que partía de una historia de Burton Wuohl) Hawks contó una vez más con su colaborada habitual Leigh Brackett, habitual novelista de ciencia ficción, y autora de los libretos de El Sueño Eterno (The Big Sleep, 1946), Río Bravo (1959) y Hatari (1962).Brackett tuvo que reescribir su guión varias veces: primero, porque Hawks no estaba contento con el que escribió Wuohl, y segundo, porque el coprotagonista inicialmente previsto, Robert Mitchum, declinó aparecer en la película alegando que estaba retirado (John Wayne diría al respecto que desde que conocía a Mitchum, muchos años atrás, éste estaba anunciando su retiro) y su personaje se desdobló en dos, que interpretaron el mexicando Jorge Rivero y el propio hijo del protagonista de Retorno al Pasado (Out of the Past, 1947), Chris Mitchum. Otras fuentes afirman que Mitchum padre no pudo ser contratado por problemas de presupuesto.

El veterano William Clothier, responsable de la fotografía de westerns como El Hombre que Mató a Liberty Valance (The Man Who Shot Liberty Valance, 1962) y El Álamo (1960), dirigida por Wayne, fue contratado para filmar Río Lobo, y Jerry Goldsmith, uno de los músicos más importantes de la historia del cine, compuso la banda sonora en la que destaca la pulcra y romántica melodia a la guitarra de los títulos de crédito.

Tal y como se ha señalado anteriormente, John Wayne se hizo cargo del rol protagonista, el del coronel Cord McNally, perteneciente a la Unión, que al final de la Guerra de Secesión custodia un convoy ferroviario que traslada las nóminas de los soldados. Un día, dicho convoy es asaltado por sudistas al mando del capitán Pierre Cardona (Jorge Rivero) y su ayudante, Tuscarola (Chris Mitchum). Los hombres de McNally no pueden hacer nada para repeler el asalto, que según deduce el coronel tuvo que ser llevado a cabo contando con la complicidad de un traidor que les diera la información necesaria a los sudistas.


Una vez acabada la contienda, McNally se reune con Cardona y Tuscarola y les asegura que no les guarda rencor, puesto que el asalto al tren fue una acción de guerra, pero que la traición es un delito y quiere averiguar la identidad del soldado unionista que les dijo que ese convoy trasladaba dinero. Ellos no pueden darle ningún nombre, sólo la descripción. McNally les pide que si vuelven a ver a ambos hombres contacten con él a través de su amigo, Pat Cronin (Bill Williams), sheriff de Blackthorne (Texas).

Tiempo después, Cronin se pone en contacto con McNally a petición de Cardona. Al parecer, Whitey (Robert Donner), uno de los ayudantes del sheriff de Río Lobo, mató a un hombre que estaba relacionado con Shasta Delaney (Jennifer O'Neill), una mujer que acude a Cronin en busca de justicia. Cardona le dice a McNally que Whitey es uno de los dos hombres que le dieron información sobre el tren asaltado en la guerra.

McNally, Cardona y Shasta se dirigen a Río Lobo, ya que Tuscarola tiene problemas. Su padre (Jack Elam, interpretando un rol de borrachín que recuerda al Stumpy de Río Bravo) y otros rancheros están siendo acosados por el sheriff Hendricks (Mike Henry) y sus hombres y él han sido detenidos. Es en Río Lobo cuando McNally descubre la identidad del traidor al que anda buscando. El enfrentamiento es inevitable.



Río Lobo se rodó en Cuernavaca y Morelos (Mexico) y Tucson (Arizona). Su estreno tuvo lugar el 18 de diciembre de 1970 en Estados Unidos y el 11 de abril de 1971 en España. La recepción crítica no fue muy buena, aunque no fueron muy duros debido al respeto que les inspiraba Hawks y, sobre todo, Wayne, considerado un icono nacional. Aunque con la boca pequeña, muchos consideraban agotado el cine del director, que se disgustó mucho debido a ello.

Sin embargo, el tiempo ha sido benévolo con Río Lobo. El western fue cayendo en el ostracismo en los años 70, y esta película, aunque fue olvidada durante mucho tiempo y sólo se la tenía en cuenta por haber sido la última firmada por Howard Hawks, ha sido revalorizada en los últimos años, considerándosela mejor que en el momento de su estreno.

Sin duda, Río Lobo es una obra digna y no desmerece mucho de las otras películas de la trilogía hawksiana. Pero también hay que admitir que es inferior a Río Bravo y El Dorado; es como un pálido reflejo de esas películas. Está muy bien rodada y cuenta con una narración fluida. Sin embargo, los actores no están muy a la altura. Por mucha presencia que tuviera, John Wayne está demasiado viejo y ajado para ser el héroe, y no resultaría creíble su relación romántica con una mujer joven, por lo que ésta se hurta al espectador, que por otro lado, tal vez añorase un romance entre los protagonistas masculino y femenino.

No poder contar con Mitchum también repercute negativamente en Río Lobo.Jorge Rivero y Chris Mitchum (recordemos, hijo de Bob) no tienen el carisma de aquél y tampoco la necesaria química con Wayne.Jennifer O'Neill, una actriz muy hermosa pero limitada, no encaja demasiado bien en el arquetipo de mujer fuerte e independiente que caracteriza el cine de Hawks, mientras que Jack Elam no consigue hacer olvidar al genial Walter Brennan de Río Bravo.

-¡¿Confortable?! Me han llamado muchas cosas, pero ¿confortable?
Howard Hawks empezó con ganas el rodaje de Río Lobo, y eso se nota en las escenas del robo al tren, que duran media hora y que están estupendamente filmadas. Sin embargo, testigos del rodaje afirmaron que durante el resto de la filmación, en los viejos estudios Republic, Hawks perdió el interés pronto, y además tuvo muchos problemas con Jennifer O'Neill, con la que discutía constantemente (el director declaró después que estaba más interesada en su pelo que en su papel). Al final del rodaje, John Wayne se encargó de dirigir a los actores. Hawks ya pasaba de todo.

Tras el estreno de Río Lobo, Hawks quiso olvidar esta experiencia y se puso a trabajar en un proyecto que le hacía ilusión: una nueva versión de su película Una Chica en Cada Puerto (A Girl in Every Port, 1928). Durante cinco años trabajó en ella pero no pudo llevarla a cabo. En 1977, una caída en su casa le provocó una hemorragia cerebral masiva, muriendo una semana después del accidente, el 26 de diciembre de 1977. El óbito de Charles Chaplin el día antes hizo que la muerte del que junto a John Ford fue el mejor director americano del cine clásico pasara un tanto desapercibida. No se lo merecía, aunque dada la sobriedad de su cine, tal vez no le hubiera desagradado.

Suicide Squad - The Dirty Dozen con superpoderes

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Un artículo de Xavi López.

“A finales de los 80, un programa secreto del gobierno destinado a eliminar amenazas super-poderosas fue reactivado…”

Task Force X, The Suicide Squad, El Escuadrón Suicida es la nueva apuesta por trasladar al celuloide algunos de sus cómics más celebres por parte de la Editorial DC COMICS.

The Suicide Squad parte de la premisa que ya se hizo célebre en la película Doce del Patíbulo (The Dirty Dozen, 1967) en la que una docena de soldados condenados a la pena capital eran reclutados por el Mayor Reisman en plena Segunda Guerra Mundial para llevar a cabo una misión en la que ninguno de ellos sobreviviría.

En este caso, se cambia a doce soldados condenados a la pena capital por varios supervillanos de segunda categoría (o primera según sea la alineación) para que realicen una serie de misiones (de número indeterminado), a cada cual más peligrosa, para el Gobierno de los Estados Unidos a cambio de una rebaja sustancial (conmutación) de la pena que se les ha impuesto.

Huelga decir que las misiones serán del tipo “necesito a tres voluntarios para una misión MUY peligrosa” y que el mismo gobierno, en caso de fallar la misión, echará mano a la proverbial “negación plausible”, es decir, que negarán cualquier implicación en el caso.

De hecho, la encarnación inicial dista un poco del resultado final. The Suicide Squad nació en 1959, en el número 25 de “The Brave and The Bold”, de la mano de Robert Kanigher y Ross Andru. Se trataba de un equipo de científicos formado por la Dra. Karin Grace, el Dr. Hugh Evans y el Dr. Jess Brigh, todos ellos liderados por el Coronel Rick Flagg para investigar y luchar contra amenazas monstruosas, creado a modo de reemplazo de la Sociedad de la Justicia de América (The Justice Society of America) y cuyos miembros “se retiraron” en pleno auge de las injustas acusaciones del Comité de Actividades Antiamericanas.

El Escuadrón Suicida original


Pero no fue hasta 1987, tras su aparición en la Mini-serie LEGENDS (Legends número 3) y gracias a John Ostrander y a John Byrne que realmente se llegó a fraguar el concepto de Escuadrón Suicida o Task Force X (nada que ver con el Universo Mutante de la Casa de las Ideas) hasta su aceptación y éxito posteriores.


La encarnación sobre la que se basa su actual concepto.

Lo que destaca de The Suicide Squad es el elenco de personajes, unos principales que NO DEBEN MORIR y repiten en cada misión y los secundarios (léase por secundarios a villanos de serie B – carne de cañón – que van a morir sí o sí – amigos, esto es un cómic adulto, NO Candy Candy) con todas sus características, fobias, filias, personalidades, gustos, perversiones, paranoias….

Y en eso, precisamente, Ostrander nos demuestra que domina el terreno.

Tenemos a:
  • Deadshot (Floyd Lawton), uno de los asesinos más mortíferos del mundo, pero que como consecuencia de una tragedia familiar, es un hombre con tendencias suicidas. Quiere morir y acepta todas las misiones que le asignen, no importa cuan peligrosas sean.
  • Capitán Boomerang (George “Digger” Harkness), un miserable, capaz de cualquier cosa por dinero o por salvar su miserable pellejo. Un antiguo “rogue” de The Flash (uno de sus villanos de cabecera). El hijo ilegítimo de un soldado americano y una australiana, criado en la pobreza. Un cobarde rastrero, con una gran habilidad con los boomerangs.
  • Tigre de Bronce (Ben Turner), un artista marcial de primer nivel intentando luchar contra su lado oscuro (interpretado por Michael Jai White en la serie Arrow).
  • La Encantadora (June Moone), una artista freelance que al ser invitada a una fiesta de disfraces en un castillo antiguo, tropieza con una cámara secreta donde un ser mágico (conocido como Dzamor) le da poderes para luchar contra una presencia maligna en ese mismo castillo pronunciando las palabras mágicas “La Encantadora” y cambiando su aspecto.
  • Nightshade (Eve Eden) una espía y princesa de otra dimensión. 
  • Blockbuster (Mark Desmond), un científico que deseoso de aumentar su fuerza física creó una formula que lo transformó en una especie de gigantón forzudo pero con el cerebro de un bruto. Moriría en la miniserie Legends y sería reemplazado por Mindboggler (Leah Wasserman), quien fallecería a causa de la traición del Capitán Boomerang.
  • Plastique (Bette Sans Souci), una terrorista que amenazaba al gobierno de Canadá con la independencia del Québec.
  • Nemesis (Tom Andrew Tresser), un vigilante reconvertido en operativo del Gobierno de los Estados Unidos y maestro del disfraz.
  • Rick Flagg Jr., líder de campo del equipo, un militar con un código de conducta rígido, hijo de un héroe de guerra (Richard Montgomery Flagg Sr.) y miembro del 2º Suicide Squad (tampoco exento de remordimiento y soportando un gran peso psicológico sobre sus espaldas) y, por último, la Doctora Amanda Blake Waller“The Wall”, una mujer que hace palidecer el término “igualdad de género”. A excepción de Nightshade, Nemesis o el Tigre de Bronce, que se unen voluntariamente, el resto lo hace “a petición” de Waller.

Waller manda a ese montón de escoria que es el Escuadrón a todas y cada una de aquellas misiones que les encomiende. No importa lo peligrosas que sean o si jamás volverán con vida ellas. Como se suele decir “SHE CALL THE SHOTS”. Ella manda. Es despiadada, manipuladora, ocupa una posición de poder y no le importa lo que ocurra con los hombres y mujeres a los que manda a una muerte más que segura. Lo único que importa es la misión.

El Volumen 1 de la colección también cuenta con un plantel de secundarios no exento de sus propios problemas, y que lo conforma el personal de Belle Reve, la prisión donde el Escuadrón tiene su base (y de donde Waller selecciona a la carne de cañón). Son guardias, miembros de personal, el capellán de la cárcel o el personal psiquiátrico cuyas vidas personales y motivaciones también son mostradas para ver como interactúan con los criminales.

Ese hermoso elenco de seres humanos es el que conforma uno de los más heterogéneos y dispares grupos de seres superpoderosos que pueblan el Universo DC y que este viernes 5 de Agosto asalta la gran pantalla.

(de izquierda a derecha) Diablo, Killer Croc, Deadshot, Harley Queen, Rick Flagg, La Encantadora, - sentada – Katana, el Capitán Boomerang y Slipknot.

Todos Queremos Algo (Everybody Wants Some!!, 2016)

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Un artículo de Mike Sanz.


A finales de agosto de 1980, Jake se muda al campus de la universidad de Austin, en Texas. Ha conseguido una beca deportiva y el equipo de béisbol espera su llegada para darle la bienvenida a su nueva vida, en la que no faltarán el alcohol, las fiestas, las chicas ni el deporte.

Todos Queremos Algo
es la nueva película escrita y dirigida por Richard Linklater, cineasta afincado en su Texas natal. De carrera irregular pero interesante, Linklater se consagró con Movida del 76 (Dazed and Confused, 1993), película de culto que narraba el inicio de las vacaciones de verano de un grupo de jóvenes a las afueras de Texas y que contaba con un reparto de intérpretes emergentes, caso de Ben Affleck, Milla Jovovich, Adam Goldberg y un primerizo Matthew McConaughey. Este ejercicio narrativo dio a Linklater una posición cómoda dentro del panorama independiente, que le permitió compaginar películas menores con la trilogía Antes de... (1995-2013, protagonizada por Ethan Hawke, su amigo y actor fetiche), el clásico generacional Escuela de Rock (School of Rock, 2003), la adaptación de A Scanner Darkly, de Philip K. Dick (2006) y Boyhood (2014), un proyecto personalísimo que tardó doce años en rodar, pues narraba la infancia y adolescencia de un niño en Texas. Tras el reconocimiento obtenido por esta última cinta, la siguiente película del texano ha sido reconocida ampliamente como la «secuela espiritual» de Movida del 76.

Todos Queremos Algo cuenta una historia complementaria y retoma los temas ya expuestos en su predecesora. Cuenta los primeros días en la universidad de Austin de un joven que experimenta, por fin, el complejo mundo de los adultos. Lo que a primera vista podría pasar por una comedia de situación alocada, en la línea de American Pie, pronto presenta a los espectadores un trasfondo rico en nostalgia y reflexiones acerca del paso del tiempo, la amistad y la responsabilidad. Linklater retoma la técnica narrativa de Movida del 76 y recurre a una sucesión de escenas de la vida cotidiana para retratar una época, el paso de los setenta a los ochenta. Solo transcurren tres días, pero hay tiempo de dar pinceladas acerca de las aspiraciones y la rutina del equipo de jugadores de béisbol.


Todos Queremos Algo se basa en la naturalidad de la puesta en escena. El propio director ha comentado en varias entrevistas que escribió el guion basándose en sus experiencias personales y que recurría a sus recuerdos para indicar a los actores qué expresiones y qué lenguaje corporal eran los de la época. El reparto, a pesar de estar compuesto por caras poco o nada conocidas, logra transmitir espontaneidad y camaradería para que la película fluya. Destacan las interpretaciones de los protagonistas, Blake Jenner y Zoey Deutch, y de secundarios como Tyler Hoechlin (el niño de Camino a la Perdición) y Austin Amelio (Dwight en The Walking Dead).Linklater se sirve también de una banda sonora elegida con tacto, que va de la música disco al country y el punk y que incluye clásicos como My Sharona, Heart of Glass o Hand in Hand.

Tras el éxito rotundo de Boyhood, Richard Linklater ha vuelto al pasado con la secuela de uno de sus títulos más emblemáticos. Nos deja con un viaje emocional a otra época que despierta emociones universales, y lo consigue con una película independiente y cuidada al detalle.

Nuevo trailer de Rogue One: A Star Wars Story

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A LUCASFILM PRODUCTION

"ROGUE ONE: A STAR WARS STORY"


FELICITY JONES  DIEGO LUNA  BEN MENDELSOHN

  DONNIE YEN  MADS MIKKELSEN  ALAN TUDYK

RIZ AHMED  JIANG WEN

and FOREST WHITAKER


Music by
ALEXANDRE DESPLAT

Costumes by
DAVID CROSSMAN and GLYN DILLON

Edited by
JABEZ OLSSEN

Production design by
DOUG CHIANG and NEIL LAMONT

Cinematography by
GREIG FRASER

Produced by
KATHLEEN KENNEDY  ALLISON SHEARMUR and SIMON EMANUEL

Story by
JOHN KNOLL and GARY WHITTA

Written by
CHRIS WEITZ and TONY GILROY

Directed by
GARETH EDWARDS

The Wire: dos localizaciones, dos mundos

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Cuando se habla de las mejores series de televisión producidas hasta la fecha, nunca puede faltar The Wire (HBO, 2002-2008). Este relato político, criminal y policíaco tiene la virtud de diseccionar a la ciudad de Baltimore como reflejo de lo que ocurre, cada día, en las grandes ciudades occidentales. Toda la contundencia y visceralidad que se muestra en The Wire es, en esencia, el resultado de un análisis a fondo sobre las virtudes y defectos de la sociedad democrática. Nos hemos dotado de instituciones y hemos organizado la sociedad según los preceptos de libertad y participación pero debemos ser conscientes también que todo ello conlleva la creación de pasadizos secretos. Son resquicios del sistema, por donde se cuelan actividades ilegales, corrupción política, delitos de todo tipo, y degeneración de creencias y valores. Es importante asumirlo como forma de funcionar ya que no hay alternativa posible a la construcción social y jerárquica de la que nos hemos dotado y en la cual tenemos la posibilidad de seguir interviniendo. La negación de la libertad y los valores democráticos es inviable y eternamente rechazable. No podemos equivocarnos en este tema. Nunca más.

Volviendo a The Wire debemos ponderar a la ciudad de Baltimore (Maryland), auténtico marco geográfico de la acción. La serie creada por David Simon radiografía la ciudad desde varios frentes y construye un fresco general que permite crear un drama sólido y contundente, capaz de generar atención desde la representación descarnada de los hechos. En la narración establecida, Simon y Ed Burns, co-showrunner, decidieron establecer una serie de puntos de anclaje que irían caracterizando a cada una de las cinco temporadas: el tráfico de drogas, los negocios delictivos en el puerto, la corrupción política municipal, las escuelas públicas en barrios desfavorecidos y la "mala praxis" periodística. Estos centros de gravedad alternos vertebran una serie que es capaz de ofrecer una propuesta diferente temporada a temporada, introduciendo de forma constante a nuevos personajes que interactuaran, de una forma u otra, con los miembros del núcleo o core central.

En definitiva, una serie magistral en todos los aspectos que tiene la virtud de no tener censura alguna en la forma de presentar situaciones. No obstante, no debemos olvidar que Baltimore es una de las ciudades con más enjundia de los Estados Unidos. Formó parte del levantamiento contra los ingleses en el siglo XVIII y tiene un legado cultural y científico indudable. Baltimore es la ciudad de figuras destacadísimas en muy diversos campos: Edgar Allan Poe, Edith Hamilton, Frederick Douglass, Babe Ruth, Billie Holiday y, más recientemente, Jada Pinkett Smith, y Michael Phelps. En la ciudad también se encuentra el Hospital Universitario Johns Hopkins, uno de los centros de investigación más prestigiosos y avanzados del mundo. Obviamente, al ver The Wire, nos quedamos con las esquinas del oeste y norte de la ciudad, pobladas por trapicheadores y traficantes. También con las casas vacías y las calles degradadas, producto de una desindustrialización y pérdida de población que aún se arrastra. Las cifras elevadas de homicidios y tiroteos son una lacra contra la que se sigue luchando, pero la ciudad tiene la determinación de seguir haciendo frente a sus problemas mientras continúa rehabilitando barrios y construyendo un nuevo horizonte, apoyándose en los grandes inputs que la urbe ya posee.

No comparto completamente la visión pesimista de Simon & Burns. Creo que debemos valorar más aquellas cosas que son caldo de cultivo para la mejora. Tal como decía al principio, lo que se ve en The Wire también está presente en Europa. Forma parte de la evolución social y debemos combatirlo aunque asumiendo que buena parte de esas situaciones son sistémicas. Son consecuencias lógicas derivadas del modo de funcionar que hemos establecido desde hace dos siglos. Y por ello debemos movernos en este esquema con voluntad combativa y de denuncia pero asumiéndolo con entereza.

The Wire se rodó íntegramente en la ciudad de Baltimore (excepto pequeñas escenas en Puerto Rico) y ha sido capaz de retratar la crudeza de los barrios marginales como nadie había logrado antes. No obstante, he decidido presentar dos escenarios, uno que forma parte de esa brutalidad vinculada al tráfico de drogas y otro que supone la otra cara de la moneda. Son dos intersecciones, metáfora que representa a dos mundos opuestos que conviven en la misma ciudad.

El primer escenario no podía ser otro que la esquina de Bodie Broadus (J.D. Williams). The Wire nos muestra su evolución desde sus inicios como aprendiz del clan Barksdale hasta verle encumbrado como "responsable" de la venta de droga en una de las esquinas de referencia en la ciudad. Bodie halla su fin en la misma esquina que tanto defendió, dándole a su trayectoria un cierre coherente. Tras su desaparición, Marlo Stanfield (Jamie Hector) y Chris Partlow (Gbenga Akinnagbe) entregan la esquina al joven Michael Lee (Tristan Wilds). Sin embargo, los acontecimientos alejarán a Michael de allí y le darán un nuevo papel inesperado. Al final de la serie, vemos como es Spider (Edward Green), otro lugarteniente de Stanfield, el que se ha quedado con el influyente enclave.




A la hora de colocar la imagen actual, he decidido añadir dos capturas de Google Maps puesto que la casa abandonada, situada en la intersección entre Lanvale y East Barclay, fue demolida en 2015. Sin embargo, utilizando otro ángulo, aún podemos ver la decrépita esquina tal y como aparecía en The Wire.





La segunda esquina que me gustaría ilustrar es la que en la serie ocupa el pub irlandés Kavanaugh's. Nos dirigimos al downtown, en la intersección entre East Lexington y Gilford Avenue. Es el corazón de la ciudad, a cuatro pasos del ayuntamiento y de los juzgados. En The Wire, la policía de Baltimore suele organizar despedidas multitudinarias para los miembros del cuerpo que fallecen. Incluso ponen el cuerpo del difunto sobre una mesa de billar glosando sus méritos y defectos. Al final, suena la canción"The Body of an American", de The Pogues, y todos los parroquianos entonan la letra en acto de comunión y camaradería.

Tras los funerales de Ray Cole (el actor Robert F. Colesberry murió en la vida real) y del coronel Raymond Foerster (Richard DeAngelis), acaecidas en anteriores temporadas, el capítulo final de la serie tiene como protagonista en Kavanaugh's al mismísimo Jimmy McNulty (Dominic West), aunque en este caso el difunto está muy vivo. McNulty ha sido expulsado del departamento de Homicidios tras descubrirse su plan para crear un caso imaginario que ha conseguido financiar otras investigaciones policiales de gran calibre. McNulty es el primer difunto de Kavanaugh's que puede festejar con los demás y cantar la canción. Su supervivencia está asegurada pero Baltimore pierde un detective nato, el mejor investigador de homicidios que ha tenido en décadas. Si no fuera por su crónico desdén hacia la cadena de mando podría haber llegado lejos. No obstante, McNulty no es de esos que triunfan profesionalmente sino todo lo contrario. Su éxito radicará en haberse enderezado personal y familiarmente junto a Beadie Russell (Amy Ryan). Junto a sus colegas Bunk Moreland (Wendell Pierce), Jay Landsman (Delaney Williams), Leander Sydnor (Corey Parker Robinson) y el también defenestrado Lester Freamon (Clarke Peters), se despiden de una época mientras la ciudad avanza hacia otra en la que el alcalde, Tommy Carcetti (Aidan Gillen), demuestra su habilidad para moverse en los círculos de poder, convirtiéndose en el nuevo Gobernador de Maryland.

En las imágenes de Google Maps podemos comprobar como el Kavanaugh's fue una recreación para la serie. El local real lleva el nombre de Sidebar.





Treinta años de Cuenta Conmigo (Stand by Me)

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Un artículo de Mike Sanz.



En agosto de 2016 se cumplen treinta años del estreno de un clásico del cine, una película única, divertida, sencilla y profunda. Se trata de Cuenta Conmigo (Stand By Me, 1986), la historia de cuatro amigos de la infancia que, a finales del verano de 1959, van de excursión en busca del cadáver de Ray Brower, un niño de su edad que ha desaparecido en extrañas circunstancias. Esta aventurilla, en apariencia insignificante, los cambiará para siempre.

En la década de los ochenta, se consolidaron las bases del nuevo cine comercial estadounidense, aquellas que se sembraron a mediados de los ochenta con los éxitos de taquilla de Tiburón (Jaws, 1975)Star Wars (1977). Los espectadores acudían en masa a ver una nueva generación de películas de corte aventurero y escapista, que dejaban de lado las sombras de la era Reagan y se centraban en las vivencias de los niños de la América suburbana, un reflejo de los idealizados años cincuenta. A este género pertenecen clásicos como E. T. (1982), Los Goonies (1985) y Gremlins (en las que trabajó Steven Spielberg en distintos roles), o El Club de los Cinco (The Breakfast Club, 1985) y Todo en un Día (Ferris Bueller's Day Off, 1986), de John Hughes. Es en este contexto donde se enmarca Cuenta Conmigo.

El director y actor Rob Reiner disfrutaba del éxito de la película de culto This Is Spinal Tap (1984), pero fue Cuenta Conmigo el título que lo consagró y detonó una carrera de clásicos generacionales entre finales de los ochenta y principios de los noventa, de los que destacan La Princesa Prometida (The Princess Bride, 1987), Cuando Harry Encontró a Sally (When Harry Met Sally, 1989), Algunos Hombres Buenos (A Few Good Men, 1992) y Misery (1990). Esta última se basa en una novela de Stephen King, al igual que el título que hoy nos ocupa, que sigue el argumento de The Body. Como curiosidad, esta novela breve se incluye en los dos volúmenes de Las Cuatro Estaciones, que también comprenden los textos que inspiraron Verano de corrupción (Apt Pupil, 1998) y Cadena perpetua (The Shawshank Redemption, 1994).



Como espejo del mundo suburbano de los años ochenta, Cuenta Conmigo se ambienta a finales de los cincuenta, en el verano en que un grupo de amigos pierde la inocencia, tanto por el paso del colegio al instituto como por los sucesos que presencian. La película de Reiner deja de lado el escapismo (al contrario que, por ejemplo, Los Goonies) y combina el afán aventurero con la cruda realidad que golpea al cuarteto protagonista: Gordie (Wil Wheaton) lidia con el fantasma de su hermano, el chico perfecto que ha fallecido en un accidente de coche; Chris (River Phoenix) con la sombra de su familia de delincuentes; Teddy (Corey Feldman) con los abusos de su padre, que le dejó obsesionado por la violencia y el mundo bélico; y Vern (Jerry O'Connell) con su sobrepeso y falta de valor. El viaje que emprenden es también un recorrido interior, pues comparten sus miedos, dudas y ansiedades mientras disfrutan de la amistad pura, aquella que están a punto de perder.

Al contrario que en otras obras de King, por las que era más famoso en la época, el terror no proviene de ningún entre sobrenatural, sino de elementos cotidianos que obstaculizan el camino de los protagonistas: la llegada de un tren, la charca de las sanguijuelas o la banda de matones de Ace (Kiefer Sutherland), quienes buscan el mismo cuerpo que los protagonistas. Es, precisamente, cuando se enfrentan ambos grupos y contemplan el cadáver cuando los protagonistas se despiden de la inocencia de la infancia y comienzan a comprender las responsabilidades que conllevan los actos en el mundo adulto.

El éxito de la película, con su nominación al Oscar al mejor guion adaptado incluido, pronto la convirtió en un referente. No solo retrataba una época, acentuada por el uso magistral de una banda sonora que cuenta con clásicos de Buddy Holly y Ben E. King, sino que trataba temas universales que hablaban al niño interior del espectador. Es más, marcó las pautas que seguirían las adaptaciones de las historias de corte realista de King, entre las que destacan La Milla Verde (The Green Mile, 1999) y la mentada Cadena Perpetua.

Con el paso del tiempo, se convertiría en un referente de la cultura popular estadounidense, que ha propiciado sentidos homenajes, caso del episodio de Los Simpson dedicado al cadáver que encontró Homer de niño, de Super 8 (2011) y de Stranger Things, la serie revelación de 2016 que bebe de los universos de King y Spielberg para narrar una historia urdida con cariño y esmero. Siempre que un grupo de jóvenes recorran las vías del tren en busca de aventuras, como hacían los cuatro de Castle Rock, el espíritu de Cuenta Conmigo estará presente.
«Los amigos entran y salen de nuestras vidas como camareros en un restaurante».
 Gordie Lachance
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