Sin embargo,
Tom Cruise introduce otro elemento en la ecuación:
"¿Qué pasa con el ínfimo porcentaje de personas que posiblemente hubieran cambiado de idea? Nadie quiere cambiar los derechos por los que luchamos y morimos."
El productor
Gerald R. Molen opina lo siguiente:
"Da miedo pensar que hubiera algo llamado policía del pensamiento que sienten que pueden adivinar lo que la gente puede hacer. Pero, en cuanto a la vertiente cinematográfica, es una oportunidad para crear un thriller de primer nivel."
Por consiguiente, cualquier sistema que en el futuro pudiera ofrecer este tipo de opciones vendría siempre acompañado por la polémica y el debate ético y moral. Cuando se desarrollan procedimientos que cambian radicalmente el panorama existente surgen dudas importantes. Pero, como sociedad, algún día deberemos enfrentarnos a situaciones que puedan modificar, de forma singular, nuestro devenir. Se podrán establecer muchos debates pero, al final del camino, las innovaciones acaban siendo inevitables. Quizá las futuras generaciones acaben conviviendo con tecnologías no demasiado alejadas de lo que plantea
Minority Report. Sin embargo, todo esto nos lleva a la disyuntiva del conflicto entre libre albedrío y determinismo. La película defiende el determinismo hasta que
Anderton tiene la opción de elegir porque conoce su futuro. Aún así, existen otros elementos añadidos por la trama que se pondrán en juego para no variar los hechos. Sin duda alguna, es una forma brillante de tratar un conflicto trascendental extremo desde el lenguaje cinematográfico. No busca ser concluyente porque nadie puede serlo cuando se tocan estos temas. Cuando hemos visto futuros distópicos en el cine nos sumergimos en un terreno en que aumenta la especulación. Y cuando se trata de predecir el futuro, ya estamos tocando temas excesivamente delicados que van más allá de la imaginación. Nos quedamos tranquilos pensando que estos sistemas no se harán posibles nunca pero son varios los científicos que defienden la posibilidad de poder predecir determinados elementos del futuro. Porque, en el fondo, los
pre-cog ven las decisiones que toman libremente los individuos. El libre albedrío y el destino marcado acaban coexistiendo.
Este es un
thriller que, a partir de cierto momento, abandona la elucubración para centrarse en la acción y la lucha por conocer la verdad. No debía ir más lejos en el tema predictivo porque su argumento habría perdido credibilidad.
Spielberg para en el momento justo y deja mayor espacio para la reflexión posterior sobre la deriva de los Gobiernos hacia sistemas de control cada vez más potentes. Esta película se rodó antes de los atentados del
11-S en
Nueva York pero ya presenta una posición crítica en el debate seguridad-privacidad. En los años siguientes, el eco del impacto social que representó el
11-S ha dejado una huella muy clara en la producción audiovisual.
Anderton afrontará poderosas dudas en su huida. Era un devoto creyente en
Pre-Crimen pero ahora es un forajido del sistema. Ese compromiso moral con su trabajo, muy propio del
noir, se resquebraja cuando él mismo queda marcado. De repente, las fisuras que buscaba
Danny Witwer y que le resultaban incómodas, son todo lo que le queda para buscar una salida a su situación. Tendrá que descubrir si verdaderamente hay un fallo en el sistema, expresado con un informe en minoría, o si va a matar a
Leo Crow y el fallo está en él. Esta encrucijada brindó a
Spielberg la motivación principal para dirigir a
Cruise en la película. Y trató de exprimirla al máximo.
Max Von Sydow, por su parte, da vida a
Lamar Burgess quien se configura como figura paterna de
Anderton hasta que comprobamos su grado de compromiso en la defensa del sistema
Pre-Crimen. Sobre el trabajo con
Spielberg opina lo siguiente:
"Hay directores que dan muchas órdenes. Odio eso, quiero tener parte de la iniciativa. Spielberg sugiere, inspira y dirige a los actores sin que ellos se den cuenta. Conoce tan bien la película que sabe improvisar y eso es maravilloso. Cuando improvisa una toma ve otras cosas. Quizá son cosas que no están planeadas y las utiliza. Conoce muy bien el lenguaje de la cámara y el lenguaje del cine; mejor que cualquier otro."
Los tres
pre-cog reciben los nombres de
Agatha (por
Agatha Christie),
Dashiell (por
Dashiell Hammett), y
Arthur (por
Sir Arthur Conan Doyle). Son personas que, por su procedencia, quedaron bajo la custodia del Gobierno a muy temprana edad. Pronto descubrieron que eran capaces de dar predicciones pero fue
Iris Hineman quien comprobó que juntos tenían un don complementario que podía ser mucho más potente. Fue entonces cuando se creó el sistema para que fueran la base de un sistema de intervención preventiva. Pero
Agatha es más sensible y talentosa que los dos gemelos. La interpretación de
Samantha Morton sería muy demandante puesto que, más allá de la bañera que amplifica sus habilidades y les nutre, se les administran potentes calmantes para mantenerles en un estado semi-vegetativo. Cuando
Anderton saca a
Agatha de este entorno, las consecuencias para la chica son bastante duras. Ver como
Agatha va haciendo predicciones sin control, casi segundo a segundo, es uno de los grandes instantes del film.
Morton opina así sobre su papel:
"Es un oráculo, como una niña en esencia pero muy sabia. Ve y siente las emociones de la gente. Siente también el dolor y el sufrimiento. La pulsión del asesino es la más fuerte por ello es capaz de liderar a sus compañeros en la identificación de los futuros culpables. Spielberg me permitió enseñarle como había pensado interpretarla y le gustó mi idea. Después, hablábamos del significado de cada momento pero validó mi idea inicial, lo cual me sorprendió tratándose de un director tan importante."
La película transcurre en 2054. Dado que solo distaban algo más de cincuenta años desde el momento del rodaje,
Spielberg consideró importante que la puesta en escena ofreciera una imagen de futuro posible. Por todo ello reunió a los mejores especialistas del mundo en tecnología, medio ambiente, medicina, lucha contra el crimen, transportes e informática para que trazaran como sería el futuro. De los tres días de
brainstorming salieron muchas ideas que se aplicaron después a la película. Hubo algo que quedó meridianamente claro en esas reuniones: la pérdida de intimidad en beneficio de la seguridad. Las teorías de
George Orwell se van a hacer realidad en el siglo XXI y ya lo estamos comprobando día a día. La diferencia con el marco temporal de
Minority Report es que ya han sido capaces de avanzar hasta el punto que el constante escáner de iris se traduce en sugerencias comerciales personalizadas para cada persona, entre otras cosas. Por supuesto, esto significa que aumenta el control al poder ser identificado y rastreado en cualquier lugar. Desgraciadamente, a nadie puede extrañar que la deriva de los Gobiernos vaya hacia esta dirección. El derecho a la privacidad recula ante las nuevas tecnologías de control y seguimiento en beneficio de la seguridad general. Pero cuando esta seguridad se convierte en vigilancia tenemos servida la mayor de las polémicas. ¿Llegará un tiempo en que la gente aceptará sin problema estos sistemas tal y como se ve en la película? Probablemente, este escenario es irreversible aunque siempre se mantendrá algún vestigio de garantía jurídica individual.
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Spielberg crea un plano con fuertes reminiscencias: Agatha y Anderton como versión moderna del mito clásico de Jano. El principio y el final de todo. |
Janusz Kaminski tuvo que enfrentarse, por primera vez en su carrera, a un film
noir. Por consiguiente, tenía que incluir las marcas características del género: oscuridad, picados y contrapicados de cámara y propuestas de ángulos muy extremos. Asimismo, la película cuenta con movimientos de cámara muy agresivos, tomas cenitales, y primeros planos muy reforzados.
Spielberg, además, quería ofrecer una imagen sucia, oscura, áspera y muy fría.
Minority Report no era una aventura inocente como
A.I. y debía notarse especialmente en momentos muy concretos. El mundo que refleja la película debía ser bastante brutal así que
Kaminski se puso a ello creando un proceso de blanqueamiento post-filmación que resaltaba los tonos azulados creando una sensación constante de frialdad. Se rebajó un 40% el color y la imagen final se acerca al blanco y negro. La única secuencia que no pasó por este proceso fue la que acontece en la piscina donde
Anderton pierde a su hijo. Ese momento representa el último instante de felicidad en la vida de
John y debía distanciarse cromáticamente del resto de la cinta. Otro instante que
Kaminski destaca en
Minority Report ocurre cuando
Agatha, en la habitación del pequeño
Sean Anderton, reconstruye lo que habría sido su vida futura ante sus padres. La iluminación sobre
Agatha busca deliberadamente hacerla parecer un ángel. La cara de
Samantha Morton brilla, es casi irreal al igual que lo son también sus palabras. Es una secuencia de extrema emotividad y sensibilidad, muy empática. Y además sirve para ayudar a
John a aceptar lo sucedido, algo que su ex-esposa ya había sido capaz de hacer.
Para crear los escenarios y caracterizar las localizaciones,
Spielberg reclutó al diseñador de producción
Alex McDowell. Le había llamado la atención su trabajo en la icónica película de
David Fincher,El Club de la Lucha (Fight Club, 1999), y también había quedado impresionado con los bocetos que había preparado para una nueva versión de
Fahrenheit 451 que iba a dirigir
Mel Gibson pero que nunca llegó a buen puerto.
McDowell diseñó el logo de
Pre-Crimen en base a la idea que tenía para la balsa en que están sumergidos los pre-cog. Dicho espacio busca convertirse en la metáfora de un útero humano, con seres suspendidos en una solución acuosa de nutrientes que se asemeja al líquido amniótico. El cuartel general de la división policial también se debe exclusivamente a su trabajo.
Spielberg ansiaba un
Pre-Crimen transparente que respondiera a la idea de que no había nada que ocultar. Solo habría un espacio que escaparía a ese criterio: la cámara de los
pre-cog. Así pues, el diseñador se decantó por incluir muchos espacios diáfanos separados por vidrio. Eso permitió que
Janusz Kaminski pudiera aprovechar más ángulos de cámara al poder ver a través de las mamparas. Esto creaba una imagen de capas densas que confluía con el argumento de la película donde las tramas de misterio se van superponiendo.
McDowell analizó las obras de los arquitectos más futuristas y convenció al director con unos diseños que están entre lo mejor que se ha visto en el cine de ciencia-ficción. Con estos escenarios y la dirección de
Spielberg dedicando un plano cenital a
Agatha pronunciando
"murder", tenemos una fórmula de excelencia artística y también de éxito entre el público.
La secuencia de las
espiarañas supone otro de los momentos cumbre del film.
Alex McDowell tuvo la idea de crearlas como si fueran
"un busca diseñado por Porsche" y el resultado fue espléndido. Los técnicos de
Industrial Light & Magic les dieron vida y el equipo de
Gary Rydstrom las dotó de sonido.
Spielberg se apoyó en
McDowell para hacer previsualización del plano cenital que ilustraría el despliegue de las
espiarañas en busca de
Anderton. El resultado final es extraordinario además de reflejar ese espíritu sucio y áspero que el director buscaba para la película.
Por otra parte, el director contrató a la empresa
Imaginary Forces para que crearan las imágenes que ven los
pre-cog. El trabajo que estos técnicos habían realizado con los títulos de crédito iniciales de
Seven (1995) le convenció de que eran los mejores para el encargo. Ellos definieron unas imañgenes que no serían rectangulares sino circulares, debían crear algo orgánico. Una vez rodadas las escenas, la empresa
Asylum compactó las imágenes y fueron integradas en las pantallas
pre-vid que vemos en el film. En cuanto al elemento tecnológico estrella de la película,
Spielberg quería crear una especie danza con las manos y el lenguaje informático. Las visiones de los
pre-cog transferidas a la pantalla son fragmentos, por tanto la interfaz debía de ser gestual para reconstruir las escenas del crimen. No debía haber teclados ni
mouse. La visualización del sistema se asemejaría a dirigir una orquesta y a eso se dedicaron
Tom Cruise y
Colin Farrell, consiguiendo un efecto muy logrado que se complementó en post-producción.
"Es una película difícil. Hay mucha historia, misterio, y pistas constantes. Hay que estar muy atento. Anderton está pasando por una terrible lucha emocional. Se trata de una historia muy humana. Hay muchos misterios pero todos tratan sobre las personas. Y ese misterio se encuentra en personajes muy diversos. Minority Report se parece al cine negro de John Huston. Hay personajes con más fuerza que los protagonistas y que van dando información que apunta a inocencia o culpabilidad. La suma de todos ellos ayuda a descifrar y resolver el misterio."
Aunque
Minority no esté considerada especialmente por su banda sonora, la contribución de
John Williams fue imprescindible a la hora de contribuir al tono dramático del film. El compositor se propuso recuperar la nostalgia del cine negro y mezclarla con un futuro imaginable. Aunque se trata de un film
noir, la cinta incorpora mucho sentimentalismo y eso es lo que refleja el tema melódico musical sobre
Lara y Sean. Por contra, el tema de
Anne Lively, la infortunada madre de
Agatha, evoca el ambiente misterioso del cine negro tradicional incorporando una voz femenina sugerida por el propio
Spielberg. Otro momento importante de la composición se produce en la secuencia de las
espiarañas.El matestro consiguió caracterizarlas con la música eligiendo el ritmo y la textura adecuados. Para ello utilizó cuernos franceses de fondo, marimbas que suenan, violas y todo ello junto en un registro medio presidido por un rasgar irritante, un ritmo que te hace sentir que no quieres tener esas cosas encima. Combinado con el sonido creado por
Gary Rydstrom nos llega un efecto ácido y, en cierto modo, desagradable.
Ante una producción de estas características, el rodaje fue complejo y tuvo lugar entre el 22 de marzo y el 18 de julio de 2001. Los exteriores se rodaron en
Washington D.C., Virginia y
Los Angeles. En la capital se utilizó el
Ronald Reagan Building como exterior para el cuartel general de
Pre-Crimen mientras que en
Georgetown se filmó la secuencia en que
Anderton busca ropa para
Agatha en la tienda
GAP. También se utilizó el salón del hotel
Willard Washington para la recepción en la que
Burgess es finalmente desenmascarado. En
Ware Point Road (cerca de
Beulah, Virginia) se rodaron las secuencias en casa de
Lara Anderton mientras que los ambientes lúgubres se ubicaron en el área de
Los Angeles. Para los enormes
sets creados por
Alex McDowell se utilizaron espacios de los estudios
Fox, Universal y
Warner.Un trabajo de esta exigencia estaba hecho a medida para
Steven Spielberg.Tom Cruise opinaba así tras su primera colaboración con el director:
"Está acostumbrado a trabajar con grandes equipos, es su hábitat natural. Es capaz de controlarlo todo con esmero. Pero nunca pierde de vista la narración y los personajes. Siempre tiene una idea clara de lo que debe ser el film. Es fascinante observar la rapidez con que funciona su mente. Es algo que se debe contemplar, es extraordinario. La relación con el director siempre ha sido importante para mí. Es importante que ambos compaginemos y entendamos las metas del otro. Disfruto trabajando ese proceso con los directores."
Spielberg, por su parte, añade lo siguiente:
"Es muy fácil trabajar con Tom, responde a buenas ideas. Le encantan las ideas que no están en el guión pero que inventas ese día. Tiene su diálogo memorizado pero si le presentas una sugerencia que él no haya preparado se emociona bastante al ver todos los matices que se le ofrecen a él y a su personaje. A veces pasaban varios días sin que le diese aportaciones improvisadas y él me decía: más ideas, si no las tienes yo tengo veinte. Él siempre tiene matices para añadir."
"Estoy pasando por una etapa donde experimento y me desafío a mí mismo. Y a medida que me desafío, también desafío al público. Y me doy cuenta de que me encamino en muchas direcciones tratando de encontrarme a mí mismo aunque haya pasado la barrera de los cincuenta. Lo cual explica por qué films como A.I. o Minority Report son un poco experimentales para mí."
Minority Report se estrenó el 21 de junio de 2002 y fue un éxito. Sobre un prsupuesto de 102 millones de dólares se recaudaron 358 a nivel mundial. Solo obtuvo una nominación en los premios
Oscar de aquel año para el equipo de
Gary Rydstrom pero es, sin lugar a dudas, una de las mejores películas de ciencia-ficción de las últimas décadas. Además de plantear temas contundentes incorpora una alta dosis de ritmo, acción e intriga. Muchos críticos denostaron la película por su conclusión al considerarla demasiado complaciente. Es cierto que el final abre la esperanza para
John Anderton pero hemos visto películas, con un final deliberadamente amargo, que no han conseguido su objetivo de contentar a los medios sino todo lo contrario. La conclusión de
Minority es consecuente con el resto de la cinta y no debería juzgarse tan severamente. Sin un halo de ilusión en una sociedad futura donde la libertad parece haber dado un paso atrás, ¿qué nos queda?