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La Gran Apuesta (The Big Short, 2015). Por Juan Pais

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Siempre que se produce algún tipo de crisis, analistas e historiadores estudian sus orígenes con el propósito de evitar que vuelva a suceder. Sin embargo, eso rara vez funciona. El hombre tropieza una y otra vez con las mismas piedras, solidificadas a partir de duros minerales como, en el caso de las crisis económicas, la codicia. 

La crisis económica originada en 2007, cuyas consecuencias aún padecemos, es abordada en La Gran Apuesta, película dirigida por Adam McKay. El film no es sólo una crónica semidocumental de la actividad bursátil en las vísperas del estallido de dicha crisis sino también un análisis lúcido – y de descorazonadoras conclusiones - de las psicologías de diferentes inversionistas y gestores que viéndola venir no sólo no advirtieron de su inminencia y gravedad, sino que aprovecharon para sacar partido. Estamos hablando, en definitiva, de buitres sobre el moribundo capitalismo reciente.

La Gran Apuesta arranca en los años 80 cuando se decide ofrecer al mercado bursátil productos más atractivos que los bonos de la época. Es el prólogo de lo que sucedió a continuación. Ya en el presente siglo, el personaje al que interpreta Christian Bale, un médico metido a gestor de fondos y aquejado de un tipo de autismo conocido como síndrome de Asperger, descubre el alarmante estado del mercado inmobiliario. De ese descubrimiento se aprovecha el personaje de Ryan Gosling - un tiburón al estilo del oliverstonianoGordon Gekko -, el inversor interpretado por Steve Carell y dos jóvenes inversores que son asesorados por un banquero retirado, Brad Pitt. Como se puede ver, los actores son todos muy conocidos y valorados y brillan a gran altura en la película, en la que también vemos cameos de estrellas como Margot Robbie o Selena Gómez, que añaden momentos de distensión, ya que el humor está muy presente. Adam McKay rueda La Gran Apuesta con pulso firme. Es una película entretenida y ágil, una de las mejores que se han realizado sobre el tema de la crisis, y superior, por ejemplo, a la excesiva El Lobo de Wall Street y al romo documental Inside Job. McKay, curtido en comedias, le da un tono sarcástico a La Gran Apuesta, que la convierte en producto finalmente agridulce, algo muy adecuado. Resulta cómico ver a estos personajes, un tanto frikis y outsiders, jugando a las finanzas como si lo hicieran al Monopoly, aunque no estuvieran jugando con fichas sino con seres humanos.

Se ha criticado mucho el constante uso de términos financieros. En principio puede parecer un error porque es fácil para el público desconectar de la película abrumado por tanto tecnicismo. Sin embargo, eso es en gran medida necesario para mostrar como los ejecutivos se escondían tras palabras como swaps, cdos etcétera, para hacer ininteligibles e inaccesibles sus manejos a los clientes; además, los árboles de la jerga financiera no evitan que se vea el bosque de La Gran Apuesta, una fábula moral en la que habitan zorros y buitres y que finaliza con una perversa moraleja: si robas sales indemne, los perjudicados son los robados y estafados. Así ha sido la historia del capitalismo reciente. Y seguramente se volverá a repetir.

Deadpool: orígenes y desarrollo. Por Xavi López

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¿Quién es Wade Wilson?

“Una combinación de Punisher, el Universo de los X-Men y X-Force, y los dibujos animados de la Warner Bros."

Más o menos así venía a definir Fabián Nicieza a Deadpool.


Wade Wilson, Wade Winston Wilson.Wade K. Wilson, Mithras, Jack, etcétera. Todos ellos muchos nombres para designar a un solo hombre, un solo ser: DEADPOOL (Masacre en español), el MERCENARIO BOCAZAS(The Merc With a Mouth en el original). 

Creado por Fabián Nicieza y Rob Liefeld, hace su primera aparición en The New Mutants (The New Mutants nº 98 – Febrero de 1991). El personaje fue ideado como parodia/homenaje del letal Deathstroke (Slade Wilson) de DC Comics. Más adelante y como nota curiosa, el propio DEADPOOL sería objeto de parodia/homenaje en la figura del 3er. Ravager(Wade DeFarge) y con su diseño por el personaje de Spider. El nombre fue tomado directamente del quinto film de la saga de Dirty Harry, The Dead Pool (1988). Si bien es cierto que las anteriores influencias son cruciales para la creación del personaje, el propio Nicieza no deja indiferente a nadie al rematar su creación con la siguiente frase: “un imbécil, comparado con el héroe típico”. A eso añade una sentencia taxativa: “no querrías que tu hija se casara con él”.

The New Mutants 98 – Dominó, Gideon y Masacre… ¡Ha nacido una estrella!

Creado además como villano para la colección The New Mutants/X-Force y por extensión al personaje de Cable, con el cual ha compartido más de un cruce y aventura, originalmente tenía un carácter mucho más serio y retorcido sin ninguno de los rasgos que actualmente le caracterizan. No obstante, tras el éxito de dos mini-series que exploraban su relación con otros personajes del Universo Marvel(Deadpool: Circle Chase y Deadpool vol. 2), se decidió apostar por una vertiente más cómica que se puso en liza con el inicio de la serie regular, guionizada por Joe Kelly y Ed McGuinness. La evolución del personaje, desde que fue concebido hasta la actualidad, ha sido una constante fuente de crecimiento, así como los recursos cómicos que se han empleado para ello. Desde el punto de partida hasta su vuelo en solitario, la personalidad de nuestro mercenario favorito ha ido progresando y ganándose el favor del público. 

Wade Winston Wilson, de origen canadiense – o eso dice él – es hijo de un general del ejército. Tras pasar por la milicia y descubrir su especial facilidad para acabar con vidas humanas, decidió convertirse en mercenario. Tras conocer a Vanessa Carlysle (la futura Copycat), de la que se enamoró, descubrió que padecía un cáncer muy agresivo y de carácter terminal. Después de abandonar a la desconsolada chica, fue reclutado por el Programa Arma-X (el mismo que creó a Arma X, más conocido como Lobezno) para que trataran de curarle de dicha enfermedad. En el Programa, tras numerosas operaciones de dudosa ética y moralidad, llevadas a cabo por el Dr. Killebrew, y diversas torturas perpetradas por su asistente, llamado Francis, le inyectaron una dosis del factor curativo mutante de Lobezno. Dicho factor curativo, aún siendo muy potente, pretendía curarle el cáncer agresivo que estaba acabando con su vida pero ocurrió algo no previsto. El factor curativo y el cáncer, al entrar en contacto, se anularon mutuamente causando que el primero vaya eliminando sistemáticamente la enfermedad. El cáncer, en el cuerpo de Deadpool, mata todas sus células mientras que el factor curativo lo evita, aunque no impide que las células muertas o en descomposición revivan. El mismo hecho es aplicable a Lobezno puesto que el factor curativo de éste le permite seguir viviendo sin sufrir envenenamiento por el adamantium de sus huesos. Al ser un cuerpo extraño, el organismo lo rechaza constantemente. Lo mismo ocurre con el cáncer que asola el cuerpo de Wade. 

El “rostro” de Wade y una nada velada referencia a Iñigo Montoya.

Respecto al elemento psicológico. Pues, bueno, ahí está. Debido a las torturas sufridas en Arma-X, el cerebro de Wade quedó tan dañado que prácticamente es alguien total y absolutamente inestable. De ahí que pueda hablar consigo mismo en diferentes viñetas de texto. De hecho, el recurso de las “Little Yellow Boxes” no deja de ser eso mismo, un recurso narrativo que parodia a otros (Lobezno, Punisher o el Batman de Frank Miller) pero de una forma más cínica, cáustica y descerebrada. 

Wade y sus “cajitas amarillas” mostrando sus (desternillantes) monólogos internos.

Otro claro ejemplo de ello…

Deadpool supone la quintaesencia del gamberrismo en el cómic. Si bien LOBO (de Keith Giffen & Roger Sliffer) era la parodia más salvaje del clásico anti-héroe (Lobezno), Deadpool supone la burla al personaje en sí. Deadpool es consciente de que él mismo es un personaje de ficción. Estamos ante un constante ejercicio de metaficción, de ahí que continuamente haga referencias a la ficción/realidad o a la cultura popular, a la vez que lo hace sobre la propia continuidad comiquera. Claro ejemplo de ello es el diálogo que mantiene con Spiderman, en la colección de éste último, y la referencia que hace sobre el famoso/infame “Mefistazo”, algo que el propio Spiderman parece desconocer. Todo ello es lo que se ha conocido como “romper la cuarta pared” en el mundo del cómic.

Así pues, dado el tono marcadamente gamberro y descerebrado del personaje, no es de extrañar que haya logrado un éxito instantáneo y que de ello surja una película con Ryan Reynolds como absoluto protagonista.

Dicho esto, cabe añadir que el mismo Reynolds se ha volcado en la promoción de la película con virales realmente descacharrantes y participando en diversos programas televisivos. 

Así pues, ante el inminente estreno de la película (19 de Febrero de 2016), qué menos que poner en antecedentes a todos aquellos fans del personaje, del cómic en general o a los que simplemente se quieran echar unas risas.

            Wade os recomienda ir a ver “Su” película.

Desde Hollywood: entrevista a Lauren Cohan (The Walking Dead)

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Además del valor inherente que representa formar parte de The Walking Dead, la serie también favorece una mayor visibilidad para aquellos intérpretes que, en su carrera previa, no habían gozado de buenas oportunidades. Uno de los casos más relevantes es el de Lauren Cohan (New Jersey, 1982). En el papel de Maggie Greene, ha logrado empatizar con la audiencia gracias a su carácter decidido e impetuoso. Ha asumido un rol femenino fuerte en el que la relación sentimental que mantiene con Glenn Rhee (Steven Yeun) configura sólo una parte de su registro. 

Cohan ha aprovechado el tirón mediático para reactivar su carrera más allá de la popular serie. Tras participar en el drama Reach Me (2014), presenta ahora su primer film protagónico: The Boy. Estamos ante una cinta de terror sobrenatural, de producción independiente, en la que Lauren comparte cartel con Rupert Evans. 

Próximamente la veremos en Batman v Superman: Dawn of Justice (dará vida a Martha Wayne en un flashback) y en All Eyez on Me, biopic sobre la figura del rapero Tupac Shakur, donde también ha coincidido con Danai Gurira (Michonne en The Walking Dead).

Mi colega y amigo Nestor Bentancor, referente hispano en cuanto a información hollywoodiense, ha entrevistado a Lauren Cohan en el marco de la promoción de The Boy. Os dejo con ella y aprovecho para recordaros que podéis encontrar más información en la web y en el canal Youtube de DH Movie News.





Superbowl TV Spot de Batman v Superman: conoce Metropolis y Gotham

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Los espacios para anuncios en la Superbowl son los más codiciados del año gracias a la enorme audiencia potencial que aseguran. Las grandes majors también hacen un buen uso de los mismos y, en ocasiones, buscan fórmulas diferentes para presentar unos avances que deben tener una duración máxima de cuarenta segundos. La limitación de tiempo obliga a innovar y quizá este año hemos visto algo especialmente interesante. Warner Brothers y Turkish Airlines son socios comerciales y se han aliado para presentar unos spots que permiten promocionar la imagen de marca de la aerolínea y el título más potente del estudio en el futuro más próximo: Batman v Superman Dawn of Justice. 

La propuesta nos coloca en el DC Extended Universe (DCEU) mientras Lex Luthor (Jesse Eisenberg) y Bruce Wayne (Ben Affleck) nos invitan a visitar las ciudades de Metropolis y Gotham. La voz en off nos pone en antecedentes sobre el contexto de ambas y las imágenes hacen llegar un background de información que genera expectativa hacia la película. Una fantástica idea, excepcionalmente realizada.




Spotlight: reivindicación del buen periodismo

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A principios de 2002, el Boston Globe empezó a publicar una serie de artículos que destapaban un extenso historial de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes católicos. Dichos abusos, cuyos casos más antiguos se remontaban a varias décadas atrás, habían sido conocidos por la archidiócesis de la ciudad. No obstante, la autoridad eclesiástica local había decidido no denunciar penalmente a los curas sino reubicarlos y negociar confidencialmente unas modestas indemnizaciones para las familias afectadas.

Esta forma indigna de proceder parecía haberse cronificado a lo largo del tiempo y su principal valedor había sido el mismísimo Cardenal Arzobispo de Boston, Bernard Law. Según la investigación periodística inicial, sólo en el área de Boston, hasta 87 curas habían perpetrado delitos de pederastia sin ser objeto de acción judicial. La publicación de una información tan contundente, corroborada por múltiples fuentes y centenares de víctimas, provocó una caída inmediata de la cúpula eclesiástica de Boston y la admisión de culpa por parte del Vaticano. La justicia entró a fondo en el caso incoando acciones de responsabilidad penal sobre los pederastas y finalmente condenando a los cinco cuyo historial delictivo era más prolífico y monstruoso. La publicación de la investigación tuvo eco interno y externo, generando un alud de denuncias sobre casos de pederastia en diócesis de todo el mundo.

El afloramiento de unos delitos tan aberrantes y el escrutinio público del caso fue una muestra de la mejor virtud del periodismo de investigación y, concretamente, hizo justicia al trabajo continuado de los profesionales que se esforzaron con ahínco para descubrir la verdad. El mérito es directamente atribuible a los miembros del equipo de investigación del Globe, la unidad Spotlight. Se trata de la sección de investigación más longeva de la prensa estadounidense y vio reconocido su trabajo con el Premio Pulitzer al servicio público en 2003.

Cualquier historia que clama en favor de la justicia y la dignidad merece recibir atención a través de todas las plataformas posibles. El cine es un medio artístico indispensable que puede prestar un gran servicio a la hora de difundir los valores intrínsecos de denuncia social. Esta fue la motivación principal que guió a Tom McCarthy y Josh Singer para escribir un libreto que explicara las interioridades de la investigación llevada a cabo por el equipo Spotlight. Ambos llegaban al proyecto con experiencia previa en la creación de guiones muy diversos: Up, El Ala Oeste (The West Wing), El Quinto Poder (The Fifth State), entre otros. 

Tom McCarthy había combinado su carrera de guionista-director con la de actor. Asumió el reto de ponerse tras la cámara tomando como experiencia sus vivencias en la quinta temporada de The Wire, donde interpretaba a Scott Templeton, un reportero arribista del Baltimore Sun.
El polémico guión no logró la complicidad de las grandes majors pero sí captó el interés de la potente red de productoras y distribuidoras independientes. En concreto, la película contó con un presupuesto de 20 millones de dólares que en buena parte aportaron Anonymous Content, First Look Media y Participant Media. La distribución corrió a cargo de Open Road Films. Por otra parte, el libreto de McCarthy y Singer resultaba tan prometedor, a nivel dramático, que no les costó conseguir un gran reparto que estuviera dispuesto a cobrar menos de lo habitual en beneficio de un proyecto tan interesante.

El punto de partida de la película se produce con la llegada de un nuevo editor a la redacción del Boston Globe. Se trata de Martin Baron (Liev Schreiber), un hombre parco en palabras que ha destacado en otras rotativas por su firme defensa del periodismo como poder de denuncia. A poco de su llegada, tiene conocimiento de un posible caso de abusos sexuales por parte de un cura católico y decide expandir lo que hasta ese momento sólo había ocupado una columna de opinión. Es así como, sin tener conocimiento de la idiosincrasia de la ciudad, invita a la unidad Spotlight, dirigida por Walter "Robby" Robertson (Michael Keaton), a que indague en el caso. La reticencia inicial es justificable dado que Boston, y Massachusetts en general, es una zona donde el catolicismo tiene un fuerte arraigo y la influencia de la institución se deja sentir en el tejido social. Abordar un caso como éste podía remover los cimientos de la ciudad y quizá por ello nunca se había llevado a cabo una investigación como ésta a pesar de tener indicios al respecto.


Sin embargo, esas reticencias iniciales expresadas por Robertson y por el editor adjunto, Ben Bradlee Jr. (John Slattery), se van matizando cuando los reporteros de Spotlight empiezan recoger datos que elevan la escala del caso en cuanto a la afectación y a la naturaleza abyecta del mismo. Mike Rezendes (Mark Ruffalo), Sacha Pfeiffer (Rachel McAdams) y Matt Carroll (Brian d'Arcy James) se encargan de hilvanar una investigación que sube un peldaño con cada entrevista y declaración. Resultan particularmente destacables las conversaciones que mantiene Rezendes con Mitch Garabedian (Stanley Tucci), el abogado defensor de varias víctimas de abusos. Garabedian lleva años enfrentándose a la ocultación y al rechazo de la jerarquía religiosa pero sigue manteniendo las causas activas a la espera de que haya una oportunidad para ofrecer justicia a sus clientes. Rezendes ve abierto el escenario gracias al trabajo realizado por Garabedian mientras que, por contra, Robbie y Sacha se encuentran con el bloqueo que representan Eric MacLeish (Billy Crudup) y Jim Sullivan (Jamey Sheridan), dos abogados que, desde lados opuestos en el litigio, han contribuido a perpetuar la operativa estandar de la iglesia en estos casos de pederastia: acuerdos privados con indemnizaciones limitadas.

La verdad se enfrenta una vez más a la ocultación y también a la inacción e indecencia por parte de la archidiócesis que dirige el Cardenal Law (Len Cariou). Hay un momento en que algunos de los protagonistas se preguntan si una investigación así puede prosperar en una ciudad tan fervientemente católica. La jerarquía eclesiástica ejerce un gran poder a nivel social y puede representar un riesgo editorial para el propio periódico. La decisión radical de Martin Baron es antribuida por algunos al hecho de ser nuevo en Boston y además tener ascendencia judía. Pero, de nuevo, el periodismo de investigación, entendido como la búsqueda de la verdad desde una perspectiva valiente, exhaustiva y prolongada en el tiempo, se reivindica cuando el propio Baron afirma que los suscriptores católicos del Globe querrán, ante todo, "conocer la verdad"del asunto. En ocasiones, las aseveraciones aparentemente simples son las más relevantes a la hora de tomar decisiones importantes.

La película denuncia ampliamente la indecencia de los actos perpetrados por los curas pederastas. A cada paso de la investigación, remarca las constantes que se dan en estos casos: actuación sobre colectivos vulnerables, menores que proceden de familias desestructuradas con bajos ingresos y nivel cultural, etcétera. En los barrios donde hay mayor marginalidad, el pederasta perpetra más eficazmente sus actos puesto que se aprovecha de la vulnerabilidad de los niños más necesitados. En el caso de los sacerdotes, dicha manipulación se ve aún más refrendada por el halo de autoridad y respeto que generan en la comunidad. Una utilización vil y mezquina de las prerrogativas con las que han sido investidos.

No obstante, la denuncia de estos delitos tan despreciables no debe desviarnos del mensaje principal del film: la defensa del periodismo de investigación veraz, riguroso y contrastado como auténtica arma de justicia social. En una época en la que algunos medios nos inundan con informaciones poco trabajadas que son elevadas a la categoría de sentencias inamovibles, no viene mal que tengamos una película que reivindica lo contrario. Todos los pasos que realiza el equipo Spotlight vienen presididos por la contrastación y la rigurosidad constante. No se empieza a escribir el primer artículo hasta que se dispone de informes legales auditados y confirmaciones dobles o triples, ofrecidas por testimonios de diversa procedencia. Incluso Robby Robertson llega a comprometer una amistad sólida para obtener una confirmación decisiva sin la cual no se podría elaborar el primer alegato. Spotlight es una crónica realista de las vicisitudes a las que deben enfrentarse los profesionales que trabajan en grandes cabeceras editoriales. Al mismo tiempo, es una proclama en favor del trabajo grupal y ensalza las virtudes del mejor periodismo, aquél que inequívocamente es un garante en la construcción de sociedades más justas y decentes.

Tom McCarthy conversa con Rachel McAdams ante la mirada de Michael Keaton.

Tom McCarthy se enfrenta al reto con una dirección prodigiosa en el detalle. La cámara se muestra siempre atenta y dispuesta para percibir los matices de cada interpretación. Además, el ritmo narrativo se ajusta a una sensibilidad capaz de trasladar emocionalidad al público, sin reserva alguna. En este sentido, es heredera de los grandes clásicos del género como la magistral Todos los Hombres del Presidente (All the President's Men, 1976) aunque, en este caso, la calidez gana terreno a la frialdad política. Al tratar un tema de fuerte contenido social, la película se transforma en un vehículo de denuncia riguroso que también incorpora elementos muy conmovedores. La fórmula triunfa desde la sencillez en la puesta en escena ya que lo importante es crear el marco adecuado para que el excepcional elenco de intérpretes pueda dar lo mejor de sí, cosa que se consigue sobradamente.

Spotlight tiene el mérito de ser una película que nunca cae en el sensacionalismo ni en el efectismo. Hablamos de emociones reales que se trasladan a la pantalla de forma nítida y veraz, tal y como ocurre con la publicación del primer artículo que denuncia los hechos. Prensa y cine se unen para crear un film de referencia cuyo mensaje principal va más allá de la denuncia a una institución religiosa. Se trata de hallar la verdad, de la manera más rigurosa posible.

El Renacido (The Revenant). Por Carles Martinez Agenjo

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Un hombre llamado Dolor

  • Amores perros (o un portentoso debut en forma de visceral denuncia a la sociedad mexicana, a sus máscaras e imposturas, que devuelve el hombre a su estado más animal).
  • 21 gramos (o el peso del alma en otra agitada historia de destinos cruzados).
  • Babel (o una lograda relectura del legado bíblico que simboliza la incomprensión intercultural de un monumento condenado a la ruina mediante la incomunicación de los seres humanos pese a que habitan un mundo interconectado por la globalización).
  • Biutiful (o una errónea lección ortográfica como metáfora de las miserias de la Barcelona de extrarradio).
  • Birdman (o el título de un póster en segundo plano, embutido en el desordenado camerino de un actor venido a menos donde los fantasmas de su pasado resurgen en forma de oscuro alter ego).

Casi todos los títulos de las películas de Alejandro González Iñárritu obedecen a instantes concretos de las mismas. Evidentemente, no las reducen a estos momentos, sino que son una puerta para acceder a toda su riqueza. Estos títulos también conducen a conceptos de rabiosa actualidad y a una mirada trascendental que disecciona el ser humano en un entorno hostil. ¿Acaso el alter ego de Michael Keaton en Birdman (2014) no satiriza la oleada de superhéroes que Hollywood está manufacturando sin fechas de caducidad? ¿Acaso 21 gramos (2003) y Babel (2006) no marcaron tendencia con una genuina narrativa coral tan presente en la artificiosa Crash (Paul Haggis, 2004) como en la soberbia Al Otro Lado (Fatih Akin, 2007)? ¿Acaso la filmografía de Iñárritu no posee un cariz religioso a la hora de abordar cuestiones como la muerte, el castigo y la culpa?

El Renacido, un film bigger-than-life-&-based-in-true-events con claras posibilidades de triunfo en los Oscar, es la mejor respuesta. Su título bien puede leerse en una secuencia preciosa: Hugh Glass (maratoniano Leo DiCaprio), un cazador gravemente herido por el ataque de un oso y abandonado a su suerte en medio de la América salvaje, desaloja el vientre de un caballo muerto tras haberse refugiado en él durante una ventisca. Sin embargo, el mejor plano de dicha secuencia no aparece cuando Glass desocupa el animal, sino cuando se introduce en él. Iñárritu escoge el enfoque cenital para fundir a negro una imagen que se antoja una metáfora del eterno abismo divisor entre el reposo y la angustia. Llegados a este punto, la película se ubica, de paso, en ese perfecto punto muerto en que la Sandra Bullock de Gravity (Alfonso Cuarón, 2013) se permitía una siesta en posición fetal antes de volver a los infiernos del espacio. 

No obstante, hay una diferencia simbólica entre la postal de Cuarón y el refugio hípico de Iñárritu. Mientras la primera se percibe como un precioso respiro metido en calzador en una película de guión flojo, la segunda nada tiene de gratuita, dado que se trata del resultado de una secuencia anterior. En ella, el personaje de John Fitzgerald (monstruoso villano encarnado por Tom Hardy) cuenta a su acompañante Bridger (prometedor Will Poulter), alrededor de una hoguera nocturna, la milagrosa historia de una ardilla que, años atrás, salvó a su padre de la desnutrición tras extraviarse por el bosque durante días. La ardilla, que Fitzgerald bautiza como un “regalo divino”, sirve de anticipación al improvisado refugio que Glass deberá disponer para salvar el pellejo.

Lejos del moralismo y del cine carca, las resonancias del Antiguo Testamento emergen con facilidad en una película en la que asistimos al terrible via crucis de un hombre capaz de hipotecar su cuerpo para consumar una terrible misión: vengarse. La soledad, el sufrimiento y una espiritualidad que aparece en forma de manifestaciones oníricas y que cobra todo su significado en las entrañas de un caballo convierten al protagonista en una suerte de Jonás. Y es que su arquetipo no se refleja únicamente en la figura del vengador, obsesionado por dar caza a un villano traicionero, sino también en el profeta bíblico, su calvario y el salvavidas que Dios le envió. En otras palabras, Iñárritu cambia ballena por caballo en una película que, pese a que no aborda las Escrituras de forma explícita, es hermana de Noé (Darren Aronofsky, 2014), dado que insiste en defender –con más fortuna que Mel Gibson– una vuelta a lo sagrado a través de la épica descomunal en pleno siglo XXI: una época espoleada por el nihilismo y las críticas incendiarias contra todos y todo.


Paraíso maldito

Lo trascendental es una flecha que atraviesa El Renacido. También una deliciosa pátina que jamás debe percibirse como obstáculo, sino como una lupa que amplía la profundidad de la película. Sin embargo, hay una clara diferencia entre las primeras producciones de este cineasta mexicano, confeccionadas junto con su antiguo guionista Guillermo Arriaga, y las que llegaron tras su divorcio profesional a partir de la también espiritual Biutiful (2010): menos equilibradas y complejas a nivel narrativo, más excesivas y ambiciosas a nivel formal.

Su última producción es una maravilla, pero también una consecuencia de este cambio de rumbo. El Renacido prefiere acumular una batería de secuencias explosivas hasta el agotamiento en vez de forjar una progresión dramática que conceda riqueza al texto y que sea capaz de rivalizar, para poner un ejemplo contrario, con la estupenda Los Odiosos Ocho (Quentin Tarantino, 2015).

Afortunadamente, el asombro y el éxtasis son los ingredientes que más sedimentan en el espectador como puro goce primitivo ante una pantalla. En este sentido, la labor del director de fotografía Emmanuel Lubezki–multipremiado por su artesanía focal en las últimas películas de Malick, Iñárritu y Cuarón– es fundamental para alcanzar el sobresaliente mediante grandes angulares paisajísticos de una belleza inconmensurable.

El Renacido es una historia donde la obsesión de Glass, un hombre que habita en una tierra salvaje, araña el guión hasta dejarlo en los huesos; donde los planos-secuencia se convierten definitivamente en marca del autor; donde la violencia salpica la pantalla emulando al Werner Herzog más aventurero mientras que el deus ex machina de un indígena salido de la nada que cura y protege al protagonista recuerda al Akira Kurosawa de Dersu Uzala (1975).El Renacido también es una película donde el bosque adopta forma líquida (por impredecible) y donde indios y vaqueros, cazador y víctima, rastreador y presa, nacimiento y muerte, se convierten en peces de un mismo río.

Asimismo, la nueva película de Iñárritu pertenece a un género y a unos personajes que son trasladados de los áridos desiertos del cine clásico a las inhóspitas montañas nevadas del moderno para recordarnos, una vez más, que el western, además de vivo, sigue abierto a nuevas lecturas. Como la que brinda aquí el cineasta mexicano, empeñado en trascender mediante la poética de un paraíso maldito condenado a la contemplación.

Carol (2015). Por Juan Pais

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—¿Hay algo más aburrido que la historia del pasado? —dijo Therese sonriendo. 
—Quizá un futuro sin historia.


Todd Haynes, un cineasta que en películas como Lejos del Cielo (Far from Heaven, 2002) o Safe (1995) ha ofrecido sensibles y certeros retratos femeninos, explora en Carol nuevamente el universo de la mujer. Como es habitual en su cine, las aparentes placidez y estabilidad social ocultan las pasiones que agitan a los personajes, en este caso dos mujeres de edad y condición dispar pero unidas por el deseo y una sensación compartida de insatisfacción y desubicación.

Al igual que sucedía con la ya citada Lejos del Cielo, Haynes toma como referente el cine de Douglas Sirk, pudiendo ser, obviamente, más explícito que el sobresaliente cineasta alemán en los años 50 pero no por ello menos elegante. Como Sirk, Haynes otorga relevancia a la puesta en escena y ofrece un tono mesurado y delicado, huyendo de la fácil tentación de la lágrima fácil. Carol es una sinfonía romántica, una armónica combinación de elementos cinematográficos que compone un todo que logra el prodigio de ser tan sugerente como expresivo.

Carol se basa en una novela homónima y autobiográfica de Patricia Highsmith, inicialmente llamada El Precio de la Sal (The Price of Salt). Highsmith la escribió en 1951, cuando quedó prendada de una sofisticada mujer rubia que acudió a hacer una compra a la sección de juguetes de unos almacenes en los que trabajaba temporalmente. La novela, que inicialmente fue rechazada por los editores, hubo de ser publicada con el pseudónimo de Claire Morgan. En aquella época era un escándalo que los personajes homosexuales no fuesen exclusivamente cómicos o pérfidos y difícilmente se admitía que no tuviesen un final trágico.

En la película, Carol conoce a Thérese (trasunto de Highsmith) cuando le compra una muñeca a su hija. Carol, una mujer de mundo, está dejando atrás un matrimonio que la hacía infeliz. Thérese, más joven e inexperta, se siente atraída por ella, como le sucede también a Carol. Ambas van conociéndose gradualmente y van gustándose. La amistad da pie al amor y llega un momento en que deciden alejarse del mundo que les rodea, huyendo de su entorno en dirección a si mismas.

Entre Carol y Thérese se establece inmediatamente una enorme química. Ya antes de conversar en el mostrador se han visto a lo lejos y se han sobresaltado. Algo ve cada una en la otra que reconoce inmediatamente, como si se hubieran visto en un espejo, como si fueran la misma persona.

Cate Blanchett brinda una estupenda interpretación como la elegante y desenvuelta Carol. Su personaje es difícil, ya que debe fascinar al de Rooney Mara y hacer creíble que se enamore de ella tan intensamente que lo deje todo atrás por seguirla. Blanchett sale airosa del desafío e incluso en muchas ocasiones aparece un tanto irreal e idealizada, como salida de un cuadro de Norman Rockwell.

Rooney Mara no le va a la zaga a Blanchett. El guión es menos explícito con su personaje, del que realmente no sabemos mucho. Thérese es una chica reservada y observadora. Aunque trabaja como dependienta su verdadera pasión está en la fotografía. Es aún joven y está formándose emocionalmente pero de alguna manera se ve reflejada en Carol, cree que así será ella en el futuro – del mismo modo que Carol ve en Thérese a la jovencita que ella un día fue -, y se siente intrigada y seducida.

Carol es un sutil y profundo fresco de la sociedad americana de los años 50. Era una época conservadora y puritana, lo que era agudizado por el macarthismo. La homosexualidad estaba proscrita legal y socialmente y se la asociaba con la sordidez. Haynes evita dicha sordidez y propone una preciosista evocación del melodrama, que exalta firme y sinceramente el romanticismo. El desarrollo de Carol es lento pero no desesperante; su ritmo es el adecuado, ya que son importantes cada gesto, cada matiz, cada detalle visual. Es necesario mostrar de manera pausada cada fase de la relación de Carol y Thérese. 

Como sucedía en otras dos películas de amores imposibles similares en muchos aspectos a Carol, Breve encuentro (Brief Encounter, 1945) y Los Puentes de Madison (The Bridges of Madison County, 1995), una conversación crucial es interrumpida por un pesado. Hay personas que son insensibles a los sentimientos ajenos, que simplemente creen que todos somos figuras en un paisaje, personajes sobre un escenario y que estamos tan vacíos como ellos. Lo que Todd Haynes trata de decirnos con Carol es que más allá de las apariencias palpitan y tiemblan seres humanos.

Exclusiva DH: Anthony Mackie y Chiwetel Ejiofor sobre sus películas de Marvel

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Nestor Bentancor, editor de DH MovieNews, entrevistó hace unos días a Chiwetel Ejiofor y Anthony Mackie en el marco de la promoción del thriller que ambos protagonizan junto a Kate Winslet, Casey Affleck, Woody Harrelson y Aaron Paul:Triple 9. 

Al final de la entrevista, el siempre perspicaz Bentancor aprovechó para preguntarles su opinión sobre cuál creen que será el mejor film de Marvel Studios en 2016. Mackie repite como Sam Wilson alias"Falcon" en Captain America: Civil War mientras que Ejiofor da vida al Barón Mordo en Doctor Strange. La respuesta de este último era lógica y comprensible pero atención a lo que afirma Mackie tras haber visto únicamente concept arts y diseños de producción.



DH:Civil War, Doctor Strange. Which one will be the best superhero movie of the year?

Chiwetel Ejiofor:Doctor Strange.

Anthony Mackie:I give you that. Doctor Strange. Just from the artwork that I have seen, it’s gonna be so different, so far out and so creatively stimulating that’s going to blow everything out of the water.

Masacre en Two Pines: Kill Bill Vol. 2

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Yacen nueve cuerpos en el interior de la capilla Two Pines (El Paso, Texas). Un acto brutal y macabro, que deja un escenario dantesco. El evento debía ser feliz pero ha concluido de la forma más sórdida imaginable. A los Rangers les afecta especialmente la imagen de la novia, con su vestido blanco completamente bañado en sangre. Paradójicamente, la boda debía celebrarse unos días después, esto solamente era un simple ensayo. No obstante, la Novia embarazada había decidido desafiar a la muerte para dotarse de una segunda oportunidad...

La promesa de un nuevo futuro alegraba a Arlene Machiavelli (Uma Thurman). No es fácil para una mujer embarazada y sin familia empezar de nuevo en una ciudad de frontera como El Paso. Sin embargo, obtuvo trabajo en una tienda de discos regentada por Tommy Plympton (Chris Nelson). Y, con el tiempo, la relación entre ellos fue creciendo hasta llegar a la propuesta de matrimonio. Una asesina a sueldo, considerada la mujer más letal del mundo, se disponía a iniciar una vida convencional al lado de personas nobles que habían decidido acogerla y se habían tragado sus mentiras acerca de una familia desaparecida. La futura Novia había dado un paso tan radical al conocer su embarazo. Se propuso apartar a su hijo o hija de la existencia que la había caracterizado hasta ahora. La muerte debía alejarse de su devenir aunque no consiguió lo que tanto ansiaba en primera instancia. El mayor de los sufrimientos estaba a punto de empezar.

Durante una calurosa mañana, los principales invitados a la boda se reunieron en la capilla Two Pines para un ensayo previo. Justo cuando el pastor y su mujer se encontraban en plena explicación e incluso había intervenido el organista (Samuel L. Jackson), la Novia decidió tomar cierta distancia ante el más que esperable agobio y fue entonces cuando una melodía de flauta captó su atención.

Sentado en el porche de fuera se encontraba Bill (David Carradine), su mentor y amante, el padre de la criatura que llevaba dentro. A pesar de todas las precauciones, Bill la había localizado. Siempre lo hacía. Bill, el hombre de infinitos recursos, la conecta con su verdadera esencia, con la auténtica Beatrix Kiddo... una eficaz asesina irremisiblemente enamorada de su preceptor. Bill es un hombre muy curtido que sabe inspirar confianza y esa sensación es la que le transmite constantemente a Beatrix, llegando a ciertos momentos de melancolía en la conversación. Es un hombre que solo pretendía conocer lo que había sido de ella tras una súbita desaparición. B & B vuelven a conectar emocionalmente e incluso entran en la capilla como "padre e hija". El ensayo continúa pero pronto todo se desvanecerá.
Bill no ha aceptado el abandono y la traición de su mejor pupila. Y no permitirá ningún plan alternativo de vida para ella, sabiendo que además lleva dentro a la criatura de ambos. Two Pines será testigo de un hecho macabro que demuestra hasta qué punto puede llegar la expresión "orgía de violencia". El mensaje que todos deben conocer es que no se juega con Bill. De ello se encargará el resto del Deadly Vidper Assassination Squad, formado por Vernita green (Vivica A. Fox), O-Ren Ishii (Lucy Liu), Elle Driver (Daryl Hannah) y Budd (Michael Madsen), el hermano de Bill.

Al paso de una nueva versión de los cuatro jinetes del apocalipsis, la pequeña capilla retumbará y, al finalizar su cometido, la sangre de nueve víctimas inundará el suelo de la ermita. Sin embargo, a pesar del castigo sufrido, la Novia seguirá aferrándose a un hilo de vida...


La ubicación real de la capilla no se encuentra precisamente en Texas sino en California. El equipo de localizaciones de la película dio con una pequeña iglesia en el municipio de Lancaster, a unos cien kilómetros de Los Angeles.Lancaster se sitúa cerca del límite suroeste del desierto de Mojave y ejemplifica el tipo de trama urbana que distingue a los municipios del Antelope Valley. Se trata de grandes extensiones de terreno donde el paisaje árido domina la escena mientras una serie de propiedades, en ocasiones deshabitadas, se diseminan en los espacios que deja una red viaria en forma de cuadrícula. Un páramo bastante desolador que, al mismo tiempo, dota de contraste geográfico al gran estado de California.

Sobrepasado el Angeles National Forest, desde el sur, se accede a la cuenca del desierto de Mojave que culmina al norte con el Death Valley National Park. Hacia el este, de camino a Nevada, se encuentra la Edwards Air Force Base y, siguiendo la autovía 58, se llega a Barstow, una de las poblaciones emblemáticas de la mítica Route 66.

La pequeña Calvary Baptist Church de Lancaster reunía todas las condiciones de forma y entorno para dar autenticidad escenográfica a la Massacre at Two Pines. Situada en la confluencia entre la 198th Street East y la East Avenue G, ofrecía facilidades logísticas para el desplazamiento de los equipos debido a la poca distancia con respecto a Los Angeles.  El entorno desértico y desolado resultaba inspirador para que Quentin Tarantino concibiera una secuencia que se inicia con un movimiento de grúa y que sitúa a la Novia y a Bill frente a un entorno árido y agreste, preludio de una gran tragedia y metáfora resonante de lo que fue su relación.

Metacine y cinefilia

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"El metacine enseña una ficción que es sujeto y objeto de sí mismo: usa el cine (sujeto) para hablar del cine (objeto)."
Alberto García(Revista Nuestro Tiempo, 2009) 
El cine se mira a sí mismo de forma constante. Hay aportaciones sobre "metacine" o "cine dentro del cine" durante gran parte de la historia del séptimo arte y es un fenómeno que no se detiene.  Al igual que ocurre en otra expresiones artísticas, existe un componente voyeur entre los cineastas; se trata del placer oculto de ver lo que ocurre tras la cámara para descubrir la idiosincrasia del medio. El público más inequívocamente cinéfilo y cinéfago obtiene en el metacine un deleite especial. El impresionante atractivo que genera el contenido de las películas que cultivan este subgénero, genera imágenes inolvidables en el espectador más entregado. Existe además un elemento de nostalgia y de inmersión en la historia del cine que cautiva sin piedad. Toda persona que tenga esta sensibilidad, pero que aún no se haya sumergido en el tema en cuestión, deberá presentar la rendición incondicional. La pasión por el cine le embargará para siempre. 

Grandísimos directores han trabajado el concepto del "cine dentro del cine" obteniendo auténticos clásicos que son objeto de veneración. No obstante, me inclino por no hacer listado alguno. Prefiero dejaros con este homenaje a la exhibición y a la proyección cinematográfica, desde perspectivas muy diversas. 

Premios Oscar 2016

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La 88 edición de los premios Oscar nos ha ofrecido una gala ágil y con buen ritmo. La entrada de los nuevos productores, David Hill y Reginald Hudlin, parece haber insuflado un nuevo ímpetu que se ha visto refrendada por la mordaz, a la par que divertida, presentación de Chris Rock, en su segunda presencia como host. Los primeros datos de audiencia no son demasiado buenos pero eso es debido a lo que se viene diciendo hace años. Cuando las películas nominadas no son hits de taquilla, una buena parte del público general se desconecta de los Oscar.

Chris Rock no eludió la gran polémica entorno al evento y entró a fondo en la cuestión con sentencias potentes que ha sabido combinar acertadamente con la comicidad y distensión exigida. Ha sabido sacar la ironía y el sarcasmo sin que el mensaje reivindicativo resultara cargante.  Su papel era extraordinariamente difícil tras la campaña #Oscarssowhite que criticaba la escasez de diversidad racial entre los nominados a los premios. No obstante, al final de la gala, ha logrado su objetivo de incomodar solamente a aquellos miembros de la industria que practican la exclusión, no a los espectadores.

En cuanto a los premios, la sorpresa se ha producido en la máxima categoría. Las previsiones indicaban que la única película que podía arrebatarle el triunfo a The Revenant era The Big Short. La película de Adam McKay se había alzado con el premio del sindicato de productores y eso le daba muchos números en las quinielas. Sin embargo, en los Oscar siempre hay algún cambio sobre las proyecciones y, en este caso, los votantes de la Academia han apoyado más a una cinta polémica como Spotlight, la excepcional película dirigida por Tom McCarthy y protagonizada por el mejor elenco de 2015: Michael Keaton, Mark Ruffalo, Rachel McAdams, Liev Schreiber, Stanley Tucci, John Slattery y Billy Crudup.

El mexicano Alejandro González Iñárritu refuerza su estatus en Hollywood con una nueva victoria como mejor director. La antología del dolor, en la gran pantalla, lleva su nombre mientras encuentra en cada proyecto una nueva oportunidad para explorar nuevas aristas del sufrimiento físico y emocional. Es el tercer realizador, en toda la historia de los Oscar, que logra dos premios consecutivos en la categoría. Iguala a dos colosos como John Ford y Joseph L. Mankiewicz y lo hace en la era moderna, donde dirigir películas de máxima repercusión, dos años seguidos, está al alcance de muy pocos. Por otra parte, Emmanuel Lubezki, director de fotografía también mexicano, establece una nueva marca al ganar por tercer año consecutivo en su categoría (Gravity / Birdman / The Revenant). Lubezki es uno de los mejores DOP de la actualidad y además de trabajar asiduamente con Alfonso Cuarón e Iñárritu también ha colaborado con Tim Burton, Michael Mann, Joel & Ethan Coen y Terrence Malick, entre otros. 

Justicia para Leonardo DiCaprio en su quinta nominación interpretativa, sexta en total. Su extraordinario trabajo en The Revenant le hace merecedor de los máximos honores pero es necesario reconocer que su trayectoria ha recorrido caminos de calidad desde su debut cinematográfico en 1993. No obstante, en 2002, empezó una nueva etapa en su carrera donde la brillantez apareció para quedarse. Desde entonces, ha encadenado un proyecto tras otro, trabajando solamente con los mejores directores y obteniendo grandes resultados. Martin Scorsese necesitaba un leading man para un ciclo nuevo y encontró la conexión y el entendimiento que requería en DiCaprio. Scorsese consiguió encumbrarle definitivamente y se convirtió en su mentor pero también han colaborado en ello Steven Spielberg, Edward Zwick, Ridley Scott, Sam Mendes, Christopher Nolan, Clint Eastwood, Quentin Tarantino y, ahora, Iñárritu. Una auténtica lista All Star que, para otros actores de su generación, existe solo en los mejores sueños.
Tal como se preveía a tenor de los galardones previos, Brie Larson ha obtenido el Oscar, en su primera nominación, imponiéndose a la siempre magistral Cate Blanchett. Superar el reto dramático que le proponía Lenny Abrahamson en Room la ha convertido en referencia para este año aunque hay que reconocer que, sin la brillante aparición del jovencito Jacob Tremblay, la película no habría llegado al nivel obtenido. Veremos cómo Larson aprovecha el tirón mediático. Por el momento, tiene dos películas pendientes de estreno y está rodando Kong: Skull Island, junto a Tom Hiddleston, Samuel L. Jackson y John Goodman. 

Primera nominación y primera victoria también para Alicia Vikander, espléndida en The Danish Girl.Vikander ya está acostumbrada a mayores niveles de exigencia tras sus últimos trabajos. Una de sus próximas cintas, The Light Between Oceans, puede reportarle nuevos galardones en 2017.

Muchos pensábamos que la noche nos traería la victoria de Sylvester Stallone en la categoría de mejor actor de reparto. Su aclamada interpretación en Creed parecía situarle con muchas opciones. Pero, una vez más, los Oscar combaten su etiqueta de previsibles y ha sido el británico Mark Rylance quien se ha llevado el gato al agua. Steven Spielberg demostró su habitual ojo clínico a la hora de elegirle para el papel del taciturno Rudolf Abel en Bridge of Spies.Rylance es un excelente actor, de larga trayectoria en cine y teatro, pero poco conocido por el gran público. Su presencia en pantalla, en un papel trascendental, sería ideal para equilibrar el aura de una gran estrella como Tom Hanks.

Ese momento Stallone que no existió quedó compensado con creces cuando Ennio Morricone obtuvo el Oscar a la mejor banda sonora original por The Hateful Eight. Tras más de seis décadas de carrera, uno de los grandes maestros vivos de la música de cine obtenía por fin el Oscar tras cuatro nominaciones previas fallidas. El premio honorífico recibido hace unos años queda ahora apostillado con un reconocimiento que el compositor italiano merecía desde hace largo tiempo.

Ennio Morricone recibió el Oscar de manos de Quincy Jones.


A continuación, la lista completa de los ganadores:


Mejor película
Spotlight 
Michael Sugar, Steve Golin, Nicole Rocklin, Blye Pagon Faust, productores

Mejor dirección
Alejandro González Iñárritu
El Renacido (The Revenant) 

Mejor actriz principal
Brie Larson
La Habitación (Room)

Mejor actor principal
Leonardo DiCaprio
El Renacido (The Revenant)

Mejor actriz de reparto
Alicia Vikander 
La Chica Danesa (The Danish Girl)

Mejor actor de reparto
Mark Rylance
El Puente de los Espías (Bridge of Spies)

Mejor guión original
Josh Singer y Tom McCarthy
Spotlight

Mejor guión adaptado
Charles Randolph y Adam McKay
La Gran Apuesta (The Big Short)

Mejor película de habla no inglesa
El Hijo de Saúl (Saul Fia)
Lászlo Nemes, director

Mejor película de animación
Del Revés (Inside Out)
Pete Docter & Jonas Rivera, directores

Mejor dirección de fotografía
Emmanuel Lubezki
El Renacido (The Revenant) 

Mejor montaje
Margaret Sixel
Mad Max: Furia en la Carretera (Mad Max: Fury Road)

Mejor banda sonora original
Ennio Morricone
Los Odiosos Ocho (The Hateful Eight)

Mejor canción original
"Writing's on the Wall", escrita por Sam Smith y James Napier para Spectre

Mejor maquillaje y peluquería
Lesley Vanderwalt, Elka Wardega y Damian Martin
Mad Max: Furia en la Carretera (Mad Max: Fury Road)

Mejor diseño de producción
Colin Gibson y Lisa Thompson
Mad Max: Furia en la Carretera (Mad Max: Fury Road)

Mejor vestuario
Jenny Beavan
Mad Max: Furia en la Carretera (Mad Max: Fury Road)

Mejor sonido
Chris Jenkins, Gregg Rudloff y Ben Osmo
Mad Max: Furia en la Carretera (Mad Max: Fury Road)

Mejor montaje de efectos sonoros
Mark A. Mangini y David White
Mad Max: Furia en la Carretera (Mad Max: Fury Road)

Mejores efectos visuales
Andrew Whitehurst, Paul Norris, Mark Williams Ardington y Sara Bennett
Ex-Machina

Mejor largometraje documental
Amy
Asif Kapadia, director

Mejor cortometraje documental
A Girl in the River: The Price of Forgiveness
Sharmeen Obaid-Chinoy, directora

Mejor cortometraje de ficción
Stutterer
Benjamin Cleary, director

Mejor cortometraje de animación
Historia de un oso
Gabriel Osorio Vargas, director

La Habitación (Room, 2015). Por Mike Sanz

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Antes de comenzar con la crítica de la película que hoy nos ocupa, quisiera dar las gracias a Néstor por darme la oportunidad de participar en su blog. El Cine de Hollywood es una bitácora de referencia dedicada al séptimo arte, caracterizada por la rigurosidad de sus artículos y la variedad de temas y perspectivas que ofrece. Además, en los años que llevo leyéndola, he tenido ocasión de conocer en directo a su editor y redactor principal, una gran persona que rebosa ilusión por el cine. Vayamos ahora con la reseña.

Joey vive con su hijo, Jack, en una habitación diminuta. Allí comen, juegan y duermen, y lo único que ven del mundo exterior es la luz que entra por una claraboya del techo. Al caer la noche, Jack se esconde en el armario y así evita que el viejo Nick, el hombre que les trae comida, lo vea. La situación se repite hasta que Jack cumple cinco años, cuando su madre decide que ha llegado el momento de escapar.


Casi todos los años, durante la temporada de premios, surge una pequeña película independiente que sorprende a la crítica y cautiva al público gracias a una puesta en escena modesta, el candor de las interpretaciones y la humanidad que desprende el conjunto del filme. Es el caso de títulos como Bestias del Sur Salvaje (Beasts of the Southern Wild, 2012), Nebraska (2013), Boyhood (2014) y La Habitación (Room, 2015), una de las películas más interesantes del pasado 2015. 

Se trata de una producción conjunta de Canadá e Irlanda que adapta la novela homónima de Emma Donoghue, la cual trata un tema horrendo y actual como es el secuestro de una joven que permanece años cautiva en un espacio reducido. El confinamiento espacial limita la puesta en escena, de forma similar a lo que sucedía en 127 horas (127 Hours, 2010), pero, en vez de convertirse en un problema, impulsa un alarde de ingenio por parte del director, Lenny Abrahamson. El modo en que el responsable de Frank (en la que Michael Fassbender no se quitaba la máscara de papel maché en ningún momento, y aun así resultaba creíble) planifica las secuencias dentro de la habitación y retrata las emociones de los protagonistas es sencillamente brillante y no dejará a los espectadores indiferentes.


Hitchcock aseguraba que lo más difícil era trabajar con animales y con niños. Los primeros le hicieron caso en La Ventana Indiscreta (Rear Window, 1954), pero fue un niño el que estropeó una escena de Con la Muerte en los Talones (North by Northwest, 1959).Abrahamson sale airoso de la ardua tarea de dirigir al joven protagonista de La Habitación, Jacob Tremblay, en todo momento convincente. El pequeño intérprete hace frente a varias escenas inusuales para un actor de su edad y en ningún momento desentona, por lo que se ha convertido en el nuevo niño prodigio de Hollywood, como pasara en su momento con Quvenzhané Wallis y Chlöe Grace Moretz. La joven e igualmente sorprendente Brie Larson interpreta a su madre y ofrece un retrato comedido y desgarrador que, en manos de otra actriz y director, podría haber caído en el terreno del histrionismo con facilidad. El reparto es tan reducido que son estos dos actores los que cargan con el peso dramático de la película, si bien las breves apariciones de Joan Allen y William H. Macy aportan realismo a la narración.

La Habitación entretiene en todo momento y aborda un tema complejo gracias a la hábil decisión de no mostrar todo en pantalla y dejar que sean los espectadores quienes intuyan y se dejen guiar por el cuidado trabajo de los dos protagonistas. Narra una historia difícil y humana, que guarda ciertas similitudes con la también magistral Prisioneros (Prisoners, 2013). Estamos, pues, ante una pequeña gran película.

Premios Oscar 2017: películas a tener en cuenta (I)

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La noche de los Oscar se vivió hace solo una semana. Sin embargo, su eco se va desvaneciendo. Los ganadores, los perdedores y las anécdotas del evento se archivan en la longeva historia del certamen. Llegados a este punto, varios analistas hollywoodienses empiezan a sondear entre los nuevos proyectos para elaborar una serie de pronósticos iniciales sobre lo que podemos esperar en la próxima edición (la 89) de los premios de la Academy of Motion Pictures Arts and Sciences (AMPAS).

He elaborado una lista de películas en función de la expectación generada y de las esperanzas depositadas por los propios estudios que las amparan. No están todas las que se barajan y tampoco hay garantía alguna de que acaben estando en la ronda final de premios. Hay películas muy interesantes, de corte más independiente, que logran sus candidaturas en los últimos meses y pasan prácticamente desapercibidas al escrutinio previo. No obstante, y sin ningún ánimo de sentencia, me atrevo a presentaros algunos títulos que pueden estar presentes en la temporada de premios y quizá conquistar el máximo galardón. 


Silence
dir. Martin Scorsese
Con Andrew Garfield, Adam Driver, Liam Neeson, Tadanobu Asano, Ciarán Hinds y Shinya Tsukamoto
Paramount Pictures


A mediados del siglo XVII, dos sacerdotes jesuitas portugueses (Garfield y Driver) viajan al Japón feudal para continuar las labores de evangelización que inició el mentor de ambos, ahora desaparecido (Neeson). Allí deberán hacer frente a la persecución y a la incomprensión de una sociedad que no les quiere en sus tierras. 
A principios de 2015, Martin Scorsese pudo por fin poner en marcha uno de los proyectos que dormían el sueño de los justos en su cajón de obras pendientes. El guión de uno de sus colaboradores habituales, Jay Cocks, data de principios de los 90 pero, durante más de dos décadas, la falta de financiación y la priorización de otros proyectos han ido dilatando la realización de una película magna que suscitará polémica. El maestro vuelve a la gran pantalla con una cinta de género épico-religioso, algo que ya cultivó en La Última Tentación de Cristo (The Last Temptation of Christ, 1988) y Kundun (1997).


Sully
dir. Clint Eastwood
Con Tom Hanks, Aaron Eckhart, Laura Linney, Holt McCallany y Jamey Sheridan 
Warner Brothers


El 15 de enero de 2009 se vivió el "milagro del Hudson". El impacto de un grupo de pájaros contra un airbus A320 de la compañía US Airways, durante la fase de despegue en el aeropuerto La Guardia, causó una avería mecánica que dejó al aparato sin motores. No obstante, la pericia del capitán Chesley "Sully" Sullenberger marcó la diferencia al ser capaz de amerizar en el río Hudson y salvar así las vidas de los más de 150 pasajeros. Tras la evacuación completa, el avión se hundió pero poco días después fue extraído del agua y ahora se exhibe en un museo de aviación en Charlotte (North Carolina). La historia de este experimentado piloto ofrece un buen bagaje más allá del acto heroico y así lo vio el productor Frank Marshall cuando se hizo con los derechos de la autobiografía de Sullenberger y encargó su adaptación al guionista Todd Komarnicki. Posteriormente, captó la atención de Clint Eastwood quien decidió convertir a Sully en su nuevo proyecto como diretor y productor. La última gran pieza del engranaje se completó con la entrada de Tom Hanks para asumir el rol protagonista y una parte de la producción. En suma, este es un proyecto en el que confluyen las productoras Kennedy/ Marshall, Malpaso y Playtone. 

Aaron Eckhart da vida al co-piloto, Jeff Skiles, mientras que una habitual de Eastwood como Laura Linney interpreta a Lorraine, la esposa de Sully.


 The Birth of a Nation
dir. Nate Parker
Con Nate Parker, Armie Hammer, Aja Naomi King, Jackie Earle Haley y Gabrielle Union
Fox Searchlight Pictures


De todas las rebeliones de esclavos previas a la Guerra Civil Americana, una de las más renombradas fue la encabezada por el predicador Nat Turner en el condado de Southampton (Virginia), en 1831. Explicar su historia en la gran pantalla se consideraba misión imposible pero la tenacidad del actor Nate Parker no ha conocido límites. Inicialmente, invirtió 100.000 dólares de su propio bolsillo para realizar labores de pre-producción mientras comunicó a su agente que no aceptaría nuevos papeles mientras no lograra realizar su tan ansiado proyecto. Con el tiempo, fue consiguiendo más inversores (entre ellos los NBA'sTony Parker y Michael Finley) hasta lograr el presupuesto de 10 millones de dólares que necesitaba para hacer realidad la película. Parker asumió el rol de director, guionista y protagonista, sacando partido al limitado presupuesto con inventiva y sacrificio. Concentró el rodaje al máximo y lo concluyó en tan solo 27 días. 

Presentada en la reciente edición del Festival de Sundance, The Birth of a Nation obtuvo una gran aclamación. La división de proyectos independientes de 20th Century Fox compró sus derechos de distribución con vistas a un estreno nacional el 7 de octubre.

Nate Parker escogió replicar el título del clásico mudo de David W. Griffith, que hacía una glosa de los valores racistas y daba pábulo al Ku Klux Klan, para lanzar el mensaje totalmente contrario. Parker se propone desafiar al racismo con este título y participar directamente en un discurso de justicia social y mayor respeto hacia las minorías.


Billy Lynn's Long Halftime Walk
dir. Ang Lee
Con Joe Alwyn, Steve Martin, Kristen Stewart, Vin Diesel, Garrett Hedlund y Chris Tucker
TriStar Pictures


Ang Lee regresa a la primera línea, tras cuatro años de ausencia, adaptando un libro que sacudió conciencias y generó un alud de premios literarios. Se trata de Billy Lynn's Long Halftime Walk, de Ben Fountain. 

El realizador nacido en Taiwan quedó conmovido por la fuerza del relato y decidió embarcarse en una nueva aventura fílmica que, en esta ocasión, tendrá un gran contenido dramático aunque el envoltorio sugiera lo contrario. El argumento nos coloca en la gira de homenaje y reconocimiento que realizan una serie de soldados estadounidenses tras haber sobrevivido a una cruenta batalla en Irak. El foco de atención se centra en uno de los jóvenes, Billy Flynn. El chico es consciente de que el Gobierno pretende enviarlos de regreso a Irak tras la gira y evoca todas las contradicciones que supone el momento mientras se celebra el acto central, durante el descanso de un partido de los Dallas Cowboys en el día de Acción de Gracias.

Aunque la novela no se basa en hechos reales concretos, no cabe duda que la trama va a conectar con gran parte de la audiencia desde la sensibilidad. Ang Lee ha contado con un guión adaptado por Simon Beaufoy y Jean-Christophe Castelli mientras que el reparto es ecléctico e interesante. Para el papel de Billy Flynn, sus responsables de casting lanzaron una campaña a nivel nacional en la que resultó victorioso el debutante Joe Alwyn. 


Passengers
dir. Morten Tyldum
Con Jennifer Lawrence, Chris Pratt, Michael Sheen y Laurence Fishburne
Columbia Pictures


El noruego Morten Tyldum es uno de los realizadores más interesantes que ha aparecido en los últimos años. Hollywood le ha dado paso tras su trabajo en The Imitation Game y el director se ha atrevido con un proyecto de ciencia ficción que, en principio, parece bastante atrevido.

A pesar del batacazo que supuso Prometheus, los grandes estudios están confiando en Jon Spaihts. Uno de los que ha decidido apoyarle es el productor Neal H. Moritz, quien se decantó por un guión original de Spaihts llamado Passengers y obtuvo el apoyo de Sony Pictures para su distribución, a través del sello Columbia.

Passengers nos sitúa en un lejano futuro en el que los viajes espaciales a distancias siderales y las colonias remotas existen. Pero... ¿qué ocurre cuando uno de esos viajeros se despierta sesenta años antes de tiempo y afronta el resto de su existencia en soledad? Pues que decidirá despertar a alguien para que el resto de su vida no sea tan insustancial.

Dos grandes estrellas del momento como Jennifer Lawrence y Chris Pratt comparten cartel, por primera vez, y también se dice que protagonizan alguna escena tórrida. Veremos si las expectativas se cumplen aunque, de momento, Passengers no falta en ninguna lista de pronósticos para la temporada de premios.

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Premios Oscar 2017: películas a tener en cuenta (II)

Premios Oscar 2017: películas a tener en cuenta (II)

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The Light Between Oceans
dir. Derek Cianfrance
Con Michael Fassbender, Alicia Vikander y Rachel Weisz
Touchstone Pictures


Años posteriores a la Primera Guerra Mundial. Tom Sherbourne (Michael Fassbender) y su esposa Isabel (Alicia Vikander) son los únicos habitantes de la isla Janus Rock, en el oeste de Australia. Se tienen el uno al otro mientras cuidan del faro pero un día descubren un bote que alberga a un bebé. La pareja adopta a la niña, a quien ponen el nombre de Lucy. Sin embargo, pasados unos años, vuelven al continente y allí deberán lidiar con las consecuencias de haberle tomado demasiado cariño a la hija de otras personas.

Derek Cianfrance, realizador de fuerte impacto en los últimos años gracias a su colaboración con Ryan Gosling en Blue Valentine y The Place Beyond the Pines, reincide en el drama de fuerte calado con esta adaptación de la novela escrita por M. L. Stedman en 2012. Su habilidad para captar los más remotos detalles de la interpretación tendrá aquí un nuevo capítulo al tratar una historia de corte sumamente intimista. Fassbender y Vikander se convirtieron en pareja sentimental a raíz de su participación en este film, cuyo rodaje se produjo a finales de 2014. El trabajo de ambos podría asegurarles sendas nominaciones en las categorías interpretativas y quizá Cianfrance pueda conseguir su primera candidatura.

Esta es la última película que DreamWorks va a distribuir a través de alguna de las compañías que forman el conglomerado Disney. 


La La Land
dir. Damien Chazelle
Con Ryan Gosling, Emma Stone, J.K. Simmons, Rosemarie DeWitt, Finn Wittrock y John Legend
Summit Entertainment


Hemos hablado anteriormente de realizadores jóvenes como Morten Tyldum o Derek Cianfrance. Sin embargo, hay uno que les sobrepasa en precocidad: Damien Chazelle.

Chazelle cuenta 31 años y solo ha dirigido dos películas pero la segunda de ellas sigue generando adeptos a medida que llega a más público. Se trata de Whiplash, una auténtica maravilla que ahonda como pocas en la interacción entre música y drama.

Tras haber obtenido el éxito desde el cine indie, ahora se ha propuesto ampliar el espectro presentando un proyecto musical de más envergadura y presupuesto. Su nuevo guión, La La Land, pretende ser un musical romántico que, a su vez, homenajee algunos de los enclaves más icónicos de la ciudad de Los Angeles. Para conseguirlo, cuenta con un dúo protagonista que coincide por tercera vez: Ryan Gosling y Emma Stone. No falta su actor fetiche, J.K. Simmons, ni cameos de músicos de la talla de John Legend.

Dos estudios que plantean batalla constante a las majors, Lionsgate y Summit Entertainment, se han unido para producir y distribuir un film que llegará a las carteleras en verano y que puede copar las nominaciones en el apartado musical. En manos de Chazelle, esperamos lo mejor.


The Founder
dir. John Lee Hancock
Con Michael Keaton, Laura Dern, Nick Offerman, John Carroll Lynch  y Patrick Wilson
The Weinstein Company


Michael Keaton parece haberse convertido en un talismán para cualquier película que aspire a los máximos galardones. Tras Birdman y Spotlight, ahora nos presenta The Founder, un film en el que interpreta al vendedor Ray Kroc. Éste fue el hombre que vio en la hamburguesería regentada por los hermanos McDonald, en Downey (California), una oportunidad de negocio irrechazable. Tras asociarse con los McDonald durante unos años e iniciar la expansión del negocio como franquicia, Kroc acabó comprando la compañía en 1961 para convertir la cadena de hamburgueserías en uno de los negocios más fructíferos del mundo.

John Lee Hancock dirige el film sobre un guión original de Robert D. Siegel (responsabledel guión de The Wrestler). Los hermanos Weinstein se hicieron con los derechos de distribución de un proyecto extraordinarimente modesto (tuvo un presupuesto de siete millones de dólares). ¿Conseguirá Michael Keaton el Oscar con este papel o repartirá la suerte para otros como viene siendo habitual? 


Manchester by the Sea
dir. Kenneth Lonergan
Con Casey Affleck, Michelle Williams, Kyle Chandler y Gretchen Mol
Amazon


El guionista y dramaturgo neoyorkino Kenneth Lonergan llevaba tiempo intentando sacar adelante su proyecto más personal. Finalmente, consiguió financiación a través de una serie de compañías independientes y reclutó a un grupo de actores que acostumbran a tener presencia en el circuito indie. Entorno a ellos rodó Manchester by the Sea, un potente drama familiar rodado en la población del estado de Massachusetts. La presencia de Michelle Williams, Casey Affleck y Kyle Chandler promete un tour de force interpretativo que, a buen seguro, estará entre lo mejor del año.

Hace dos meses fue presentada en el Festival de Sundance obteniendo un éxito practicamente unánime. La división audiovisual de Amazon adquirió los derechos de distribución por diez millones de dólares y tiene previsto hacer unos lanzamientos previos en festivales antes de su estreno en otoño.


Loving
dir. Jeff Nichols
Con Joel Edgerton, Ruth Negga y Michael Shannon
Focus Features


Jeff Nichols es otro joven director de enorme proyección que ya ha acreditado su gran talento en películas como Take Shelter (2011) y Mud (2012). Ahora se atreve con uno de esos controvertidos y polémicos casos judiciales de la historia de los Estados Unidos. Se trata de la lucha que vivió un matrimonio interracial en la Virginia de los años 50. Mildred (Ruth Negga) y Richard Loving (Joel Edgerton) contrajeron matrimonio en 1958 pero llegaron incluso a cumplir pena de prisión acusados de infringir la disposición que prohibía la celebración de bodas interraciales en Virginia. La contienda judicial continuó y llegó hasta el Tribunal Supremo quien sentenció en favor de los Loving y declaró que la ley estatal de Virginia, en este tema, quebrantaba derechos civiles y constitucionales elementales. Con esta sentencia, se puso fin a las últimas limitaciones que afectaban a matrimonios entre personas de distinta raza. 

Nichols ha escrito también el guión y cuenta con las figuras emergentes de Joel Edgerton y Ruth Negga (hija de madre irlandesa y padre etíope). También les acompaña otro gran actor como Michael Shannon, quien ya coincidió con Nichols en Take Shelter.Focus Features distribuye un film que acabó de rodarse hace pocos meses. Aunque aún no se ha realizado ningún pase previo, todos los analistas coinciden en catalogar a Loving como uno de los títulos de referencia para el tramo final del año.


Story of Your Life
dir. Denis Villeneuve
Con Amy Adams, Jeremy Renner, Forest Whitaker y Michael Stuhlbarg
Paramount Pictures


Nos estamos aficionando a la presencia regular de Denis Villeneuve con proyectos sumamente interesantes. El director canadiense se está mostrando como un gran diseccionador del alma humana ante situaciones de máxima tensión dramática. Prueba de ello son sus tres últimos thrillers (Prisoners, Enemy, Sicario), todos ellos excelentes y repletos de matices.

Para este año tiene preparada una incursión en la ciencia ficción con Story of Your Life, adaptación de un relato corto escrito por Ted Chiang. Eric Heisserer firma un guión que nos propone una premisa relevante: ante la llegada de una civilización alienígena a la Tierra, las autoridades movilizan a una serie de linguistas para que hallen la forma de comunicarse con ellos y descubrir sus intenciones. Una de las personas reclutadas para esta misión es la doctora Louise Banks (Amy Adams) para quien la experiencia la conectará con su pasado a través de flashbacks que, de algún modo, pueden ser de utilidad para esclarecer la motivación de los alienígenas. Se trata pues de un viaje emocional que entronca con clásicos del género como Encuentros en la Tercera Fase. No obstante, en manos de Villeneuve, podemos esperar una vuelta de tuerca que derive hacia terrenos desconocidos.


Precedido por:

Premios Oscar 2017: películas a tener en cuenta (I)

Desde Hollywood: Resucitado (Risen)

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Kevin Reynolds continúa cultivando su interés por el género épico en Resucitado (Risen). Se suele considerar a Reynolds como el descubridor de Kevin Costner. Apostó por él en Fandango (1985), película que contó con el apoyo financiero de Steven Spielberg. Posteriormente, con un Costner ya convertido en estrella, los dos Kevin siguieron colaborando. Reynolds fue director de segunda unidad en la oscarizada Bailando con Lobos (Dances with Wolves, 1990), antesala de una asociación que continuaría en Robin Hood Prince of Thieves (1991), Rapa Nui (1994) y Waterworld (1995). Tras el enfrentamiento surgido a raíz del accidentado rodaje de la epopeya marina, su amistad se resintió. Sin embargo, fueron limando asperezas con el paso de los años y finalmente volvieron a formar equipo en Hatfield & McCoys (2012), una miniserie de gran calado que cosechó cinco premios Emmy y un Globo de Oro para Costner.

Paralelamente, Reynolds ha construido una carrera interesante en la que destaca La Bestia de la Guerra (Beast, 1988), primera en hablar con dureza de la ocupación soviética de Afganistán en los ochenta, y dos films épicos de aventuras como El Conde de Montecristo (The Count of Montecristo, 2002) y Tristan & Isolde (2006).

Ahora traslada su foco de atención a la épica bíblica con una película que se centra en la cruzada de un tribuno romano para hallar respuesta a la desaparición del cuerpo de Jesús de Nazaret tras su crucifixión. En un contexto de rebelión y agitación social en la provincia romana de Judea, Clavio (Joseph Fiennes) deberá desentrañar el mayor de los misterios mientras el gobernador Poncio Pilato (Peter Firth) exige resultados para evitar un alzamiento popular.

El neozelandés Cliff Curtis vuelve a trabajar con Kevin Reynolds, más de veinte años después, y esta vez lo hace asumiendo un papel de máxima trascendencia. Él será un Jesús fuertemente étnico y realista.

En el reparto también podremos ver a Tom Felton, María Botto y a los españoles Luis Callejo, Antonio Gil y Jan Cornet. Al igual que Exodus: Dioses y Reyes (Exodus: Gods and Kings, 2014), la mayor parte de los exteriores se rodaron en la provincia de Almería. 

Nestor Bentancor ha tenido la oportunidad de entrevistar a Fiennes y Curtis para su portal DH Movie News. La película se estrena en las pantallas españolas el 23 de marzo. 







Spielberg on Spielberg: Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull (2008). Por Francesc Marí

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"En 1989 pensaba que el telón bajaba para la serie y esa es la razón por la que literalmente al final todos los personajes se alejaban cabalgando en el atardecer. Pero desde entonces, lo que más me preguntan en todo el mundo es: ¿cuándo vas a hacer otro Indiana Jones?"

Al final de Indiana Jones y la Última Cruzada (Indiana Jones and the Last Crusade, 1989) vemos como el personaje de Indy galopa hacia la puesta de Sol junto a su padre, Marcus Brody y Sallah. Inevitablemente, en 1989, tras tres películas y muchos éxitos, ésta escena daba a entender claramente que la cosa se acababa ahí, que aunque Indiana pudiera correr muchas aventuras más, era poco probable que Harrison Ford volviera a ponerse el sombrero y blandir su látigo. Al menos eso era lo que la mayoría de implicados pensaban, el propio Spielberg sabía que aquello era el final de una época que había marcado al equipo de producción. Sin embargo, el público no compartía esos mismos sentimientos.

Poco después del estreno de la tercera entrega de Indiana Jones, la prensa y el público no podía dejar de preguntarse: ¿Cuándo tendremos Indiana Jones 4? En este sentido Spielberg era tajante, no habría cuarta entrega, tanto él como sus compañeros habían cambiado de registro, sin ir más lejos el cineasta se había pasado al drama histórico y había apartado la ciencia ficción y las aventuras, pero es difícil resistirse a la tentación. A mediados de los noventa, cuando las películas de aventuras habían dado un paso atrás a favor de las de acción, Harrison Ford fue el que prendió la mecha. Primero habló con Spielberg, al que quería tras las cámaras, pero tras la negativa de éste, fue a George Lucas que respondió simplemente con un «¿Por qué no?». Tras las palabras del visionario y con el actor principal entusiasmado por volver a interpretar al personaje —al que parecía querer mantener con vida, a diferencia de Han Solo, al que quería matar al final de cada película—, los responsables de la trilogía original fueron reuniéndose alrededor de Steven Spielberg, esperando que éste lo dirigiera todo, cuando en realidad el realizador tenía en mente jugar un papel similar al de George Lucas, un mero productor ejecutivo y dejar que un rookie se hiciera cargo del trabajo duro de la producción. Pero, ¿quién puede sustituir a Spielberg? Y más tratándose de una película de Indiana Jones. Absolutamente nadie. Por lo que solo puso una condición, la historia tenía que ser buena y tenía que tener el visto bueno de Ford, Lucas y el suyo propio.
"Yo soy muy obediente con las historias que George escribe. Discuto las cosas en las que no creo, pero al final, si George quiere poner seres de otra dimensión en Crystal Skull, pues haré todo lo que pueda para plasmar su idea y que esté orgulloso de ella."

Como sucediera en las primeras entregas, que partían de la cultura popular de aventuras propia de los años treinta, para la cuarta entrega se buscaron temas recurrentes de la literatura y del cine de los cincuenta. Y había un elemento que coincidía en todas ellas, los aliens y las conspiraciones paranoicas. Con un George Lucas entusiasmado por ello, presentó una propuesta para la historia. Sin embargo, Spielberg no quería que girara entorno a aliens, sobre todo después del estreno de Independence Day (1996), de Roland Emmerich. Pero Lucas es un hombre de recursos, por lo que revisó la idea con una relación entre el misterio del origen de las grandes civilizaciones y unos seres de otra dimensión que, curiosamente, tenían el clásico aspecto atribuido a los aliens.

Con un argumento un poco alejado de la fantasía de la trilogía original y muy cercano a la ciencia ficción, el equipo empezó a trabajar para hacer de la cuarta entrega una película tan digna como las anteriores, aunque con un objetivo claro: además de entretener —tanto al público como a ellos mismos—, tenía que ser un tributo a las películas anteriores sin ser un collage de ellas. En este sentido la película está repleta de secuencias que recuerdan las películas originales, o pequeños guiños hacia ellas, pero deformadas por el inevitable paso del tiempo. Así, por ejemplo, el nuevo decano, interpretado por Jim Broadbent, actúa como lo hacía su predecesor: Marcus Brody. Los malos, si bien es imposible que sean nazis, son comunistas y recuerdan a los villanos alemanes o vinculados al Tercer Reich de la primera y la tercera entrega.

Reaparece Marion Ravenwood y aunque sigue siendo la misma mujer luchadora que conocimos en Raiders of the Lost Ark, se ha casado, ha tenido un hijo y se ha quedado viuda. Y podría seguir, pero la lista es tan larga que, cada vez que se ve la película, se descubre una referencia nueva.


Después de que un pequeño destacamento de soldados de la Unión Soviética, bajo las órdenes de la coronel Irina Spalko (Cate Blanchett), se infiltre en el Área 51, con la ayuda forzada de Indiana Jones, para buscar unos misteriosos restos momificados, la lealtad de Indy hacia su país es puesta en duda por el FBI que, de la noche a la mañana, consigue echar al veterano profesor de arqueología de su puesto académico por ser sospechoso de comunismo. Sin trabajo, el Dr. Jones emprende un viaje hacia Europa con la esperanza de rehacer su vida de profesor y aventurero. Sin embargo, pocos minutos después de emprender el viaje, se cruza en su camino el joven Mutt Williams (Shia LaBeouf), un motero con mucha chulería que le dice que su antiguo amigo, Harold Oxley (John Hurt), ha sido secuestrado y está a punto de ser asesinado. Al llegar al lugar donde ha sido secuestrado, Perú, Indiana y Mutt empiezan a seguir las pistas que ha dejado Ox para encontrar la llave de una ciudad perdida, una calavera de cristal. A pesar de que pensaba que nunca más volvería a encontrarse a Spalko tras lo sucedido en Nevada, cuando Indy consigue hacerse con la calavera, sus caminos vuelven a cruzarse mientras ambos están tras la pista de la ciudad perdida de Akator, un lugar mitológico y repleto de tesoros.

A diferencia de otras películas de Indiana Jones, en esta ocasión parte de la acción transcurre en Estados Unidos, dando la posibilidad de mostrar la época más allá del interior de una casa y cuatro pasillos de la universidad. Además del inicio en la Nevada de 1957, concretamente en el Área 51, enseguida nos trasladamos a la universidad en la que trabaja Indiana, el Marshall College, y a la ciudad que lo rodea. Esa ciudad ficticia, rodada en el campus de la Yale University (New Haven, Connecticut), sufrió una completa transformación para que pareciera una típica ciudad americana de mediados de los cincuenta.

Pero es que la ambientación de los Estados Unidos de los cincuenta no termina aquí, ya que en todo momento hay ciertos elementos que caracterizan con facilidad esta época. En Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal aparecen pruebas con bombas nucleares —de las que Indy escapa metido en una nevera—, el miedo al comunismo en todos los sectores de la sociedad, el Macarthismo— Indy es perseguido por los agentes del FBI y expulsado de la universidad—; además, las referencias también giran entorno al cine que había o ha representado esa época, por ejemplo aparecen referencias directas a Salvaje (The Wild One, 1953) o Rebelde sin Causa (Rebel without a Cause, 1955), así como esa imagen de cafetería tan tópica que vimos en Regreso al Futuro (Back to the Future, 1985) o Pleasantville (1998). Todo estos elementos, que podrían parecer lógicos, se incluyeron con la intención de que el espectador pudiera reconocer con rapidez y familiaridad esa época tan típica y tópica del cine y la historia norteamericana.


Es evidente que Indiana Jones sin Harrison Ford no hubiera sido lo mismo, pero, por suerte, el actor deseaba volver a interpretar el personaje y puso todo su empeño en ello. Fue el detonante que inició la producción, y se dedicó en cuerpo y alma durante la pre-producción y el rodaje, haciéndose cargo de muchas escenas de riesgo a pesar de haber superado los sesenta, sin dejar de dar ese toque tan característico al personaje, sin el cual no sería el mismo.

A diferencia de la segunda y de la tercera entrega en la que la mayoría de personajes eran nuevos —a excepción de Marcus Brody y Sallah—, en esta ocasión regresa uno de los personajes más carismáticos de la serie, Marion Ravenwood, tal vez la única «chica Jones» capaz de sacar de sus casillas a Indiana y demostrar que es algo más que una cara bonita. La recuperación de este personaje es esencial para comprender el salto temporal, ya que una fecha sobreimpresa y unas cuantas arrugas en el rostro de Ford no son suficientes para hacernos ver que han pasado veinte años. El personaje de Marion logra hacer ver que ha pasado el tiempo, sobre todo por la presentación de su hijo Mutt, aunque también por su actitud ante las situaciones. Ya no es la joven cascarrabias que conocimos en En Busca del Arca Perdida, sino que, aún siendo la misma Marion, ahora se parece más a la madre protectora, sobre todo con su hijo y con Indy.

Otro de los elementos que nos enseña que el tiempo pasa, es la ausencia de dos grandes personajes, Marcus Brody y Henry Jones senior. El primero de ellos, desafortunadamente, solo puede aparecer como una estatua descabezada en el campus de la universidad, ya que Denholm Elliott, el actor que le daba vida murió en 1992; mientras que el segundo, si bien Sean Connery estuvo muy cerca de aparecer, acabó viendo que la presencia no era lógica ya que hubiera tenido una edad demasiado avanzada para resultar creíble. Agradeció la oferta de Lucas y Spielberg pero respondió que nada le haría volver de su merecido retiro profesional.


Para llenar los huecos y crear una nueva historia que pudiera encajar en la década de los cincuenta, se recurrió a caras conocidas del cine, casi como invitados especiales para la cuarta entrega de la saga. Así, por ejemplo, actores de la talla de John Hurt y Jim Broadbent se unieron al reparto para interpretar papeles clave de la trama. Por un lado, Hurt dio vida a Ox, un profesor de arqueología que ha desaparecido tras la pista de la calavera de cristal, mientras que Broadbent, aunque en un papel más bien breve, tuvo a sus espaldas la responsabilidad de sustituir al gran Marcus Brody como decano de la universidad.

Como toda película, esta cuarta entrega debía tener un villano a la altura de Indy, y la escogida fue una mujer, Cate Blanchett. En La Última Cruzada ya vimos a una mujer malvada, interpretada por Alison Doody, pero el peso del villano principal recaía en los hombros de Julian Glover. Sin embargo, en El Reino de la Calavera de Cristal la «mala malísima» era la coronel rusa Irina Spalko, una parapsicóloga fiel serviente de Stalin, dispuesta a todo para llevar la Guerra Fría a otro nivel. Y la verdad, aunque a veces el personaje parece más de una novelilla pulp que de una gran producción, se tiene que decir que aguanta el tipo bastante bien.

Al haber pasado los años, si bien Harrison Ford todavía estaba para hacer escenas de acción, había ciertos momentos que resultaba poco creíble que acaparara toda la acción, así que se optó por introducir al personaje de Mutt Williams, un motero al estilo de Marlon Brando en Salvaje(The Wild One, 1953). Para interpretar a este personaje, cuyo gran secreto se revela durante la película, se escogió a un actor que por aquel entonces estaba en plena alza —antes de perder un poco el norte, seamos sinceros—, Shia LaBeouf. Durante la producción corrió un rumor a voces, en el que se decía que, después de esta entrega, LaBeouf tomaría el relevo de Harrison Ford. Sin embargo, todo quedó en nada tras las duras críticas recibidas hacia su personaje que, si uno es sincero, si bien tiene un buen resultado como secundario, queda en nada al lado de los personajes de Indy y Marion. Por suerte, Spielberg y su equipo se guardaron las espaldas ante ese rumor cuando, al final de la película, Mutt hace la intentona de ponerse el sombrero de Indy, pero este se lo arrebata como si le dijera: «Todavía no».


Aunque en su mayoría las opiniones van dirigidas hacia la crítica negativa, siendo considerada por muchos como la peor película de Indiana Jones, se debe tener en cuenta que las tres anteriores fueron y son muy buenas. Cierto es que las críticas han ido dirigidas hacia el trasfondo histórico de la película, no de los años cincuenta como hemos visto antes, sino en la parte vinculada a las diversas culturas precolombinas que se tratan en el film. Parece que no había un trabajo muy profundo de documentación y se han mezclado elementos que son de culturas lejanas tanto en el espacio como en el tiempo, elementos aztecas en templos mayas situados en mitad del Amazonas, dando lugar a que los más puristas en este terreno tengan carnaza para rato. Sin embargo, debemos tener en cuenta que las películas de Indiana Jones nunca han querido dar clases de historia, sino entretener, aunque con ello se pasen por alto elementos que cualquiera con ganas de criticar puede aprovechar.
"Estaba un poco sorprendido de que todos nosotros nos volviésemos a meter en la piel de Indy en un par de días de rodaje, y esa fue la buena noticia. Fue una reunión de verdad, con los recuerdos más dulces." 
Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal juega con la nostalgia del público y de sus responsables. Spielberg, Ford, Lucas, Kathleen Kennedy, Frank Marshall y compañía afirmaron que esta película era una reunión familiar. En ningún momento pretende ser la película del año o de la década, sino recordar las que realmente lo fueron. 

Sobre un presupuesto de 185 millones de dólares, el film recaudó 786 en todo el mundo. Un éxito que reveló las ganas que tenía el público por conocer las nuevas vicisitudes de Indy.




Precedido por:

Munich (2005)

Continúa en:

Las Aventuras de Tintín (The Adventures of Tintin, 2011)

Tras los pasos de Bogart en El Último Refugio (High Sierra, 1941)

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"No habrá paz para los malditos". El viejo lema, fuertemente enraizado en la tradición protestante anglosajona, resulta más certero que nunca para describir la trayectoria vital de Roy Earle (Humphrey Bogart), un experto atracador que no hallará consuelo tras un indulto que le libera de una larga pena de prisión. No se trata de predestinación u obstinación; aquellos que hacen bien algo, aunque sea al margen de la ley, decidirán intentarlo antes de atender la caja registradora de una tienda o el lavadero de coches de una triste carretera interestatal.

Son tiempos desesperados y eso le lleva a ponerse al frente de un grupo que planea atracar un hotel de lujo en Palm Springs (California). La situación dramática se eleva en los días previos al robo y las implicaciones personales nublaran la percepción de unos personajes tocados por el halo de la desdicha. La huída final de Roy le lleva hasta el Mount Whitney, en Sierra Nevada, donde, finalmente, abrazará un destino inexorable ante el que nada sirve una cierta voluntad de redención. Un último viaje a una alta cima que hará más memorable su simbólica caída.

El Último Refugio (High Sierra, 1941) es uno de las joyas noir producidas por Warner Brothers. Con un guión de John Huston y W.R. Burnett, basado en la novela de este último, y la dirección de Raoul Walsh, ésta es una película de apetencia eterna. Se vivían tiempos de moralidad estricta y eso conllevaba que en la resolución de los conflictos planteados no hubiera una escala de grises. No obstante, todos estos clásicos perduran más allá de los juicios de valor porque son capaces de trasladar al espectador los sentimientos profundos de los personajes y logran una empatía insospechada y nunca forzada.

Con un Humphrey Bogart en la cima de su estrellato como rostro imprescindible del noir, El Último Refugio cuenta además con la presencia de la talentosa Ida Lupino (futura pionera en la dirección de largometrajes y proyectos televisivos), Henry Travers, Cornel Wilde, Arthur Kennedy, Joan Leslie, Alan Curtis y Donald MacBride.

Aunque en el film de Walsh las montañas que forman parte esencial de la película se encuentran alrededor del Mount Whitney (Sierra Nevada), se rodó una mayor cantidad de secuencias en otra ubicación. Concretamente, se localizaron en las Alabama Hills, una cadena montañosa cercana al municipio de Lone Pine, entre Death Valley y Sierra Nevada. Esta árida cordillera y su entorno fue el escenario de muchas de las tomas exteriores de la cinta aunque el clímax fue una combinación entre planos de situación en el Whitney y rodaje en estudio.


Ida Lupino regresó a este enclave, ya como directora, en su proyecto The Hitch-Hiker (1953), un relato también criminal protagonizado por Edmond O'Brien y Frank Lovejoy.

En décadas posteriores, los equipos de localización no han olvidado las Alabama Hills y allí han situado escenas de Gladiator (2000). Las vemos durante la huída de Máximo y mientras se acerca a su propiedad en Emérita Augusta.

También aparecieron en Iron Man (2008). Tony Stark viaja a Afganistán para realizar una demostración de su nueva tecnología repulsora, aplicada a los misiles del proyecto Jericó. Aunque pueda parecer un lugar muy remoto, el equipo pudo rodar las secuencias sin salir de California.

Dubrovnik y Juego de Tronos (Game of Thrones): introducción

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La mayor joya arquitectónica y artística de la costa dálmata es, sin lugar a dudas, Dubrovnik. La llamada "perla del Adriático" o la "Atenas dálmata" es una urbe histórica que se alza en la costa occidental de la actual Croacia. Los primeros textos que hablan sobre ella se remontan al siglo VII y posteriormente aparece citada, de forma pródiga, mientras se formaba una de las grandes potencias navales de la época, conocida como la República de Ragusa.

El empuje emprendedor y comercial de sus gentes, a lo largo de los siglos, convirtió a Ragusa en una rival directa de Venecia en cuanto al control del Mar Adriático. De hecho, en su etapa de esplendor durante el siglo XVII, Ragusa llegó a superar a Venecia como potencia comercial. Sus mercantes, llamados Argosy, comerciaban en todo el Mediterráneo y la ciudad se nutría de los beneficios mientras recogía bajo su manto a grandes artistas y arquitectos que poblaban sus calles de edificios señoriales para su pujante burguesía. Bajo la protección de unas poderosas murallas, en permanente construcción y ampliación hasta el siglo XVI, Ragusa fue un centro económico de referencia y eso también le granjeó evidentes dificultades a la hora de mantener su estatus.

A lo largo de su historia, los sufridos habitantes de Ragusa superaron la invasión otomana y maniobraron para llegar a un pacto con los sultanes que les garantizó estabilidad y protección durante siglos. También debieron hacer frente a un gran incendio, en 1296, que destruyó gran parte de la ciudad. Otras de sus vicisitudes fueron la "peste negra" en 1348, un terrible terremoto en 1667 y las sucesivas ocupaciones de las tropas napoleónicas y austriacas. Sin embargo, ninguno de estas grandes contrariedades consiguió hacer perder la identidad progresista, negociadora y emprendedora de la que, con el tiempo, pasó a llamarse Dubrovnik. 

El surgimiento de la identidad nacional croata tuvo en Dubrovnik uno de sus epicentros. No obstante, el siglo XX fue enormemente convulso para la zona de los Balcanes. Tras dos guerras mundiales en las que la región estuvo en el punto de mira y el advenimiento de un régimen comunista durante casi cuatro décadas, Dubrovnik afrontó una última gran prueba cuando su militancia pro-croata la convirtió en objetivo de bombardeos por parte de las tropas serbo-montenegrinas. A pesar de ser una ciudad desmilitarizada, sufrió las consecuencias de la caída de obuses que ocasionaron la muerte de 114 civiles y daños estructurales en su centro histórico y en las murallas. Dubrovnik fue sometida a un asedio de siete meses a partir de finales de 1991. Con el alto al fuego general decretado en 1995, se iniciaron las labores de reconstrucción bajo los auspicios de la UNESCO que había declarado al casco antiguo de Dubrovnik como patrimonio mundial en 1979.

Desde el final de la guerra de los Balcanes, la ciudad ha recuperado su interés turístico y se ha configurado como un destino cultural y vacacional de primer orden. Su alto valor artístico y patrimonial convierten la visita "intramuros" en un viaje apasionante al pasado de una de las grandes potencias marítimas de la historia europea.   

Como complemento y refuerzo de la actividad económica y turística de la ciudad, las autoridades han apostado por convertir a Dubrovnik en un polo de atracción para los rodajes de proyectos cinematográficos y televisivos. El encanto histórico de su casco antiguo, la gran red de alojamiento y los incentivos fiscales han conseguido que grandes equipos de rodaje hayan localizado exteriores en Dubrovnik.


El mayor éxito conseguido hasta el momento ha sido el de convencer a HBO y a los productores de su aclamada serie, Game of Thrones, para que convirtieran Dubrovnik en uno de sus enclaves de referencia. La serie basada en la saga fantástico-épica, escrita por George R. R. Martin, se ha convertido en un fenómeno mediático mundial y sus seguidores se han convertido en devotos militantes de una producción que seduce a audiencias de todo tipo. 

Durante la primera temporada, los exteriores que mostraban la capital de los Siete Reinos, Desembarco del Rey (King's Landing), se ubicaron en la isla de Malta. Sin embargo, los showrunners,David Benioff y D.B. Weiss, no acabaron de quedar satisfechos con el resultado y emplazaron a sus location scouts para que encontraran un nuevo emplazamiento que tuviera más enjundia, murallas más potentes y posibilidad de diversificación de escenarios en su entorno. El lugar que reunía todas estas condiciones era Dubrovnik y así es como, a partir de la segunda temporada, todas las secuencias exteriores de King's Landing han sido rodadas en la ciudad croata. Además, la diversidad física y paisajística ha permitido que se hayan filmado secuencias que corresponden a otros lugares del universo creado por George R.R. Martin. 

Durante cuatro temporadas, algunos de los grandes momentos de Game of Thrones se han rodado en el Stari Grad (casco antiguo) y sus murallas. También ha habido localizaciones de gran importancia en el barrio de Pile, en la cercana isla de Lokrum y en el jardín botánico de Trsteno. 

A finales de agosto, tuvimos la oportunidad de visitar "in situ" la mayor parte de estos enclaves y hemos decidido elaborar una guía de localizaciones que trata de consignar cada lugar a su momento en la serie. ¿Nos acompañaréis en este mágico viaje? Empezamos próximamente... 

Dubrovnik y Juego de Tronos: "The North Remembers"

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Tal como comentábamos en el artículo precedente, el equipo de producción de Game of Thrones empezó a rodar exteriores en Dubrovnik a partir de la segunda temporada. El casco antiguo y otros enclaves cercanos, muy seleccionados, se convertirían en escenarios de Desembarco del Rey (King's Landing) para la hiper-mediática serie de la HBO. No obstante, la ciudad croata ofrecía amplias posibilidades, tanto físicas como patrimoniales, para incluso aumentar el abanico de localizaciones y situar otros escenarios de la serie; con lo cual se podían compactar algunas de las unidades de rodaje y ahorrar costos. Así fue como algunos momentos de la trayectoria vital de Daenerys Targaryen también se filmaron en ubicaciones de la perla del Adriático.

En nuestro viaje a Dubrovnik recorrimos prácticamente todos los escenarios de rodaje. Únicamente las barreras logísticas y los horarios restrictivos impidieron que pudiéramos acceder a un par de enclaves, entre ellos el jardín botánico de Trsteno. Aún así, esta serie de artículos especiales nacen con la voluntad de convertirse en una guía no oficial sobre los lugares más emblemáticos que ha generado esta especial conexión entre Dubrovnik y Juego de Tronos. Ojalá sea el punto de partida para que todos aquellos que no hayáis transitado por sus calles os sintáis atraídos a visitar la mágica ciudad de la costa dálmata.


GAME OF THRONES. SEASON 2 (2012)


  •  Episodio 11: "The North Remembers"
Es el "día del nombre" para el nuevo Rey de Poniente, Joffrey Baratheon (Jack Gleeson). En su honor se celebra un torneo en el que los combatientes tratan de dar pábulo al cruel e inmisericorde adolescente al que llaman Rey. Las justas tienen lugar en las murallas de la Fortaleza Roja y, una vez más, Sandor Clegane alias "El Perro"(Rory McCann) se eleva como el mejor de los contendientes. Uno de los caballeros que debe afrontar combate es el patán Ser Dontos Hollard (Tony Way). El torpe caballero será víctima de la conducta sádica de Joffrey y sólo le salvará de la muerte la mediación de Sansa Stark (Sophie Turner), quien le persuade para convertirlo en su nuevo bufón. La festividad es interrumpida por la llegada de Tyrion Lannister (Peter Dinklage), investido de una nueva posición que hará enfurecer a su hermana Cersei (Lena Headey), madre del monarca.
Posteriormente, Cersei aborda, en los pasadizos de la Fortaleza Roja, al ministro de la moneda, Petyr Baelish (Aidan Gillen) alias "Meñique", un hombre con inmensos recursos y contactos que defiende la máxima siguiente: "Conocimiento es poder". Sin embargo, Cersei le mostrará cual es el verdadero poder que importa en la corte. Tras intimidar al "Meñique", le emplaza a utilizar su red de contactos para encontrar a Arya Stark (Maisie Williams). De su discreción dependerá que siga manteniendo la cabeza sobre los hombros.
Estas dos importantes secuencias se rodaron en las plataformas y el patio central del Fuerte Lovrijenac, una construcción extramuros que se alza sobre un risco en el barrio de Pile, al oeste del casco antiguo de la ciudad. El origen de su construcción se sitúa en el siglo XI cuando los gobernantes de Ragusa decidieron erigir una fortificación que guardara la ciudad y controlara las amenazas que pudieran surgir del mar (fundamentalmente desde la rival Venecia) y del interior. La comparación entre las fotos extraídas del capítulo y las tomadas in situ nos da una idea del extraordinario trabajo realizado por el equipo de dirección artística y de post-producción digital.












Dubrovnik y Juego de Tronos: "The Ghost of Harrenhal"

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  •  Episodio 15: "The Ghost of Harrenhal"
  • Tyrion Lannister (Peter Dinklage) se ha asentado firmemente en el cargo de "Mano del Rey" y demuestra, cada día, que tiene el carácter necesario para sobrevivir en el puesto y prevalecer en la contienda de intereses que impera en la corte. Tras descubrir el plan de Cersei (Lena Headey) para acumular "Fuego Valirio" como arma de defensa para la ciudad, decide palpar el ambiente que se vive en las calles escoltado por Bronn (Jerome Flynn), su truhán aliado. En el mercado popular, encuentran a un agitador que está encendiendo a la plebe con un discurso en el que se hace eco de los rumores que persiguen a los Lannister, particularmente el incesto entre hermanos que ha engendrado a un monarca abominable en la persona de Joffrey (Jack Gleeson). Para Tyrion estas palabras no suponen ninguna ofensa pero no puede decir lo mismo al oír como el charlatán le pone al mismo nivel y le considera el brazo ejecutor del Rey bastardo. Posteriormente, Tyrion visita al maestro de fuegos de la ciudad y descubre que éste alberga más de ocho mil recipientes de "Fuego Valirio".  
    Toda la secuencia en la que Bronn y Tyrion pasean por el mercado de King's Landing se rodó en una de las calles más bellas de Dubrovnik: Sv. Dominika. Tomando el nombre del monasterio dominico adyacente, esta calle circula bajo la muralla de la ciudad en su paso por la cercana puerta de Ploče y el puerto histórico. Las escaleras donde el agitador pronuncia su diatriba conducen al interior del monasterio Dominico, construido en el siglo XIV. 
    Sv. Dominika también apareció en el capítulo 11 cuando la Guardia Dorada inicia una redada por la capital para localizar y aniquilar a los bastardos del difunto Rey Robert Baratheon (Mark Addy).




    En el extremo oriental de Essos se alza la lujosa ciudad de Qarth.Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) recibe el agasajo de la corte gracias al amparo de su anfitrión, Xaro Xhoan Daxos (Nonso Anozie), un miembro prominente del consejo de la capital. En la recepción que tiene lugar en el jardín del palacio, Daenerys conoce a Pyat Pree (Ian Hanmore), miembro de la llamada "Casa de los Eternos", un centro místico y espiritual que goza de una firme posicion en Qarth.Daenerys se siente tentada hacia lo desconocido pero su consejero Jorah Mormont (Iain Glen) no opina lo mismo y recomienda cautela. Sus temores se ven refrendados por las palabras de la misteriosa Quaithe (Laura Pradelska), una mujer enmascarada que le advierte de los peligros que corre su señora más allá de la cordialidad y amabilidad que está recibiendo.
    La pequeña isla de Lokrum, a solo diez minutos en barco del antiguo puerto de Dubrovnik, fue el lugar en que los equipos de localización ubicaron las escenas de la recepción en Qarth. El monasterio y sus jardines datan del siglo XVI y fueron convenientemente decorados para darles una imagen más exótica. Aunque la actividad monástica cesó en 1798, Lokrum continuó teniendo una gran significación al haber sido residencia estival del linaje Habsburgo durante la mayor parte del siglo XIX. El exterior del monasterio tiene varias secciones pendientes de reforma. No obstante, el interior de la nave principal nos reserva una sorpresa puesto que alberga una pequeña exposición sobre la serie, coronada por un imponente Trono de Hierro. 


































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