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Sam Mendes en el segundo "Behind the Scenes" de Spectre

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"The reasons I’m doing the second Bond movie are the reasons I would do any movie, really, which is all to do with the story. And in this movie, SPECTRE, what you have is a movie entirely driven by Bond. He is on a mission from the very beginning." 
“It’s about whether or not to pursue the life he’s always pursued, whether he matters and is he going to continue or not. And you’re going to have to come to see the movie to find out whether he does.”



COLUMBIA PICTURES and METRO-GOLDWYN-MAYER presents an EON and DANJAQ production 
"SPECTRE"

DANIEL CRAIG  CHRISTOPH WALTZ  MONICA BELLUCCI

LÉA SEYDOUX  ANDREW SCOTT  DAVID BAUTISTA
NAOMIE HARRIS  BEN WHISHAW  RORY KINNEAR
and RALPH FIENNES as M


Music by THOMAS NEWMAN
Cinematography by HOYTE VAN HOYTEMA
Film editing by LEE SMITH
Production design by DENNIS GASSNER
Costume design by JANY TEMIME


Produced by BARBARA BROCCOLI and MICHAEL G. WILSON

Written by JOHN LOGAN and NEAL PURVIS & ROBERT WADE

Directed by SAM MENDES

Spielberg on Spielberg: 1941 (1979)

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Pocas veces se le ha preguntado a Steven Spielberg por la película 1941. En las ocasiones en que eso ha sucedido, el director ha afirmado que no se arrepiente de haberla rodado y que le parece un film correcto aunque admite que no supo dotarla del grado de diversión que requería. Incluso el maestro Stanley Kubrick dijo, tras verla, que 1941 le pareció buena pero no lo suficientemente divertida. Por tanto, estamos ante un título que algunos han reivindicado como una apuesta valiente e incomprendida. 

En mi opinión, 1941 parte de una idea interesante pero el estilo cómico que preside el resto del metraje es excesivamente ridículo y desajustado. El director da la impresión de no dominar el género y su categoría como narrador desaparece por completo en el marco de una película caótica. Creo que se trata, sin duda alguna, del peor film de su carrera como director.

Pero vayamos al inicio de todo. Tras el estreno de Encuentros en la Tercera Fase, Spielberg y George Lucas empezaron a planificar un gran proyecto de aventuras centrado en un arqueólogo llamado Indiana Jones. Como veremos en un próximo artículo, Lucas conquistó a Spielberg con la premisa argumental pero debía buscar financiación. Con tiempo por delante, el de Ohio empezó a considerar un guión que habían escrito dos graduados de la University of Southern California (USC): Robert Zemeckis y Bob Gale.

Spielberg había quedado impresionado con el proyecto de fin de carrera de Zemeckis, un cortometraje titulado A Field of Honor. Contactó con él y se convirtió en productor ejecutivo de sus dos primeras películas: I Wanna Hold Your Hand (1978) y Used Cars (1980). Más tarde, en los 80, siguió apoyándole cuando presentó el proyecto Regreso al Futuro (Back to the Future, 1985), también co-escrito con Bob Gale. Recordemos que cuando Zemeckis ganó el Oscar como mejor director por Forrest Gump (1994), agradeció muy especialmente el apoyo de Spielberg cuando nadie más creía en él.

Spielberg, George Lucas y John Milius en el set de rodaje de 1941

Pero regresemos al momento en que leyó el guión de Zemeckis & Gale. Ambos libretistas habían contado con la colaboración de John Milius, otro de los grandes narradores de la época y miembro del selecto grupo de amigos integrado por Coppola, Scorsese, Lucas, De Palma y Spielberg. Se basaba tangencialmente en un hecho real puesto que justo después del ataque a Pearl Harbor, un submarino japonés llegó a la costa de California y abrió fuego contra una refinería de petróleo. Ese hecho conmocionó aún más a una sociedad que acababa de ser golpeada por el primer ataque exterior en 130 años. Conocedores de ese hecho aislado, los guionistas hilvanaron una trama en la que un submarino japonés se propone atacar Hollywood, un auténtico símbolo de poder cuya destrucción resonaría en todo el mundo. Sin embargo, son los propios norteamericanos los que se bastan solos para llevar el caos a la ciudad de Los Angeles.

A Spielberg le encantó el guión y su tono de comedia disparatada. Con referencias constantes a la industria del cine y a lugares emblemáticos de la ciudad, le parecía una apuesta de diversión asegurada. El libreto contenía multitud de personajes pero todos eran ficticios excepto uno: el general Joseph W. Stilwell. Para ese papel, Spielberg pensó en dar la gran campanada y reclutar a toda una leyenda ya retirada: John Wayne. Ambos se habían conocido en el funeral de Joan Crawford. Pero Wayne leyó el guión y telefoneó a Spielberg con un mensaje claro:
"No hagas la película, va contra todo lo que representa América. Tú eres mejor que eso. Esta fue una guerra muy importante y tú vas a crear diversión sobre un suceso que costó miles de vidas en Pearl Harbor. La Segunda Guerra Mundial no admite bromas."
Tras la firme negativa de Wayne, Spielberg contactó con Charlton Heston pero éste también rechazó la oferta. La tercera opción acabó siendo Robert Stack quien fue todo un acierto explorando una faceta cómica que mantendría en Aterriza como Puedas (Airplane!, 1980). En cuanto al resto del reparto, el director pudo disponer de los mejores cómicos jóvenes del momento: John Belushi, Dan Aykroyd, y John Candy. Volvió a contar con Lorraine Gary y Murray Hamilton (ambos estuvieron en Jaws) y fichó a Ned Beatty (recién salido de Superman), Warren Oates, Tim Matheson, Treat Williams, Nancy Allen (esposa de De Palma), Bobby Di Cicco, Slim Pickens y Lionel Stander. Para los importantes personajes del submarino japonés incluso pudo contar con Toshiro Mifune y Christopher Lee. En cuanto a los cameos, podemos ver a John Landis, James Caan y el debut cinematográfico de Mickey Rourke.


La película contenía referencias a las cintas anteriores de Spielberg pero la más importante sucede al inicio con la secuencia en que Susan Blacklinie reproduce su trabajo en Jaws. Aunque, en esta ocasión, lo que la sorprende es el periscopio de un submarino. Más adelante, reaparece también la gasolinera que habíamos visto en Duel.

Spielberg admite que los mayores problemas de la película surgieron de su entusiasmo desmedido después de haber encadenado dos grandes éxitos. El director se creía capaz de todo y buscaba un perfeccionismo casi imposible. En este sentido, lo que ocurrió con 1941 fue una lección necesaria para él.
"Tenía que perfeccionar cada ángulo. Tenía que esperar a la luz adecuada. Era demasiado puntilloso y meticuloso. Llegué a hacer veinte tomas de escenas que tendrían que haber sido para la segunda unidad. Dirigí todas las miniaturas. Debería haber tenido una unidad de miniaturas para que filmase la secuencia de la noria rodando muelle abajo. La filmó una primera unidad a la que le pagaban dólares de primera unidad."

Todo ello precipitó que el rodaje se alargara más de lo previsto y se gastara demasiado dinero en una película rodada principalmente en interiores.
"Creo que lo que mató la comedia fue la cantidad de destrucción y el nivel de ruido. A menudo describo 1941 como la sensación de tener metida la cabeza dentro de un pinball mientras alguien le da a las paletas una y otra vez. En el preestreno de Dallas, el público empezó a reirse muchísimo con la escena inicial de Susan. Pensé que tenía una comedia de éxito pero esas risas terminaron con esa escena. Cuando empezó de verdad la película, se oyeron solo unas cuantas risas en dos horas. Además, hice volar demasiadas cosas y la sensación de ruido bloqueaba al público."

Ante una cinta que sobre el papel tenía todas las de ganar, Universal y Columbia decidieron unirse para distribuirla. El presupuesto era muy alto para la época, 35 millones de dólares, y la recaudación final llegó a a los 94 millones, una cifra que sin ser un fracaso estaba muy lejos de lo que ambos estudios tenían en mente. El público no sintonizó con la apuesta por una comedia grotesca aunque la excepción se dio en Francia, Alemania y Japón donde cosechó éxito de crítica y público. Reírse de los americanos fue, sin lugar a dudas, lo que impulsó a los espectadores de esos países para ir al cine.

Como suele suceder en la carrera de Spielberg, su equipo de grandes colaboradores ha ido surgiendo de forma progresiva. Primero fue John Williams, después Michael Kahn, y en esta película Kathleen Kennedy. Ella era la secretaria personal de John Milius, productor ejecutivo en 1941. A partir de ese momento, se convirtió en persona de confianza de Spielberg al máximo nivel. En 1981 fundaron, junto a Frank Marshall, la productora Amblin Entertainment (el nombre del film amateur de Spielberg). Con el tiempo, la carrera de Kennedy como productora fue en ascenso logrando éxito tras éxito. Actualmente, como es bien conocido, ocupa el cargo de Presidenta en Lucasfilm.





Precedido por:

Encuentros en la Tercera Fase (Close Encounters of the Third Kind, 1977)

Continúa en:

En Busca del Arca Perdida (Raiders of the Lost Ark, 1981)

If you're going to San Francisco...

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Uno de los centros neurálgicos de la contracultura y la rebeldía en los años 60 era sin duda la ciudad de San Francisco. A su habitual deriva bohemia había añadido un incremento reivindicativo gracias a la llegada de grandes oleadas de jóvenes que buscaban un modo alternativo de vida más allá del "American Way of Life". 

La vida de clase media, con un trabajo y casa establecida, no consiguió calar completamente en una nueva generación ávida de experimentación, libertad y espíritu rompedor. El movimiento hippie tenía en San Francisco uno de sus núcleos más importantes. El estado de California ofrecía muchas posibilidades pero la ciudad de la bahía tenía una tradición muy aperturista en cuanto a las nuevas tendencias sociológicas y acogía, con facilidad, todo tipo de movimientos contraculturales. La oposición a la Guerra de Vietnam y la lucha por los derechos civiles fueron grandes elementos motivadores de rebeldía que sacudieron a todo el país pero en San Francisco el eco de esas protestas parecía expandirse más rápidamente

Scott McKenzie (en el centro) rodeado por los componentes de"The Mamas & the Papas": Denny Doherty, Michelle Phillips, Mama Cass y John Phillips.

Quizá por todo ello, uno de los máximos exponentes de la composición musical en los 60, John Phillips, concibió una canción que expresaba ese nuevo espíritu contracultural que inundaba la ciudad. Así nació "San Francisco (Be Sure to Wear Flowers in Your Hair)".

Phillips había pertenecido a la banda conocida como The Journeymen a principios de los 60. También formaba parte de ella uno de sus amigos de la infancia, el cantante Scott McKenzie. Tras su disolución en 1964, John Phillips fundó The Mamas & the Papas.

McKenzie continuó su carrera en solitario rechazando la invitación de Phillips para unirse a su nuevo grupo de rock-folk. No tardaron demasiado tiempo en convertirse en banda de referencia con hits como "California Dreamin'" o "Monday, Monday" pero Phillips quería volver a trabajar con su viejo amigo y quizá para huir de las convulsiones internas que sacudieron a "The Mamas...", durante su breve existencia, compuso una nueva canción pensando en la voz de McKenzie.

La canción "San Francisco" se convirtió en el single del nuevo disco de Scott McKenzie y fue un éxito inmediato logrando auparse hasta la cuarta posición del billboard americano y escalando a la primera plaza en la lista de éxitos de Reino Unido. Se publicó en 1967 y caló ampliamente entre el público llegando incluso a convertirse en himno de resistencia de los jóvenes checoslovacos ante los hechos de la Primavera de Praga (1968). Se calcula que se vendieron siete millones de copias del single y, en los años subsiguientes, otros artistas versionaron el tema dando mayor pábulo a su mensaje. 


La canción ha aparecido en varias películas siendo la más destacada Forrest Gump, cuya recopilación de piezas es una gran muestra de la historia musical americana en la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, cuando escucho esta canción mi recuerdo se desplaza hacia la serie A Cor Obert (St. Elsewhere, 1982-1988). Esta magnífica ficción televisiva que giraba entorno a la vida del personal médico de un vetusto hospital bostoniano llamado St. Eligius, contenía también una referencia al tema musical que nos ocupa. Uno de los médicos residentes, el aspirante a cirujano Victor Ehrlich (Ed Begley Jr.), era nativo de San Francisco y debía asumir, con resignación, los rigores del duro invierno en Boston. Recuerdo que un peculiar personaje (interpretado por Austin Pendleton) decidía trasladar sus "actuaciones" a uno de los ascensores del hospital. Conocido por el sobrenombre de "Mr. Entertainment", se dedicaba a distraer a los transeúntes con un variado repertorio musical. Cuando el director médico, Donald Westphall (Ed Flanders), le ofrece la posibilidad de cantar en una sala de espera para así librarse de las molestias que genera en el ascensor, el intérprete improvisado canta la pieza de Phillips y McKenzie en honor del petulante Ehrlich.

Recordemos que St. Elsewhere fue un auténtico trampolín para Denzel Washington. También nos descubrió a otro actor que se ha convertido en un gran secundario: David Morse.

Las vencedoras justas (o injustas) en la historia de los Oscar

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Ya son 520 las producciones que han sido nominadas en la categoría de mejor película. De todas ellas, 87 se han alzado con el triunfo. La simbología de los premios de la Academia y su larga trayectoria han sembrado de aciertos y errores al galardón más importante del evento. Me he propuesto generar un espacio de debate en el que hablemos, sin tapujos, sobre las películas que han sido merecedoras o no de ese gran reconocimiento. Con la visión particular de cada uno, la controversia puede ser de lo más interesante. Estáis invitados a proponer vuestras listas en el apartado de comentarios. Como sugeridor me toca abrir fuego... 


Películas que considero justas ganadoras en función de la competencia que tenían en su edición:


Gran Hotel (Grand Hotel, 1932)
Dir: Edmund Goulding

Sucedió una Noche (It Happened One Night, 1934)
Dir: Frank Capra

Vive como Quieras (You Can't Take it with You, 1938)
Dir: Frank Capra

Lo que el Viento se Llevó (Gone with the Wind, 1939)
Dir: Victor Fleming

Rebeca (Rebecca, 1940)
Dir: Alfred Hitchcock

Qué Verde era mi Valle (How Green Was My Valley, 1941)
Dir: John Ford

Casablanca (1943)
Dir: Michael Curtiz

Los Mejores Años de Nuestra Vida (The Best Years of Our Lives, 1946)
Dir: William Wyler

Eva al Desnudo (All About Eve, 1950)
Dir: Joseph L. Mankiewicz

Un Americano en París (An American in Paris, 1951)
Dir: Vincente Minnelli

La Ley del Silencio (On the Waterfront, 1954)
Dir: Elia Kazan

Ben-Hur (1959)
Dir: William Wyler

El Apartamento (The Apartment, 1960)
Dir: Billy Wilder

West Side Story (1961)
Dir: Robert Wise & Jerome Robbins

Lawrence de Arabia (Lawrence of Arabia, 1962)
Dir: David Lean

Un Hombre para la Eternidad (A Man for All Seasons, 1966)
Dir: Fred Zinnemann

Patton (1970)
Dir: Franklin J. Schaffner

The French Connection (1971)
Dir: William Friedkin

El Padrino (The Godfather, 1972)
Dir: Francis Ford Coppola

El Golpe (The Sting, 1973)
Dir: George Roy Hill

El Padrino Parte II (The Godfather Part II, 1974)
Dir: Francis Ford Coppola

Alguien Voló Sobre el Nido de Cuco (One Flew over the Cuckoo's Nest, 1975)
Dir: Milos Forman

El Cazador (The Deer Hunter, 1978)
Dir: Michael Cimino

Memorias de África (Out of Africa, 1985)
Dir: Sydney Pollack

Platoon (1986)
Dir: Oliver Stone

El Silencio de los Corderos (The Silence of the Lambs, 1991)
Dir: Jonathan Demme

Sin Perdón (Unforgiven, 1992)
Dir: Clint Eastwood

La Lista de Schindler (Schindler's List, 1993)
Dir: Steven Spielberg

American Beauty (1999)
Dir: Sam Mendes

Million Dollar Baby (2004)
Dir: Clint Eastwood

En Tierra Hostil (The Hurt Locker, 2009)
Dir: Kathryn Bigelow

12 Años de Esclavitud (12 Years a Slave, 2013)
Dir: Steve McQueen

Birdman (2014)
Dir: Alejandro González Iñárritu


Películas que no creo merecedoras del Oscar por entender que había otras nominadas que lo merecían más:



Siguiendo mi Camino (Going my Way, 1944)
Dir: Leo McCarey
Debió haber ganado: Perdición (Double Indemnity), de Billy Wilder

Hamlet (1948)
Dir: Laurence Olivier
Debió haber ganado: El Tesoro de Sierra Madre (The Treasure of the Sierra Madre), de John Huston

El Mayor Espectáculo del Mundo (The Greatest Show on Earth, 1952)
Dir: Cecil B. De Mille
Debió haber ganado: El Hombre Tranquilo (The Quiet Man), de John Ford

Marty (1955)
Dir: Delbert Mann
Debió haber ganado: La Rosa Tatuada (The Rose Tattoo), de Daniel Mann

La Vuelta al Mundo en 80 Días (Around the World in 80 Days, 1956)
Dir: Michael Anderson
Debió haber ganado: Gigante (Giant), de George Stevens

Gigi (1958)
Dir: Vincente Minnelli
Debió haber ganado: Mesas Separadas (Separate Tables), de Delbert Mann

Tom Jones (1963)
Dir: Tony Richardson
Debió haber ganado: Cleopatra, de Joseph L. Mankiewicz

Sonrisas y lágrimas (The Sound of Music, 1965)
Dir: Robert Wise
Debió haber ganado: Doctor Zhivago, de David Lean

En el Calor de la Noche (In the Heat of the Night, 1967)
Dir: Norman Jewison
Debió haber ganado: El Graduado (The Graduate), de Mike Nichols

Oliver (1968)
Dir: Carol Reed
Debió haber ganado: El León en Invierno (The Lion in Winter), de Anthony Harvey

Rocky (1976)*
Dir: John G. Avildsen
Debió haber ganado: tres películas (a elegir)
Todos los Hombres del Presidente (All the President's Men), de Alan J. Pakula
Network, de Sidney Lumet
Taxi Driver, de Martin Scorsese

Kramer contra Kramer (Kramer vs. Kramer, 1979)
Dir: Robert Benton
Debió haber ganado: Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola

Gente Corriente (Ordinary People, 1980)
Dir: Robert Redford
Debió haber ganado: Toro Salvaje (Raging Bull), de Martin Scorsese

La Fuerza del Cariño (Terms of Endearment, 1983)
Dir: James L. Brooks
Debió haber ganado: Elegidos para la Gloria (The Right Stuff), de Philip Kaufman

Paseando a miss Daisy (Driving miss Daisy, 1989)
Dir: Bruce Beresford
Debió haber ganado: Nacido el 4 de Julio (Born on the Fourth of July), de Oliver Stone

Bailando con Lobos (Dances with Wolves, 1990)
Dir: Kevin Costner
Debió haber ganado: Uno de los Nuestros (GoodFellas), de Martin Scorsese

Forrest Gump (1994)
Dir: Robert Zemeckis
Debió haber ganado: Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption), de Frank Darabont

Titanic (1997)
Dir: James Cameron
Debió haber ganado: LA Confidential, de Curtis Hanson

Shakespeare in Love (1998)
Dir: John Madden
Debió haber ganado: Salvar al Soldado Ryan (Saving Private Ryan), de Steven Spielberg

Crash (2005)
Dir: Paul Haggis
Debió haber ganado: dos películas (a elegir)
Munich, de Steven Spielberg
Buenas Noches y Buena Suerte (Good Night and Good Luck), de George Clooney

Slumdog Millionaire (2008)
Dir: Danny Boyle
Debió haber ganado: dos películas (a elegir)
Frost / Nixon, de Ron Howard
El Curioso Caso de Benjamin Button (The Curious Case of Benjamin Button), de David Fincher

El Discurso del Rey (The King's Speech, 2010)
Dir: Tom Hooper
Debió haber ganado: tres películas (a elegir)
La Red Social (The Social Network), de David Fincher
Origen (Inception), de Christopher Nolan
Valor de Ley (True Grit), de Joel & Ethan Coen

Argo (2012)
Dir: Ben Affleck
Debió haber ganado: La Noche más Oscura (Zero Dark Thirty), de Kathryn Bigelow



*Aunque soy devoto de Rocky no se puede obviar que, ante la competencia de ese año, la película de Stallone no debió alzarse con el máximo triunfo. Sus competidoras eran obras maestras absolutas.

Las películas ganadoras que no estan en las listas, son las que dejo en tierra de nadie. No son de mi máxima predilección pero considero que su victoria no fue injusta teniendo en cuenta la competencia que afrontaban en su edición. Sin embargo, debo reconocer que llevo mal la derrota de Star Wars ante Annie Hall y la de Raiders of the Lost Ark frente a Chariots of Fire.

Ex Machina: ¿un futuro no tan lejano?

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Siglo XXI. La inteligencia artificial es una idea en potencia cada vez más consolidada encaminada a convertirse en la revolución del milenio gracias a los avances en cibertecnología de algunas potencias. Aunque sus prototipos sean aún meras intenciones y no realidades, el avance de la robótica parece ya un acontecimiento que, tarde o temprano, será una realidad.

Máquinas que se asemejan a humanos, con todo tipo de detalles: piel, entendimiento racional, capacidad de autodeterminación, fácil mantenimiento a través de la fibra óptica, capacidad de auto-reparación… estos ingenios tecnológicos están llamadas a ser la nueva realidad.
Ava es el ejemplo más avanzado de inteligencia artificial que se haya construido hasta el momento, fruto de la mente privilegiada de un programador multimillonario llamado Nathan. Vive recluido voluntariamente en una magnífica mansión dotada con los más avanzados sistemas tecnológicos en cuanto a domótica se refiere, en medio de un paraíso natural al que solo se accede con helicóptero (papel interpretado por el cada vez más imprescindible Oscar Isaac). Enigmático, egocéntrico, inteligente y solitario cree haber encontrado la manera de construir el robot perfecto, otorgando así a la raza humana un nuevo paso en su relación con las máquinas. Una relación encaminada a la completa igualdad.

Pero Ava sigue siendo un prototipo, un proyecto sumido en el más absoluto secreto. Nadie sabe de su existencia. Nadie sabe lo que la mente privilegiada y brillante de Nathan ha sido capaz de crear.
Caleb (Domhnall Gleeson) es un joven informático, prodigioso también, que trabaja en la compañía de Nathan, la Blue Book. Su acceso al código de un ordenador le hace valedor de pasar una semana en casa del multimillonario como recompensa. El objetivo real es que Nathan está buscando a un técnico de su propia plantilla que esté lo suficientemente preparado como para aplicar el test de Turing. Dicho test pone de manifiesto si una máquina es capaz de reunir todas aquellas cualidades que la puedan asemejar a un ser humano, reflejo incuestionable de los términos "inteligencia artificial".
El humanoide es Ava que si bien tiene la cara, las manos y los pies recubiertos de piel artificial, el resto del cuerpo es claramente el de un cyborg.
Ava (Alicia Vikander) se verá sometida durante siete días a todo tipo de preguntas por parte de Caleb para determinar si su creador tiene razón y puede ser considerada como la creación robótica con inteligencia artificial tan codiciada hasta el momento o si, por el contrario, aún necesita de cambios en algunas de sus estructuras internas o externas.  
Pero, en el transcurso de esta semana, el joven informático se va percatando de que, para llegar a Ava, el programador multimillonario ha tenido que dejar a un lado los escrúpulos para poder esculpir su obra de arte con el cincel del egocentrismo y de la locura ya que, si bien Ava parece inofensiva, jamás ha salido de su habitación con paredes de cristal irrompibles…

Ex Machinaes un thriller británico de ciencia-ficción dirigido por el guionista y novelista Alex Garland (autor de los libretos de 28 Días Después, Sunshine, 28 Semanas Después, Nunca me Abandones, y Dredd). Un auténtico especialista del sci-fi y los futuros distópicos.
Apuesta por una historia ya tratada anteriormente (la relación del hombre y la máquina o el hombre y su creación) pero cargándola de un punto de vista muy arriesgado y controvertido: ¿qué pasa cuando la creación se acaba convirtiendo en algo tan avanzado, tan perfecto, que es imposible controlarlo?
Ava es dulce, serena, tranquila, apacible... pero también puede esconder reflejos oscuros que aún están por asomar, ya que la dotación del cerebro que se le ha conferido así lo dispone. De hecho, su cerebro intenta ser lo más parecido posible a una copia del humano…
Magnífica opera prima de Garland como director. En ella, vemos cómo el hombre es el único ser en este planeta capaz de construir algo tan complejo que acaba traspasando los límites de lo controlable y predecible.
Sus magníficas actuaciones y su ritmo constante no hacen, sino, que contribuir a desarrollar una historia bien tejida con un final inesperado e impactante en el que no solo se podrá hacer balance de la actuación de la inteligencia artificial sino también de la humana.


Garland nos propone con esta cinta un claro ejercicio de introspección humana para que seamos conscientes de hasta dónde podemos llegar si creemos que nada ni nadie nos puede poner límites. Con Ex Machina, la moraleja nos aborda constantemente a lo largo de sus 108 minutos ya que nos hace replantear muy seriamente si una máquina es capaz de llegar a tener sentimientos o solo los finge para conseguir sus propósitos.
Estas y otras cuestiones nos son planteadas, a veces directamente y a veces de manera muy sutil, a lo largo de las escenas en las que Garland pone en jaque la inteligencia humana a manos de la robótica, y no al revés.
¿Será Avael inicio de una nueva especie en alusión a Eva, como la primera mujer que creó Dios según la Biblia?
Elegante, estilizada, tensa, cerebral… solo si vemos la película de Garland hasta el final seremos capaces de entender por qué reúne todos estos adjetivos ya que... ¿quién es la víctima? ¿Ava… o el hombre?

Star Wars. Personajes: Almirante Ackbar

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Gial Ackbar es uno de los personajes más curiosos de la saga debido a su estrambótica apariencia. 

Pero más allá de su aspecto, estamos hablando del que fuera Comandante Supremo de la flota Rebelde y eso merece reconocimiento aunque solo tenga apariciones esporádicas en un film de la franquicia.

George Lucas había imaginado a los nativos del sector Mon Calamari y decidió que uno de ellos tendría un papel preeminente en El Retorno del Jedi. Se utilizó una gran títere para las tomas cercanas dentro del cual había espacio para que el animador Timothy Rose moviera la cabeza y la boca. En los planos de cámara más globales, Rose llevaba una indumentaria de cuerpo completo mientras que Mike Quinn ejecutaba los movimientos de boca con un dispositivo remoto. A pesar del buen trabajo de los marionetistas, Lucas nunca estuvo del todo satisfecho con la caracterización y movimientos de Ackbar y, dos décadas después, estuvo a punto de sustituirlo por una creación digital en las nuevas ediciones en DVD de la trilogía original. En cuanto a la voz, fue prestada por el actor radiofónico Erik Bauersfeld. El diseñador de sonido y futuro montador, Ben Burtt, fue el que contrató los servicios de Bauersfeld tras verle en acción durante un drama radiofónico a principios de los ochenta.

Su impacto entre los fans de la saga fue inmediato y consiguió ser uno de los veinte personajes más valorados de la franquicia. La frase “It’s a Trap”, pronunciada durante la batalla de Endor, ha sido una de las más referenciadas en las décadas siguientes. Así pues, un largo recorrido mediático para un Mon Calamari nacido en el principal planeta de su sector: Dac. Como casi todos los mundos del Borde Exterior, el aislamiento era la principal característica de las razas nativas. Sin embargo, una nueva clase dirigente, entre la que se encontraba la familia de Ackbar, propugnó la ruptura proteccionista y el establecimiento de relaciones con otros sectores e incluso con la República Galáctica.

Ackbar nació en el seno de una familia aperturista y sus notables inquietudes culturales le granjearon numerosas oportunidades para expansionarse. Sin embargo, las Guerras Clon interrumpieron esos sueños de explorar el espacio. Tuvo que incorporarse al ejército Mon Calamari ante la ofensiva de los Quarren, también nativos del sector, que se habían aliado con la Confederación de Sistemas Independientes. Durante esas contiendas se ganó el rango de capitán.

Con la llegada de las tropas Imperiales a Mon Calamari, el futuro almirante lideró las huestes locales aunque la ofensiva no fructificó y todo el sector cayó en manos de los usurpadores. Impresionado por la resistencia de las tropas locales, el almirante Imperial, al mando de las operaciones, tomó a Ackbar como prisionero y se lo entregó como “trofeo de guerra” al Gobernador Tarkin. Éste lo utilizó como traductor pero ese tiempo no fue en vano para Ackbar puesto que su cercanía al núcleo de poder militar le permitió aprender táctica y estrategia además de conocer, de primera mano, el proyecto de construcción de la Estrella de la Muerte. 

Mientras acompañaba a Tarkin en un viaje de supervisión a la estructura de la Estrella de la Muerte, el convoy de naves fue atacado por la Alianza Rebelde. Tarkin no pudo ser capturado pero la nave de Ackbar sí lo fue. Las revelaciones sobre la estructura de la estación espacial le abrieron camino entre la Alianza y fue en ese momento cuando conoció a su líder política: Mon Mothma. De regreso a su planeta natal con el rango otorgado de almirante, Ackbar empezó a influenciar a sus congéneres para lograr la adhesión a la Alianza Rebelde.

No fue hasta la batalla de Yavin y la destrucción de la Estrella de la Muerte, cuando el sector Mon Calamari se incorporó formalmente a la Alianza Rebelde. Durante tres años, lideró varias campañas de forma exitosa y eso convenció a Mon Mothma para nombrarle Comandante Supremo de la flota Rebelde. Y desde esta posición, asumió la responsabilidad de coordinar el ataque a la segunda Estrella de la Muerte, apostada cerca de la luna selvática de Endor. Su capacidad de liderazgo no quebró cuando ordenó maniobras de retirada al comprobar que el poderoso escudo que rodeaba a la estación espacial no había cedido. Pero, de igual manera, acertó en la contemporización cuando fue persuadido por Lando Calrissian para dar más tiempo a Han Solo y su comando en su objetivo de pulverizar la central emisora del escudo. Con determinación, volvió a desplegar la flota al caer el escudo y posicionó a los grandes cruceros para que cubrieran el acceso del Halcón Milenario al núcleo de la estación.

Con la victoria definitiva y la debacle del Imperio, Ackbar se convirtió en uno de los líderes de la Nueva República y le esperaban nuevos enemigos a los que hacer frente pero esa es otra historia...

Star Wars. Manual de Supervivencia es un proyecto de LASDAOALPLAY? y El Cine de Hollywood.

Star Wars. Personajes: Darth Maul

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“Al fin nos revelaremos a los Jedi. Al fin alcanzaremos la venganza.”

Cuando los seguidores de Star Wars ven el rojo y el negro en cualquier anuncio, no piensan en el AC Milan sino en Darth Maul. Sus breves pero trascendentes apariciones en la película más denostada de la saga no fueron impedimento para que Maul se convirtiera en un personaje icónico de forma instantánea. Ya sabemos que los villanos lo tienen fácil para agradar a poco que cuenten con un poder de amenaza consistente. En este caso, quizá la falta de elementos atractivos en La Amenaza Fantasma y la decepción respecto al tono de la película, provocaron que se desplazara el interés hacia Maul. Fue el único gancho de una cinta en la que George Lucas se las ingenió para decepcionar al sector de público que había crecido con la trilogía clásica.

Maul nació en Iridonia, planeta natal de los zabraks en el Borde Medio. Su madre era Kycina, una humana perteneciente a la orden de las Hermanas de la Noche. Las Hermanas eran una especie de amazonas galácticas que tenían esclavizados a los zabraks desde hacía siglos. Kycina no quería para su hijo el destino de un zabrak y fue la que convenció al joven aprendiz Sith, Darth Sidious, para que le concediera a Maul un nuevo camino. En esa época, Sidious era el aprendiz de Darth Plagueis “el Sabio”. Según la “regla del dos” establecida por los Sith, Sidious no podía tomar ningún aprendiz pero el poder de la Fuerza que presintió en el pequeño Maul le persuadió de intentarlo.

Sidious lo condujo secretamente a Mustafar donde fue criado por droides. Más adelante, Plagueis permitió a Sidious instruirle como asesino a las órdenes de los Sith pero se cerró en banda ante la posibilidad de que el zabrak pudiera convertirse en un Lord Oscuro. Su adiestramiento fue durísimo y el propio Sidious se encargó de imponerle tatuajes como forma de limpiar la mente del esbirro. 

Siendo niño ya mataba a las órdenes de Sidious mientras aumentaba su ira e odio incrementando el conocimiento del Lado Oscuro. Aprendió a ignorar el dolor puesto que era sometido a castigos de forma asidua. De no haber soportado el adiestramiento, Sidious le habría matado inmediatamente pero el zabrak seguía asumiéndolo todo mientras los ideales del Lado Oscuro fluían en él con más fuerza. A mayores castigos, mayor devoción sentía por su maestro. 

A los diez años, fue enviado a la Academia de Orsis donde continuó aprendiendo todo tipo de técnicas de lucha mientras su mentor era informado constantemente mediante informes de progreso. A los diecisiete años, afrontó una prueba final que consistió en una lucha individual de supervivencia en el remoto planeta de Hypori. Allí, un número abrumador de droides le persiguieron sin descanso durante un mes. Tras acabar contra todos aquellos que buscaban su exterminio, se presentó ante Darth Sidious enormemente debilitado y hambriento. El Lord Oscuro le retó a un duelo enormemente desigual en el que el zabrak fue vencido. Sidious le dijo que era un fracaso como aprendiz y afirmó que llevaba años adiestrando a otro alumno que había demostrado ser más comprometido. El odio hizo estragos en Maul y, aunque yacía sobre el suelo, se lanzó sobre su maestro mordiéndole vorazmente en una mano. Comprendiendo que había infringido el código y había atacado a su señor, Maul aceptó su ejecución. Pero Sidious descubrió entonces que todo había formado parte de la prueba. No existía el otro aprendiz y Maul había logrado que el odio fuera el motor de sus actos por lo que fue investido como Lord Sith. 

Afincado ya en Coruscant, Sidious empezó a encomendarle misiones de alta responsabilidad que probaron la enorme destreza para asesinar que siempre le caracterizó. Tras colaborar en la caída del Sindicato del Crimen conocido como Sol Negro, Sidious envió a Maul tras unos Jedis que estaban poniendo en peligro sus planes de bloqueo e invasión de Naboo a través de la Federación del Comercio. Consiguió interceptar a los Jedi en el desértico planeta de Tatooine y allí tuvo un breve enfrentamiento con Qui-Gon Jinn, el cual retuvo a Maul hasta que la nave de la Reina Amidala pudo despegar. Jinn reconoció el poder del Lado Oscuro y, poco después, advertiría del regreso de los Sith a un incrédulo Consejo Jedi.

De regreso a Naboo por decisión expresa de Amidala, Qui-Gon Jinn y su aprendiz, Obi-Wan Kenobi, idearon un plan para recuperar el control del Palacio de Theed y permitir el despegue de los cazas. Consciente de este movimiento en su doble papel como Senador Palpatine, Sidious envía a Maul para impedir esos planes. En el hangar del palacio se desata un brutal combate entre el zabrak y los dos Jedi. 

Después de una dura pugna, Maul consigue zafarse de Qui-Gonn y le asesta una estocada mortal con su doble sable de luz. Obi-Wan asiste impotente a la muerte de su mentor puesto que queda atrapado momentáneamente en un campo de fuerza. Cuando el dispositivo se abre, Kenobi y Maul se enzarzan en un atlético enfrentamiento. Obi-Wan destruye uno de los lados del sable rojo del Sith pero éste consigue finalmente precipitarle a un canal de ventilación. Sujeto a un resorte, Kenobi aguarda su momento y atrae el sable láser de Qui-Gon con la Fuerza. Con un salto inesperado, el Jedi sorprende a Maul seccionándole la cintura.

Las crónicas del Universo Expandido exploran una serie de tramas en las que Maul habría sobrevivido al combate. Pero tales historias son tan inverosímiles que prefiero centrarme en el gran trabajo que realizó el actor elegido para encarnarle en la gran pantalla.

George Lucas eligió al experto en artes marciales, Ray Park, para el papel. Surgido de las peores pesadillas del diseñador Iain McCaig, Darth Maul no podría haber llegado a ser tan amenazante sin la destreza y la agilidad de Park. Tal fue su buen hacer que, en los años posteriores, fue reclutado para intervenir en películas como X-Men, Sleepy Hollow, y GI Joe, entre otras. No obstante, las pocas palabras que pronuncia durante la película fueron grabadas por el cómico británico Peter Serafinowicz.

Star Wars. Manual de Supervivencia es un proyecto de LASDAOALPLAY? y El Cine de Hollywood.

Spielberg on Spielberg: En Busca del Arca Perdida (Raiders of the Lost Ark, 1981)

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"Quiero que el espectador sepa no solo de qué lado está el bueno y de qué lado está el malo, sino también en qué lado de la pantalla están y quiero que el espectador sea capaz de hacer sus propios cortes todo lo rápido que quiera en una toma que me cueste trabajo cortar. Ese ha sido mi estilo en las cuatro películas de Indiana Jones."

A principios de los 70, mientras intentaba consolidar su propia compañía de producción, George Lucas empezó a escribir varios argumentos para futuros proyectos. Uno de ellos tenía como protagonista a un arqueólogo y aventurero cuyo nombre era Indiana Smith. Lucas lo había concebido como una recuperación del espíritu presente en los seriales de acción y aventuras de los años 30 y 40. Durante cuatro semanas mantuvo reuniones con el director y guionista Philip Kaufman. Juntos crearon una primera sinopsis argumental que tendría como centro la recuperación del Arca de la Alianza, un símbolo histórico-religioso sobre el que Kaufman había investigado ampliamente. Pero el trabajo se vio interrumpido cuando Clint Eastwood contrató a Kaufman para dirigir El Fuera de la Ley (The Outlaw Josey Wales, 1976).

Lucas decidió aparcar el proyecto y centrarse en el desarrollo de una space-opera, inspirada en el pensamiento del escritor Joseph Campbell y en las películas sobre samuráis del maestro Akira Kurosawa. Se trataba, obviamente, de Star Wars.

En mayo de 1977, George Lucas y Steven Spielberg, exhaustos tras el exigente trabajo en sus recientes películas, decidieron marcharse de vacaciones a Hawaii. Mientras Marcia, la esposa de George en aquella época, se mantenía cerca del teléfono para recibir noticias sobre las brutales cifras de recaudación que Star Wars estaba obteniendo, los dos creativos se tumbaban en la playa y charlaban sobre ideas de futuro. Spielberg le habló a su amigo del interés que tenía por dirigir una película de James Bond. Él era fan confeso de la saga 007 y consideraba que era lo mejor que podía hacer en ese momento de su vida. Pero Lucas le sorprendió con las siguientes palabras: "Tengo algo mejor para ti, Steve".


Fue entonces cuando le habló de un arqueólogo que combinaba su trabajo de profesor con la búsqueda continua de grandes reliquias históricas alrededor del mundo. La propuesta de Lucas atrajo de forma inmediata a Spielberg que se comprometió a dirigirla en cuanto fuera posible. Lo único que no le gustaba era el apellido del protagonista. Smith no le cuadraba en absoluto. Así que Lucas dijo:"¿Y qué tal Jones?".

Pasaron varios meses en los que Spielberg estuvo centrado en la post-producción de Encuentros en la Tercera Fase. A finales de 1977, contactó con un joven guionista que había llamado su atención con un libreto cuyo título era Continental Divide. Spielberg había comprado los derechos para producir la película y pensó que este autor podía ser el idóneo para desarrollar el script de Indiana Jones. El guionista era Lawrence Kasdan.

En el mes de enero, los tres implicados se reunieron durante cinco días. Esa "tormenta de ideas" se registró en una grabadora, a partir de la cual Kasdan realizó una transcripción que fue la base para la escritura del guión. Seis meses después, el libreto para Raiders of the Lost Ark estaba terminado. Tanto Spielberg como Lucas quedaron encantados con el texto y este último decidió encargarle a Kasdan una nueva versión del guión de El Imperio Contraataca (The Empire Strikes Back, 1980) ya que Leigh Brackett había fallecido y el borrador que había escrito no había satisfecho completamente al de Modesto.

El libreto de Kasdan era intenso. Trasladó al manuscrito las constantes aventurescas que Lucas había diseñado e incorporó elementos del cine de Preston Sturges y Michael Curtiz. Situando la acción en 1936, con los nazis obsesionados en conseguir el Arca para sus propios fines, se aseguraba una premisa argumental arrebatadora. Kasdan llegó a realizar hasta cuatro revisiones para pulir aún más el script mientras preparaba su debut como director en Fuego en el Cuerpo (Body Heat, 1981).


El reto pasó a ser la financiación. Lucas inició una ronda de visitas a los estudios pero ninguno se atrevía con la propuesta. Creían que un presupuesto de 20 millones de dólares era poco realista teniendo en cuenta lo que exigía la producción de la película. Finalmente, Paramount decidió dar el paso acordando la cifra de 18 millones y cerrando un acuerdo con Lucasfilm para cinco películas.

Con la perspectiva que nos ofrece el tiempo, resulta curioso recordar que Harrison Ford no era el principal candidato para interpretar a Henry "Indiana" Jones Jr. Aunque Spielberg le propuso desde el primer momento, Lucas no lo veía claro porque Ford había intervenido en todas sus películas y, según sus palabras, no quería que fuese su "Bobby De Niro" (en referencia a su amigo Martin Scorsese que, en aquella época, contaba siempre con De Niro).

Después de varias pruebas de cámara en las que también participaron Tim MathesonJohn Shea y Peter Coyote, el que más les convenció fue Tom Selleck. Iba a ser contratado pero los trámites tuvieron que detenerse. Resultó que Selleck no podía firmar porque tenía un contrato exclusivo con la CBS, productora de la serie de TV Magnum P.I.. No se pudo llegar a a un acuerdo y fue entonces cuando Spielberg volvió a proponer a Ford que, recién salido del rodaje de El Imperio Contraataca, se ponía el sombrero y la chaqueta de Indiana y asumía un papel para el que había nacido. Supo conferirle a Indy esa cualidad del héroe de acción vulnerable, tenaz y que nunca se rinde.

Varias actrices probaron para el rol de Marion Ravenwood, incluida una jovencísima Sean Young. Pero Spielberg se decantó por una actriz de teatro que había intervenido en A la Caza (Cruising, 1980), un thriller de William Friedkin en el que compartió cartel con Al Pacino. Estamos hablando de Karen Allen. Según el director, encontraba en ella la esencia de las actrices clásicas. Era una mezcla entre Irene Dunne y Carole Lombard.

Para dar vida al amigo excavador de Indy, Spielberg pensó en Danny De Vito pero sus compromisos con la serie Taxi impidieron la contratación. Entonces, el realizador se centró en un actor que le había impresionado en Shogun: el galés John Rhys-Davies. Ese carácter bonachón combinado con la apariencia de un Falstaff moderno, confirió la identidad a Sallah.

Denholm Elliott, Paul Freeman, Ronald Lacey, Wolf Kahler, y un desconocido Alfred Molina completaron un excelente reparto.


George Lucas decidió ubicar la producción en Inglaterra, concretamente en los estudios Elstree donde había rodado parte de los interiores de Star Wars. Con el diseño de producción de Norman Reynolds, se inició la construcción de decorados cuyo buque insignia sería el "Pozo de las Almas", la gran cámara en la que se encontraba el Arca de la Alianza. Con el poco margen de error que otorgaba el presupuesto, había que ser práctico y rodar con la máxima eficiencia. Lucas situó a Frank Marshall como productor principal mientras él, Howard Kazanjian, y Robert Watts figuraron como responsables ejecutivos o asociados. Marshall conoció a Kathleen Kennedy durante el rodaje e iniciaron una relación sentimental que también tuvo reflejo en el ámbito profesional. Poco antes de empezar el rodaje, Lucas le dijo a Spielberg:
"Mira, te puedes retrasar con el rodaje para Columbia y para Universal, pero eres mi amigo. No puedes retrasarte con el dinero del que yo soy responsable."
Spielberg tomó estas palabras como una lección de humildad y austeridad. Encargó un storyboard detalladísimo para no tener sorpresas durante la filmación. Controló todo al detalle y, al final, acabó catorce días antes de lo previsto.
"George no estaba pendiente de mí. A veces venía a verme, pero no me perseguía, no era mi director de producción. Yo creo que Raiders probablemente fue la película en la que más preparado estaba para dirigir y valió la pena."
Con exteriores en Kauai (Hawaii), La Rochelle (Francia), Inglaterra, San Francisco y Túnez, la compleja producción funcionó razonablemente bien aunque varios miembros del reparto enfermaron durante su estancia en el norte de África. Las escenas ubicadas en las calles de El Cairo fueron rodadas en la ciudad de Kairouan y allí estaba prevista una lucha con espada entre Indiana y un esbirro local de físico imponente. Pero Harrison Ford había contraído disentería y se encontraba muy bajo de energías y con fiebre alta. Por consiguiente, se decidió improvisar y acortar la escena disparando directamente al gigantón. Esta anécdota se convirtió en una de las escenas más recordadas de la historia reciente del cine. Y nunca había sido pensada de esa manera.


Ante la plaga de enfermedades, Spielberg acortó al máximo la estancia en Túnez rebajando en una semana y media el rodaje allí. Resulta interesante recordar que el lugar donde Indy amenaza con destruir el Arca es el mismo cañón en el que R2-D2 cae preso de los jawas en Star Wars. Las palabras de René Belloq (Paul Freeman) en esa escena merecen ser recuperadas:
"Te has pasado toda tu vida buscando reliquias arqueológicas. Dentro del Arca hay tesoros que sobrepasan tus mejores sueños. Quieres verla abierta tanto como yo. Indiana, nosotros sólo pasamos por la historia. Esto... esto es historia."
En cuanto al trabajo de John Williams poco se puede decir que no resulte una absoluta obviedad. "The Raider's March" es uno de los temas principales más brillantes y emocionantes jamás escritos. Su conexión con el género de aventuras es tan grande que ya nadie puede imaginarse esos compases sin visualizar al intrépido arqueólogo mientras enarbola el látigo y escapa de cualquier trampa. Además de componer el leitmotiv para toda la serie de películas, la BSO de Raiders también destaca por el tema del Arca y por el Marion's Theme, una maravillosa pieza que acompaña el reencuentro de dos personas, en circunstancias extraordinarias, diez años después de romper su relación.


Con la película terminada, sus responsables comprobaron como el público disfrutaba como nunca en los pases de prueba. La cinta era fresca, tenía un ritmo incesante y acreditaba un sentido del espectáculo que hacía años que no se veía, exceptuando Star Wars. El trabajo había sido arduo y difícil pero el resultado fue sublime, sobrepasando las mejores expectativas de George Lucas.
"Muchas personas trabajaron duro en Raiders pero no habríamos alcanzado tal éxito sin el magnífico guión de Larry Kasdan y la brillante dirección de Steven. Si yo hubiera estado detrás de la cámara, aún estaríamos rodando."  
El film se estrenó el 12 de junio de 1981 en Estados Unidos y fue un éxito inmediato. Concluyó su carrera comercial con una recaudación mundial de 384 millones de dólares. En la lista de las películas más taquilleras, ajustando la inflación, Raiders se acerca al top ten histórico. Paramount estaba tan satisfecha que empezó a pedir ideas para una nueva entrega. Lucas se encontraba inmerso en la pre-producción de El Retorno del Jedi (Return of the Jedi, 1983) pero tenía una idea que dejó en manos del matrimonio de guionistas formado por Willard Huyck y Gloria Katz.

El éxito crítico y comercial de En Busca del Arca Perdida se tradujo también en los premios. Recibió ocho nominaciones en los Oscar incuyendo mejor película y dirección. Sin embargo, Carros de Fuego (Chariots of Fire) la apartó de los galardones principales. Obtuvo cuatro estatuillas: mejor montaje (Michael Kahn), dirección artística (Norman Reynolds), sonido y efectos visuales. Además, recibió un Oscar especial para los efectos de sonido.

En mi caso, es la primera película de imagen real que recuerdo haber disfrutado plenamente en la sala de cine. Los estrenos de Star Wars  y Alien me cogieron demasiado pronto y fue en años posteriores cuando las disfruté al máximo.

En octubre de 1981, mi padre trabajaba como comercial de una marca de extintores y, por aquellos avatares del destino, estaba realizando el cambio de unidades en el desaparecido Palacio del Cinema, ubicado en la Vía Laietana de Barcelona. Yo tenía seis años y quedé tan alucinado que no podía esperar para verla de nuevo. Por suerte, al día siguiente, mi padre debía volver para hacer comprobaciones y yo me senté de nuevo en el patio de butacas...



Precedido por:

1941 (1979)

Continúa en:

E.T. el Extraterrestre (E.T. the Extra-Terrestrial, 1982)

El Francotirador (American Sniper)

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Clint Eastwood es un cineasta de raza, un valor seguro para la industria del cine. Dotado de una energía fuera de lo común en alguien de su edad, continúa teniendo un impulso creativo imparable. Película tras película, sigue demostrando su interés por hacer del cine un vehículo personal de expresión. Inquieto y perseverante, trata de explorar diferentes géneros y temáticas con cada una de sus cintas.

Este es el caso de su nuevo trabajo detrás de la cámara después de Jersey Boys. Se trata de American Sniper, la biografía del Navy Seal Christopher Kyle, el francotirador con más muertes confirmadas en toda la historia militar estadounidense.

Durante cuatro periodos de servicio en IrakKyle llegó a las 160 muertes confirmadas en misiones de apoyo al despliegue de tropas de tierra. La insurgencia iraquí le llamaba el "Demonio de Ramadi" y pusieron precio a su cabeza. Fue herido en dos ocasiones y sufrió varios ataques directos por parte de los combatientes locales. En 2009, finalizó su servicio activo y regresó a Texas.

En 2012, se estrenó como escritor al publicar la autobiografía "American Sniper: the autobiography of the most lethal sniper in U.S. military history". Convertido en un fenómeno superventas, Kyle disfrutó de un breve éxito puesto que el 2 de febrero de 2013 fue abatido en el condado de Erath (Texas) por un ex-marine, Eddie Ray Routh, que estaba aquejado de un desorden por estrés post-traumático.

Esta historia era material cinematográfico de primer nivel. Bradley Cooper se interesó especialmente y convenció a Warner Brothers para que adquirieran los derechos de adaptación. Cooper se quedó con el rol de co-productor e iba a contar, en un principio, con David O. Russell como director mientras que Chris Pratt daría vida a Kyle. Sin embargo, los ejecutivos del estudio dejaron claro que se retirarían del proyecto a no ser que el propio Cooper interpretara al protagonista.

Steven Spielberg había leído la autobiografía de Kyle y se mostró interesado en dirigir la película. No obstante, Spielberg requería de un mayor presupuesto para trasladar su enfoque a la película y Warner no lo aceptó. Sin embargo, durante su trabajo con el guionista Jason Dean Hall, surgió la idea de incorporar la figura de un francotirador enemigo que sería una amenaza constante. Eso incrementó la dimensión psicológica del libreto.

Dos semanas después de la marcha de Spielberg, Eastwood desembarcó en el proyecto tranquilizando al estudio de Burbank y garantizando la realización de la película con la llegada de todo su equipo habitual en Malpaso


En este film, Eastwood radiografía una tipología muy presente en el medio oeste americano: la del ciudadano arraigado en los valores tradicionales. No estoy de acuerdo con aquellos que califican el film de reaccionario y que además aprovechan para colocar al director en la picota por su ideología política conservadora. Quienes realizan este ataque desconocen por completo lo que ha sido la carrera artística de Eastwood. A lo largo de su extensa trayectoria, ha tocado múltiples temas explorando diferentes concepciones y utilizando diversas formas de expresión para abordarlas. Lo que siempre le ha caracterizado es su actitud abierta ante todas las posiciones demostrando una sensibilidad artística amplia. Su tendencia política no ha interferido en su voluntad de contar historias como director. Estamos ante un hombre de profundas convicciones que trabaja en una industria donde hay grandes contrastes y su mirada atenta, clasicista, y contundente ha resultado imprescindible para la meca del cine en la últimas décadas. Ha trabajado con toda clase de actores, la mayoría progresistas, forjando sólidas relaciones profesionales. Se ha ganado el respeto de todos ellos porque, por encima de todo, está la categoría y la honradez de su trabajo como director.

Ahora bien, cuando la historia se centra en Christopher Kyle, un tejano criado en Odessa y educado según los valores tradicionales del protestantismo norteamericano, el resultado no puede ser el retrato de un personaje progresista y liberal. Con suma rapidez, Eastwood nos coloca en situación con cuatro pinceladas: conciencia individual, autodefensa, religión, autoridad familiar, y un voraz patriotismo. Todo ello forja la personalidad de un chaval que, al llegar a la edad adulta, trata de construir su vida entorno a unos pilares bastante inamovibles.

Aunque Eastwood es consciente que no tiene entre manos el mejor material de su vida, nos ofrece cosas interesantes además del ritmo pausado pero constante y los grandes enfoques de cámara. Reduce el tiempo del entrenamiento militar porque ya nos lo sabemos casi de memoria y se centra en el inicio de la relación entre Chris y Taya (Sienna Miller) huyendo de determinados tópicos. Con cualquier otro director, su primer encuentro habría finalizado en la cama mientras que Eastwood lo termina con la tremenda borrachera que deja a Taya fuera de juego. Son pequeñas señales de un director cuya enjundia se deja notar incluso cuando toca temas comunes y mundanos.

La forma como Kyle va tomando su camino viene marcada por el orgullo patriotero que lleva impreso en su carácter. Desde Europa nos podemos rasgar las vestiduras pero en Estados Unidos ese es el motor que mueve a una gran parte de la población. Están orgullosos de su país y lo demuestran constantemente. Eso es así y hay que reflejarlo.

Con la llegada del primer despliegue en Irak, la película cambia y la paleta de colores se vuelve árida para reflejar el tremendo cambio de escenario a todos los niveles. Las situaciones de combate son brillantes y alegra ver como el estilo fílmico de Eastwood, poco sincopado y sin movimientos de cámara superfluos, consigue colocarnos dentro de la escena sin que perdamos detalle de lo que está ocurriendo. Los cambios en esta dicotomía "lugar de combate-ambiente seguro" que se van produciendo a lo largo del metraje, ilustran perfectamente el drama del veterano de guerra. Si bien es cierto que hay ciertas concesiones al sentimentalismo fácil cuando la pareja habla por teléfono mientras Chris se encuentra en plena refriega, la película aguanta el reto de la credibilidad en escenarios bélicos.

La contundencia de lo que vemos transforma la perspectiva del protagonista y la del espectador al mismo tiempo. Esta no es una película que pase de "puntillas" sino que entra en materia con fuerza y sin complejos. Y este es el mayor elogio que se puede hacer de un film, sencillo en esencia, pero que cumple con su función de reflejar una visión personal  acerca de la experiencia de un francotirador de élite dentro del nuevo concepto de la guerra en el siglo XXI. Los horrores de cualquier conflicto bélico son inigualables al igual que la deshumanización que todo ello conlleva. Eastwood recoge todo ello para crear un fresco algo diferente respecto a lo que estamos acostumbrados a ver. A través de Bradley Cooper, revela una parte diferente del espectro y es aquí donde American Sniper encuentra su sitio.

Por último, destacar que la película no cuenta con una banda sonora musical acreditada. La narración transcurre prácticamente sin música reforzando el sentido agreste de la cinta. Un silencio musical únicamente roto por el "Taya's theme", compuesto por el propio Eastwood, y la siempre resultona "Someone Like You", de Van Morrison. En los créditos finales, Eastwood recupera una pieza compuesta por el maestro Ennio Morricone para un spaghetti western de 1965 llamado Il Ritorno di Ringo, dirigido por Duccio Tessari. El tema, cuyo título es "The Funeral", resulta más actual que nunca en el contexto de las imágenes reales que se nos muestran al final de la cinta.

El western según Sergio Leone (I). Por Xavi López

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“Once Upon a Time…” 
Así es como empiezan los cuentos clásicos y así es como empezaría la Trilogía del Oro de Sergio Leone, director italiano que revitalizó el western no sólo para Europa, sino para el mundo entero creando dos iconos del género: el “Hombre sin nombre” y, por supuesto, Clint Eastwood.

Nacido en Roma, Sergio Leone (1929-1989) decidió abandonar los estudios de Derecho para dedicarse al mundo del cine. Su carrera en el Séptimo Arte empezó a la edad de 18 años cuando trabajó como ayudante de Vittorio De Sica en la película El Ladrón de Bicicletas (Ladri di Biciclette, 1948) - más conocida por ser el máximo exponente del Neo–Realismo Italiano. A partir de 1950, Leone empezó a escribir guiones enfocados a lo que se conoce como el género del “Peplum” pero también trabajó en diversas producciones a gran escala como ayudante de dirección. Las más notables fueron Quo Vadis (1951) y Ben-Hur (1959). Pero fue cuando el director Mario Bonnard cayó enfermo durante el film Los Últimos Días de Pompeya (Gli Ultimi Giorni di Pompei, 1959) que a Leone se le pidió que se encargara de completar la película. Esto dio como resultado que se le encargara la dirección (su debut tras la cámara) en la película El Coloso de Rodas (Il Colosso di Rodi, 1961) para lo cual se armó con un equipo para realizar una cinta de bajo presupuesto que parecía una gran superproducción hollywoodiense.

Rory Calhoun y Leone durante el rodaje de El Coloso de Rodas (1961).

Después de esta experiencia, Leone centró su atención hacia otro tipo de género, el llamado “Spaghetti Western" dado que el “Peplum” había perdido el favor del público.

Y así empezó…
“A su modo, Él es, tal vez, el hombre más peligroso que jamás ha existido!”   
Tagline de la película.

Por un Puñado de Dólares (Per un Pugno di Dollari, 1964), basado en Yojimbo (1961) de Akira Kurosawa, que, a su vez, gravitaba entorno a la novela de Dashiell Hammett, “Red Harvest” (“Cosecha Roja”), publicada en 1929. Las tres obras, la novela y los films, comparten base pero no así el período de tiempo ni la ambientación. Mientras que “Red Harvest” transcurre en los años de la Prohibición, Yojimbo hace lo propio en el Japón Feudal y A Fistful of Dollars se enmarca en una población fronteriza entre Estados Unidos y México.

Un pistolero solitario, cuyo nombre se desconoce pero al que se apoda “Joe”, llega a la pequeña población de San Miguel. Allí encuentra a dos familias que se disputan el control de la ciudad: los Rojo y los Baxter . Es entonces cuando el “pistolero” decide enfrentar a ambas familias en su propio beneficio desembocando en una espiral de muerte, destrucción y traiciones.

Por Un Puñado de Dolares fue el primer intento de Leone para reinventar el género fílmico del western en Italia. De ahí precisamente el apodo del género. En opinión del cineasta los westerns americanos de mediados de los 50 y posteriores se habían estancado, se habían vuelto demasiado moralistas y no eran creíbles. A pesar de que en Hollywood habían empezado a perder fuerza, Leone tenía el convencimiento de que en el mercado europeo había aún posibilidades de llegar a la audiencia observando como el público italiano se reía de los convencionalismos de los westerns americanos y de los pastiches en que algunos directores italianos habían llegado a trabajar bajo pseudónimo.

Su intención era la de tomar la “gramática” de los films italianos y trasladarla a la ambientación del western. Es decir, recoger los elementos que funcionaban en el western y hacer un film italiano que pudiera pasar por norteamericano.


Originalmente, Leone quería a Henry Fonda para el personaje principal. Pero la compañía cinematográfica no podía permitirse pagar por una estrella hollywoodiense dado el reducido presupuesto. Por su parte, Leone, al no poder contar con Fonda, contactó con Charles Bronson quién declinó argumentando que el guión era malo. Curiosamente el cineasta contaría con ambos para Hasta que Llegó su Hora (Once Upon a Time in the West 1968). Fue tras tantear a otros actores como Henry Silva, Rory Calhoun, Tony Russel, Steve Reeves, Ty Hardin y James Coburn que Leone dirigió su atención hacia Richard Harrison, quien recientemente había participado en el que está considerado como el primer spaghetti westernDuello nel Texas (1963). Harrison no se mostró impresionado y declinó la oferta. Los productores, por su parte, le presentaron una lista con actores americanos menos conocidos y le pidieron consejo a Harrison respecto a ellos. Éste sugirió a un tal Clint Eastwood. El mismo Eastwood, más tarde comentando respecto de la transición del western televisivo al western cinematográfico, afirmó que estaba agotado de interpretar al cowboy convencional en la serie Rawhide (1959-1965) y que aquella oportunidad le había proporcionado el vehículo para ser un antihéroe. 

Por otra parte, tenemos a Gian María Volonté como el despiadado pero inteligente Ramón Rojo, cabeza pensante y líder de la familia compuesta por los Hermanos Rojo. Inteligente, despiadado y ambicioso. En la familia él es quién lleva las riendas. Un origen no muy alejado del “Indio” de La Muerte tenía un Precio pero distinto: despiadado pero no psicótico; cruel pero inteligente; taimado y astuto pero no carente de la capacidad para amar a alguien, en este caso a Marisol (Marianne Koch)


Le siguen sus hermanos: Antonio Prieto como Don Miguel Benito Rojo, el hermano mediano, pacificador y cortés quién ve la llegada del “Hombre sin Nombre” como una oportunidad para acabar con sus rivales. Y Esteban Rojo, interpretado por Sieghardt Rupp, el más joven e impetuoso de la familia siempre dejándose llevar, precisamente, por su juventud e inexperiencia aunque eso no lo haga menos peligroso por ello. Por otro lado, tenemos a la familia Baxter, encabezada por el “Pater Familias”, el Sheriff John Baxter (Wolfgang Lukschy), un cargo de paja, vamos, para mantener en San Miguel una apariencia de orden mientras las dos familias se matan entre sí. También tenemos a la matriarca del clan, Doña Consuelo Baxter (Margarita Lozano), la verdadera cabeza pensante de la familia quien maneja a los suyos con puño de hierro a diferencia de su marido y su hijo Antonio, interpretado por Bruno Carotenuto, tan apocado como su padre. 

Por otro lado, y en el bando imparcial como meros espectadores, tenemos a Josef Egger como Piripero, el fabricante de ataúdes que, tras la llegada del “Hombre sin Nombre”, empieza a ver como se le acumula inesperadamente el trabajo. José Calvo interoreta a Silvanito, dueño de la pensión donde el “Hombre sin Nombre” se hospeda y quién le hará primero de guía reticente para luego convertirse en protector y semi-figura paterna. La relación entre “Joe” y Silvanito empieza de forma profesional mientras que a lo largo del film va evolucionando hacia un camino más de cariño y apoyo incluso siendo más paternal que profesional. También aparecen y repetirían más tarde con Leone, Mario Brega y nuestro Aldo Sambrell como hombres de la Familia Rojo.


Por un Puñado de Dolares fue una producción italo-germano-española por lo que el idioma suponía una importante barrera en el set de rodaje. Leone, que no hablaba inglés, y Eastwood, que tampoco hablaba italiano, se comunicaban por medio de Benito Stefanelli, especialista en escenas de acción. Al igual que en otras películas italianas rodadas por aquél entonces, todo el montaje era silencioso y luego en post-producción se añadían los diálogos y los efectos sonoros.

Las influencias de la cinemática paisajística de John Ford así como del método japonés por lo que a la dirección se refiere, se empiezan a apreciar en la obra de Leone. Por un Puñado de Dólares se convirtió en la primera película en mostrar su distintivo estilo de dirección. Es donde se empieza a ver el uso del llamado “Primerísimo Primer Plano”.

Mediante este plano se capta una parte del cuerpo del sujeto, como una mano, una boca, un ojo, etc… Capta el rostro desde la base del mentón hasta la parte de arriba de la cabeza. Fue Sergio Leone quién lo estableció. Buscaba captar la mirada, la expresión que encierra ésta, para mostrar una tensión inusitada.

En “SU WESTERN” (porqué es el Western de Leone) impregnaba las películas de un toque especial: esa sensación de tensión, ese ritmo ralentizado que empieza lento pero que va alcanzando un crescendo hasta culminar en un clímax brutal. El ritmo, la emoción y la comunicación entre escenas se pueden atribuir al meticuloso filmado de Leone en sus primeros planos. Todo ello muy alejado de lo que en Hollywood se hacía con el primer plano. Que es lo que precisamente logró Leone, pasar del Primer Plano al Primerísimo Primer Plano. Pasar de una línea de diálogo a un silencio marcado por el tempo, por la música, por la tensión que va aumentando, poco a poco, hasta desembocar en el anteriormente citado crescendo.


Por otro lado, tenemos la aportación de Eastwood quien fue instrumental para crear el estilo visual del “Hombre sin Nombre”. Y digo esto porque gran parte del vestuario se lo traían los actores y en el caso del actor principal no fue una excepción. Se trajo unos pantalones tejanos negros de una tienda de deportes de Hollywood Boulevard; el sombrero procedía de una firma de guardaropa de Santa Monica y los característicos cigarrillos, que siempre se aprecian en la comisura de sus labios, de una tienda de Beverly Hills. También se trajo de Rawhide un revólver Colt con una Cobra tallada en la empuñadura, la cartuchera y las espuelas. El poncho característico del personaje se compró en España. Fueron precisamente Leone y el diseñador de vestuario, Carlo Simi, quienes decidieron darle este toque al personaje, creando ese aspecto final que todos recordamos.

Hablando precisamente de aportaciones, es cierto el hecho de que Eastwood no fumaba en absoluto y que, por exigencias de Leone, empezó con este mal vicio. El director quería que llevara constantemente un cigarrillo en la boca.


Si hay otro elemento que destaca en los films de Sergio Leone es precisamente la música. No se trata de una canción ni de una sintonía al uso. Para la Banda Sonora, contó con la ayuda de Ennio Morricone quien creó toda la partitura bajo el pseudónimo de Dan Savio. Leone le pidió a Morricone que escribiera un tema que fuera similar a “El Degüello” de Dimitri Tiomkin, que éste usó en el film Rio Bravo (1959). Puede que el tema principal de Morricone se asemeje a ésta última pero el músico respecto a esto comentaba que usó una nana que el había compuesto y que en base a la petición del director, él mismo fue desarrollando. Los dos temas son similares en ejecución pero difieren en los arreglos.

Gran parte de la música de la Banda Sonora se compuso antes del film, algo poco convencional. La razón de Leone obedecía a su devoción por la música. La partitura decidía la duración de las escenas y no a la inversa. Hasta ese punto era importante para él la música. Eso es algo que más adelante se demostrará como una de las bazas del director para causar tensión dramática.

En definitiva, Sergio Leone rompió con los convencionalismos del western clásico. Los personajes ya no eran buenos o malos, se movían por un terreno gris. Nada era pulcro ni “limpio”. Cada uno se movía por sus propios intereses que, por lo general, eran dinero y oro. La moral de sus personajes era cuanto menos discutible cosa que les daba otra dimensión. La ambientación, si bien es en Estados Unidos o por lo menos simula ser la América del Salvaje Oeste, distaba mucho de los grandes espacios fordianos de quien bebía y tenía influencia. Aquí no había más que polvo, suciedad, miseria y desolación. Un uso del tempo que en conjunción con la Banda Sonora y el Primerísimo Primer Plano, causaba un efecto de tensión que se incrementaba con la magistral partitura de Ennio Morricone.

Sergio Leone acababa de rodar su primer western. Luego, llegarían otras dos películas más.

Pero eso, ya es otra historia…

Star Wars. Personajes: Conde Dooku. Por Fran Marí

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Si la vida del Conde Dooku fuera llevada al cine, seguramente tendríamos una interesantísima historia épico-histórica. ¿Por qué digo esto? Muy sencillo, porque la vida de Dooku es más propia de las novelas románticas de finales del siglo XIX que del universo Star Wars. Nacido en el seno de una noble y adinerada familia del planeta de Serenno, Dooku fue entregado a la Orden Jedi de pequeño, pero a diferencia de la mayoría de sus compañeros, creció sabiendo quien era y cuál era su familia. A pesar de que por nacimiento tenía el derecho de ser conde de su planeta natal, aceptó las ordenanzas Jedi y se convirtió en un caballero de honor y talento.

A lo largo de su vida en la Orden, destacó por su habilidad en los duelos de sables, de la misma manera que por conocer al dedillo el complicado funcionamiento de la República Galáctica y su senado. Sin embargo, después de décadas entre los jedis, Dooku empezó a sentir desencanto por la Orden y por su manera de proceder, creyendo que se implicaba en cuestiones políticas alejándose del camino de la Fuerza. Pero fue la muerte de su antiguo y fiel aprendiz, Qui-Gon Jinn, la que se convirtió en el detonante de su abandono. Llevado por diferencias ideológicas, además de por enfrentamientos directos con el Consejo, Dooku colgó su túnica de jedi, se retiró a Serenno y recuperó el título familiar de Conde.

Es por ello, que el Conde Dooku tiene el dudoso honor de pertenecer a un exclusivo club de Jedis, conocido como Los Perdidos o Los Veinte Perdidos. Siendo él el último de ellos, en más de dos mil años de historia, solo veinte maestros jedis abandonaron la orden, y se les recuerda en la biblioteca del templo con bustos. Es sabido que todos ellos, al carecer del apoyo de sus compañeros del lado luminoso de la fuerza, rápidamente eran tentados por las tinieblas sith, y Dooku no fue una excepción. Sin embargo, fue el primero en pasar al lado oscuro sin que sus antiguos aliados lo supieran.

El camino que un Jedi realiza para pasar al lado oscuro no es corto ni fácil, sin embargo puede plantearse desde diferentes enfoques. En el caso de Dooku no fue una conversión inmediata, sin embargo el descontento que sentía por los jedis, así como sus creencias sobre la corrupción de la Orden, sumado a la riqueza de la que disponía, llamó la atención de Palpatine, que lo convencería para convertirse en su aprendiz, Darth Tyranus.

A pesar de que, en apariencia, Dooku era un estrecho colaborador de Darth Sidious, este, en realidad tenía otros planes. Mientras que Dooku se hacía cargo de liderar a los Separatistas, financiándolos y nutriéndolos con más aliados gracias a sus contactos, creyendo que al final gobernaría la Galaxia junto a su maestro. Sidious lo utilizó de la forma más burda para que le hiciera el trabajo sucio, para, al final, sacárselo de encima en favor de un aprendiz más joven y más poderoso… Darth Vader.

Pero no adelantemos acontecimientos. Dooku, tras unirse a Sidious, se convirtió en un personaje esencial de las Guerras Clon, y no solo por ser el líder de unas de sus facciones, ni por motivar la creación del ejército de la República, sino por su papel vital como orquestador del conflicto. Si por su lado, Sidious, era el jefe en las sombras, Dooku era quien decidía donde atacar, como hacerlo y con qué agente: podía ser una simple negociación, podía soltar a Grievous en un planeta para que lo asolara, o enviar a uno de sus aprendices, como Asajj Ventress o Savage Opress.

Aun así, al final, creyendo a pies juntillas que se convertiría en uno de los dirigentes del nuevo orden en una Galaxia limpia de la corrupción jedi, su maestro, Sidious, dejó que Anakin Skywalker, llevado por la ira, lo decapitara frente a él. Y no hace falta insistir en que no se lo esperaba, solo hay que ver los ojitos de cordero degollado que pone Christopher Lee instantes antes que Anakin juegue a la Revolución francesa con sables láser.

Hay algo en los Sith y en la manera de ser de sus principales lores, que atrae en masa al público. Vader y Maul son los ejemplos más destacables, y si bien ambos son sith, no se parecen en nada. Algo parecido sucede con Darth Tyranus. Aun siendo un lord oscuro, tiene ese porte noble que le hace peculiar, de la misma manera que conserva una capa del mismo color que su vieja indumentaria jedi. El conjunto de estos y otros hechos, como la conservación de su nombre de nacimiento, nos lleva a pensar que Dooku es algo más que el aprendiz de Darth Sidious. Ante todo es conde de Serenno, después es un político rebelde -ya que debemos recordar que si bien es partícipe de los planes de Palpatine, desconoce las intenciones finales de este-, y, al final, es un sith. Es por este estilo tan… ¿Cómo decirlo?... Tan británico de ser un sith, por el que Dooku se ha convertido, junto con Maul y Vader, en los villanos favoritos del universo. Sin olvidarnos de su peculiar sable de luz con mango curvo y su estilo de lucha a una sola mano, más parecido a la esgrima que al combate a dos manos de los samuráis.

En resumidas cuentas, el Conde Dooku es el Saruman de La Guerra de las Galaxias, y no solo porque ambos sean interpretados por el magnífico Christopher Lee, sino porque ambos son personajes en origen buenos, pero que con el paso del tiempo se ven tentados por la riqueza, el poder y la ambición que nacen en los lados oscuros de sus respectivos universos.

Star Wars. Manual de Supervivencia es un proyecto de LASDAOALPLAY? y El Cine de Hollywood.

Spielberg on Spielberg: E.T. el Extraterrestre (E.T. the Extra-Terrestrial, 1982)

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"Cuando empecé E.T. estaba henchido y contento por tener las películas que tenía en mi lista. Y no sentía que tuviera nada que perder. No tenía nada que demostrar a nadie excepto a mí."

Spielberg llevaba pensando en una idea para una nueva película desde hacía algunos años. El motor de la misma radicaba en su propia infancia cuando era "un niño que se sentía un poco perdido y distanciado por ser siempre el judío en barrios de gentiles".  Con el divorcio de sus padres, esa sensación se acrecentó y tuvo que lidiar con un sentimiento de soledad muy agudizado. Su pasión por el cine y el empeño que puso para convertirse en director, alejaron esas historias de su mente por un tiempo. Pero cuando rodaba Encuentros en la Tercera Fase, esa experiencia personal regresó con fuerza ya que sentía más tristeza por la marcha del alienígena que por la de Roy Neary (Richard Dreyfuss). Sobre esa apreciación germinó una historia.

Durante el rodaje de En Busca del Arca Perdida en Túnez, Spielberg solía quedarse un rato sobre la arena en el set de la ciudad de Tanis. Le gustaba contemplar como el viento provocaba ondulaciones en las dunas. Mientras observaba, recordó con fuerza sus vivencias personales y la historia que le gustaría desarrollar. Decidió no pensarlo más y lo comentó con Melissa Mathison que también estaba en el set de rodaje por ser la novia de Harrison Ford. Mathison había co-escrito el guión de El Corcel Negro (The Black Stallion, 1979), una película que al director le había encantado. Sin más dilación, le propuso que escribiera esta historia "sobre el encuentro de un niño perdido y un extraterrestre perdido."

Spielberg junto a Melissa Mathison y Harrison Ford

Mathison aceptó el reto y empezó a trabajar sobre temas como la familia, el padre ausente, la separación y la tristeza subsiguiente en la casa. El alienígena vendría a llenar el hueco, sin saberlo. Era el encuentro entre un extraterrestre, perdido y solo a cuatro mil millones de kilómetros de su hogar, y Elliott, un niño disgustado por el divorcio de sus padres, que ya no está interesado en las cosas de niño pero que aún no está preparado para la convulsión que supone la adolescencia. Son dos almas gemelas que se reúnen en el mejor momento para ayudarse mutuamente.

Elliott se iba a convertir en el primero de los "niños perdidos" de Spielberg. Este es, indudablemente, uno de los temas de mayor arraigo en su filmografía. Él tenía un bagaje personal amplísimo para dotar a esos personajes de contenido y transmitir a los actores las sensaciones y sentimientos que debían expresar ante dichas situaciones. E.T. fue la primera película personal del director y según palabras de él mismo: "ninguna otra ha podido ser tan íntima para mí como E.T. porque en ella volqué lo que representaba vivir con un sentimiento de soledad interno, provocado por el resquebrajamiento de mi familia."


Mathison y Spielberg trabajaron primero cómo debería ser el visitante. Tendría el poder de curación pero sería un agricultor y su aspecto sería terroso. La guionista trabajó mucho la dinámica entre hermanos y cada cinco días comentaba sus avances con Spielberg. Fue un proceso muy fluido que duró ocho semanas y en el que incluyeron una entrañable referencia a una de las películas favoritas de ambos: El Hombre Tranquilo (The Quiet Man, 1952).

La curiosidad que experimenta E.T. en el bosque de secuoyas, al inicio del film, es lo que acaba derivando en su abandono cuando sus congéneres regresan a la nave y despegan sin percatarse de la ausencia de su agricultor. A partir de aquí, entramos en el tema de la conexión con un niño, perdido en su propio ambiente, que acaba viendo en E.T. un motivo para romper su tristeza con una misión que cambiará la vida de ambos. La conexión no será fácil pero ésta acabará fluyendo con una naturalidad pasmosa.
"Cuanto más tiempo pasan las personas en una habitación cerrada, forzadas a romper la barrera de la lengua, más profundamente conectan esas almas. Las amistades profundas se forjan cuando nos esforzamos lo suficiente para hacerle saber al otro cuáles son nuestros sentimientos. Y eso era lo que unía a E.T. y a Elliott, dos almas perdidas que se necesitan la una a la otra durante un período de tiempo muy breve, para poder sobrevivir las dos de forma espiritual. E.T. es la película más espiritual que jamás he hecho y no fue algo accidental. Fue algo que siempre sentí profundamente."


En cuanto al trío protagonista, la primera en ser contratada fue una niña de seis años descendiente de una gran familia de actores: Drew Barrymore. Costó encontrar a Elliott pero finalmente Spielberg quedó impresionado con Henry Thomas, de nueve años, que cautivó a la hora de reflejar sentimientos durante su prueba de cámara. Robert McNaughton fue fichado para dar vida al hermano mayor, Michael. El director volcó sobre él algunos de sus propios recuerdos ya que las bromas que gasta a Elliott y Gertie, al principio del film, son las mismas que el cineasta solía hacerle a sus hermanas.

Los personajes adultos iban a ser completamente secundarios y la idea era no mostrarlos nunca por completo (al estilo de los cartoon de Tex Avery). Aunque habría dos excepciones: la madre, interpretada por Dee Wallace, y el investigador jefe del Gobierno, Keys, al que dio vida Peter Coyote. El misterioso Keys irrumpe en la película para devorar el mundo de los niños aunque después resulta ser más amigable de lo que parecía. Coyote se había presentado a las audiciones para Indiana Jones. Su prueba fue bastante mal puesto que el actor entró en la sala tropezándose y cayendo al suelo pero Spielberg no le olvidó y le ofreció el papel en E.T.

De forma genérica, los adultos son tratados como una amenaza permanente porque el film reivindica la inocencia infantil como un valor que nunca debería ser vulnerado.


En cuanto a la caracterización de E.T., Spielberg no quería que fuera como los alienígenas de las otras películas. El aspecto debía ser nuevo y sorprendente. Tras desechar las ideas del diseñador Ed Verreaux, el director volvió a reunirse con Carlo Rambaldi, con el que ya había trabajado en Close Encounters, y el italiano dio en el clavo con el diseño definitivo.

E.T, debía asustar al principio pero también ser capaz de conectar con la audiencia, pasado el impacto inicial. El diseño de Rambaldi cubría las dos prestaciones y sus ayudantes fueron capaces de desarrollar  un sistema de cables para mover al personaje en las tomas fijas.

Por otra parte, Spielberg contrató como director de fotografía al que había sido uno de sus compañeros de aventuras amateurs en los 60. Se trataba de Allen Daviau. Tras haberse ocupado de la fotografía en Amblin' (1968), había trabajado en telefilms y cortometrajes. E.T. iba ser el primer gran título de su carrera en el cine. Resulta interesante como, junto al director, diseñaron una iluminación llena de contrastes que destaca especialmente en las secuencias nocturnas. En las siguientes dos décadas, Daviau se reivindicó como uno de los técnicos más notables del panorama hollywoodiense acumulando cinco nominaciones para los premios Oscar.  

Pero lo que realmente dotó de alma a la película fue la empatización total de los jóvenes actores con el visitante del espacio. Spielberg consiguió sacar una grandísima interpretación de Henry Thomas y le transmitió los sentimientos que tenía que expresar con una gran claridad. La expresividad del joven hizo el resto para canalizar la respuesta emocional y transmitir el mensaje principal del film. El propio director se encargaba de darle la réplica poniéndose en el personaje de E.T. durante las escenas en que ambos personajes hablaban. Pero esa interactuación constante con el muñeco en el set de rodaje se convirtió en algo más para esos tres niños. De alguna manera, ellos humanizaron al personaje de E.T. tanto dentro como fuera de la pantalla, creando un vínculo que se vio reforzado gracias a un rodaje con continuidad temporal. Los niños no tenían que ponerse en situación a cada escena sino que ya habían hecho el viaje emocional de forma continuada, al mismo tiempo que lo hacen sus personajes de ficción. Por tanto, al final esa tristeza que les invade es en parte natural pues lamentaban despedirse definitivamente de ese muñeco al que habían llegado a querer.
"Para mí, E.T. fue la quintaesencia de mi infancia y, a la vez, el final de ella; me dio la valentía, gracias a su éxito, para empezar a tratar temas más adultos. E.T. me dio una especie de pase para fracasar."
E.T el Extraterrestre es una película profundamente emocional que apela a la nostalgia. Sus mayores ataques los recibió por este concepto pero no hay que perder de vista algo importante: como seres emocionales que somos tenemos derecho a dejarnos llevar por la sensibilidad cuando el material nos lo sugiere. No debemos dejar de lado esta implicación sensible si compartimos el objetivo que el director persigue. La frialdad y la distancia no deben ser un "canon" para la nueva narrativa audiovisual, aunque los "gurús" y los "gafapastas" así lo crean.

La emotividad de muchas de las secuencias se mantiene imperturbable gracias a los momentos icónicos y a la partitura musical de John Williams, capaz de enaltecer los sentimientos a la máxima potencia.
"Yo puedo hacer que las bicicletas se eleven. Pero John reescribe la película musicalmente. Él hace que sean verdaderamente aéreos, porque el público se eleva del suelo gracias a los violines de John Williams. Creo que los últimos quince minutos de E.T. son como una ópera, gracias a la aportación de John."

Esta fue la segunda película producida por Amblin Entertainment. La compañía había sido fundada un año antes por Spielberg, Frank Marshall y Kathleen Kennedy. Tras Continental Divide, dirigida por Michael Apted con guión de Lawrence Kasdan, llegó la película que aportaría la imagen corporativa de Amblin: Elliott y E.T. volando en la bicicleta con la Luna como telón de fondo. Kathleen Kennedy y Spielberg debutaron como productores con este film que Universal Pictures se encargó de distribuir. Su presupuesto fue de 10 millones de dólares recaudando un global de 792 si incluimos su reestreno en el veinte aniversario. La cinta se convirtió, desde su estreno, en una experiencia comunitaria en familia y así fue como obtuvo su colosal éxito.
"No hice E.T. con tremendas visiones de grandeza. Sólo quería hacerla. La llevaba en mi corazón. Quería ver esa película hecha realidad, todo lo demás era complementario."
"Es un cliché decir que esta película es para el niño que llevamos dentro. No, esta película es para las personas que somos, las que hemos sido y las que queremos volver a ser. Sí, creo que es para todos." 
La cinta obtuvo nueve nominaciones en los premios Oscar aunque nuevamente perdió los más importantes. Esta vez, la gran triunfadora fue Gandhi, dirigida por Richard Attenborough. John Williams sí lo obtuvo por su maravillosa banda sonora, al igual que Carlo Rambaldi y los técnicos de sonido y efectos visuales.

Sin embargo, el propio Attenborough, que años después se pondría a las órdenes de Spielberg en Jurassic Park, declaró lo siguiente:
"Estaba convencido no solo de la victoria de E.T. sino de que era la que más merecía ganar. Era una película inventiva, poderosa y maravillosa. Yo hago películas más mundanas..." 
Con ocasión del veinte aniversario de la película, el reparto volvió a reunirse con Steven Spielberg y Kathleen Kennedy.




Precedido por:

En Busca del Arca Perdida (Raiders of the Lost Ark, 1981)

Continúa en:

Indiana Jones y el Templo Maldito (Indiana Jones and the Temple of Doom, 1984)

Star Wars. Personajes: Palpatine / Darth Sidious. Por Fran Marí

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Podría intentar hablar sobre los orígenes de Palpatine, de cómo Darth Plagueis lo llevó al lado oscuro de la Fuerza, y de cómo un joven nacido en el idílico planeta de Naboo se convirtió en uno de los mayores h***s de p**a de la Galaxia. Sin embargo, no podría evitar irme por los cerros de Úbeda -que para aquellos que no lo sepan, están en un pequeño planeta del borde exterior (por si no lo habéis pillado, es un chiste malo de waries)-, así que prefiero centrarme en lo que realmente importa, ¿cómo un solo hombre, que no es más que piel y hueso, sobrevive a todos para convertirse en un dictador a nivel galáctico?

Algo que caracterice a Palpatine es la paciencia. En las películas puede parecer que su plan de dominación se lleva a cabo en unas seis horas, sin embargo, le llevó un poco más tiempo. Adiestrado desde su juventud por Darth Plagueis, Palpatine creció con la característica ambición de un sith aplicada en la política de la República Galáctica. Sin embargo, su maestro, no tenía las mismas ideas. Desde que se había convertido en maestro sith, Plagueis dudaba de la norma de los dos, ya que no compartía la opinión de entrenar a su futuro asesino, por lo que ocultó muchos conocimientos a Sidious, entrenándolo con la intención de que fuera el primero de una nueva orden Sith. Pero Palpatine ansiaba conocimiento, así que cuando descubrió la ancestral regla de los sith, en la que solo podían coexistir un maestro y un aprendiz, decidió seguir al pie de la letra. Pero no lo hizo de inmediato.

Para la mayoría del público, cuando vemos la escena del funeral de Qui-Gon, pensamos que la muerte de Darth Maul supone la muerte del aprendiz, pero no es así del todo. El plan de Plagueis era dominar la galaxia, por eso se valió del carisma de Palpatine, y mientras este ascendía dentro del organigrama de la República, su maestro actuaba desde las sombras, hasta que Sidious decidió unificar ambas funciones en su persona. Así, en el 32 ABY, justo después de ser elegido canciller, Palpatine visitó y asesinó a su maestro para ocupar su lugar como Señor de los Sith. La intención de Plagueis, que Palpatine cuenta a Anakin en el Episodio III, era la de vivir eternamente valiéndose de sus poderes, sin embargo no contaba que su aprendiz lo traicionaría, como marca la tradición sith.

A partir de este momento, la vida de Palpatine se simplifica sustancialmente. Además de tener el poder de la República puede mantener en secreto su identidad sith, permitiéndole jugar a dos bandos, algo que se pondría en su favor durante las Guerras Clon que, por si alguien no se había dado cuenta, eran un simple montaje de Sidious para debilitar a los jedis.

Sin la intención de dar una clase de historia a mis queridos lectores, aprovechando que estamos hablando del principal artífice del Imperio Sith, lo mejor es hablar de las similitudes entre Palpatine y Hitler. Tiene un ejército de hombres supuestamente iguales entre ellos y superiores al resto del mundo; nadie le contradice en cuestiones ideológicas; cree ciegamente que su reinado durará eternamente o mil años que, para los cánones humanos, es lo mismo; con una simple orden ejecuta a todo un sector de la población, cuyas creencias no son las mismas; y así podríamos seguir, hablando y hablando sobre que, al final, las únicas diferencias entre Palpatine y Hitler son un bigote, una túnica negra y el idioma que hablan.

Para terminar regresando al tema principal y al universo Star Wars, lo más importante que debemos saber al ver las películas de la saga es que, si bien Vader, Maul o Dooku puedan parecer malos, en realidad la maldad personificada es Sidious, ya que tras sus intenciones no hay un motivo aparente más que el de dominar toda la Galaxia. Así, sin más. Maul, por mucho que nos pese, es solo un arma de matar; Vader se pasó al lado oscuro para salvar a su amada; y Dooku tenía ciertos ideales que pocos compartían. Sin embargo, Sidious solo tenía ambición, tanta ambición, que, después de morir en la segunda Estrella de la Muerte, tuvieron que matarlo hasta tres veces más para que dejara de tocar los co***es.

En la historia que descubrimos a través de las películas, podemos ver que Palpatine se erige como un ser maligno con poderes casi divinos, que le permiten convertirse, a pesar de su apariencia débil y afable, en un peligroso rival. En este sentido podía alargarme explicándoos las apariciones y los argumentos en los que participa Palpatine, pero es mejor que os miréis las películas y lo descubráis vosotros mismos. Tan sólo os diré que, si no fuera porque sabemos que se trata de una ficción orquestada por George Lucas, creeríamos que el director de la película es el propio Palpatine, ya que, como el mismo dice: “Todo aquello que ha sucedido ha sido de acuerdo con mis designios”

Star Wars. Manual de Supervivencia es un proyecto de LASDAOALPLAY? y El Cine de Hollywood.

Teaser trailer de Spectre. Algo sucedió en el pasado de Bond...

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Bond: What is it?
Moneypenny: Personal effects they recovered from Skyfall. You've got a secret. Something you can't tell anyone because you don't trust anyone.

Oberhauser: Welcome James... it's been a long time and finally here we are...

Mr. White: You're a kite dancing in a hurricane, mister Bond.



COLUMBIA PICTURES and METRO-GOLDWYN-MAYER presents an EON and DANJAQ production 
"SPECTRE"

DANIEL CRAIG  CHRISTOPH WALTZ  MONICA BELLUCCI

LÉA SEYDOUX  ANDREW SCOTT  DAVID BAUTISTA
NAOMIE HARRIS  BEN WHISHAW  RORY KINNEAR
JESPER CHRISTENSEN
and RALPH FIENNES as M


Music by THOMAS NEWMAN
Cinematography by HOYTE VAN HOYTEMA
Film editing by LEE SMITH
Production design by DENNIS GASSNER
Costume design by JANY TEMIME


Produced by BARBARA BROCCOLI and MICHAEL G. WILSON

Written by JOHN LOGAN and NEAL PURVIS & ROBERT WADE

Directed by SAM MENDES

El western según Sergio Leone (II). Por Xavi López

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“El Hombre sin Nombre ha vuelto….”– Tagline de la película

La Muerte Tenía un Precio (Per qualche dollaro in più, 1965) es la secuela de Por Un Puñado de Dolares (Per un Pugno di Dollari, 1964). En ella, un cazarrecompensas apodado “Manco” (“Monco” en el original) va a la búsqueda de “El Indio”, un sanguinario bandido, y su banda. Durante la búsqueda se encuentra con el Coronel Douglas Mortimer, otro cazarrecompensas. Es entonces cuando deciden formar equipo para repartirse la recompensa. Pero antes de hablar de la película, repasemos los hechos.

Tras el enorme éxito de Por un Puñado de Dólares en Italia, Sergio Leone y su nuevo productor, Alberto Grimaldi, querían empezar la producción de una secuela del film asegurándose primero de que Clint Eastwood lo protagonizara. Pero Eastwood no acometería el rodaje de una segunda película sin haber visto la primera. Rápidamente, los productores le mandaron con urgencia una copia italiana del film para que pudiera verlo. Eastwood reunió a un grupo de amigos para un pase de debut en el Centro de Producciones de la CBS y, sin saber exactamente qué esperar, intentó mantener las expectativas bajas por si resultaba un fracaso. Afortunadamente, las expectativas del actor fueron infundadas puesto que aunque la audiencia no entendía el italiano, la película hablaba por si sola. Eastwood recuerda que el público disfrutó como si el film se hubiera rodado en inglés. Cogió el teléfono y llamó al representante de los productores: “Sí, volveré a trabajar para ese director” dijo. Por su parte, los productores habían mantenido conversaciones otra vez con Charles Bronson para ofrecerle un papel protagonista pero él se negó argumentando que el guión de esta secuela era igual de malo que el de la primera y no estaba interesado en él. Por el contrario, Lee Van Cleef aceptó el papel.


Clarence LeRoy Van Cleef, más conocido como Lee Van Cleef. Nacido en Somerville (New Jersey) en 1925 y fallecido en Oxnard (California) en 1989. El hombre del rostro anguloso no era precisamente ajeno al mundo del celuloide. Ya había interpretado distintos papeles de menor calado en cuatro episodios de la serie “The Rifleman” (ABC), con Chuck Connors, y había dado vida a dos personajes en "Tombstone Territory”. En 1958 apareció como el ayudante Sid Carver en el episodio “The Great Stagecoach Robbery” de la serie “Frontier Doctor”, con Rex Allen. A continuación, encadenó papeles en producciones de mayor calado como Duelo de Titanes (Gunfight at the O.K. Corral, 1957) o El Hombre que Mató a Liberty Valance (The Man Who Shot Liberty Valance, 1962) . Pero fue en 1965 cuando su carrera revivió, tras un accidente de tráfico que casi le cuesta la vida, con la propuesta de Sergio Leone para formar parte del reparto de la película que se disponía a rodar. Más tarde, Leone le propondría participar en una tercera película, de nuevo con Eastwood, y con otro actor norteamericano. Pero eso mejor lo dejamos para otro día.

Luciano Vincenzoni escribió el guión en nueve días pero Leone no quedó del todo satisfecho con los diálogos por lo que contrató a Sergio Donati para que le diera un repaso, logrando así el resultado final.

“El Hombre sin Nombre ha vuelto… El Hombre de Negro espera…”  
Tagline de la película.

Eastwood da vida a “Manco” (“Monco” en la versión original). El proverbial “Hombre sin Nombre”. Un avispado cazarrecompensas que va tras los pasos del “Indio” y su banda sobre los que pesa una buena una buena suma de dinero. Le apodan “Manco” por la sencilla razón de que sólo usa la mano izquierda. A su caza del “Indio” se une otro cazarrecompensas, el Coronel Douglas Mortimer, conocido como “El mejor tirador de las dos Carolinas". Es un antiguo coronel de la Unión convertido en cazador de asesinos. Impecablemente vestido de negro y portando un verdadero arsenal de armas consigo, se dispone a cazar al “Indio” con quién tiene una cuenta personal que saldar. 


Gian María Volonté repite con Leone interpretando al "Indio". Despiadado, manipulador, intrigante y carismático. Un personaje parecido al que interpreta en Por un Puñado de Dólares pero aún más extremo. Está considerado por las autoridades como uno de los peores criminales del Oeste. Un ser sanguinario e insensible al que no le importa matar a mujeres y a niños. Un hombre obsesivo y manipulador cuyo plan es el de robar el Banco de El Paso, un bastión fuertemente vigilado. Volonté da un paso más al combinar el registro de Ramón Rojo (despiadado, inteligente, planificador) con un “Indio” que aúna esas cualidades pero las mezcla con las de un psicópata histriónico, impulsivo y atormentado.

Respecto a los secundarios, esta vez tenemos a algunos viejos conocidos como Mario Brega, Luigi Pistilli, Aldo Sambrel, Antonio Molino Rojo, o Lorenzo Robledo (el traidor al que ajusta las cuentas al principio) como miembros de la banda del “Indio”, forajidos tan despiadados como él y ya habituales para el director romano. También repetiría Joseph Egger como “El Profeta”, el singular, simpático y desquiciado personaje que le proporciona informes a “Manco” en su búsqueda del “Indio”. Lamentablemente para él sería su última película puesto que moriría poco más tarde. También aparece un actor alemán, interpretando al personaje de “Wild, el jorobado”, que resulta ser Klaus Kinski.

Los exteriores fueron rodados, casi en su totalidad, en Almería mientras que los interiores, como era habitual, se filmaron en los famosos Cinecittà Studios de Roma. El propio Carlo Simi contruyó la ciudad de “El Paso” en el desierto de Tabernas, situado en las inmediaciones de Almería. Más tarde, esas mismas instalaciones, en lugar de ser desmanteladas, se convertirían en un centro de atracción turística llamado Mini Hollywood. En la actualidad hay tres de esos centros. Como referencia, el director Alex de la Iglesia rindió homenaje a los especialistas de cine y a la región donde se rodaron las películas en 800 Balas (2002).

El pueblo de “Aguas Calientes”, donde se sitúa el tramo final del film, se ubicó en Los Albaricoques, un lugar cercano al Parque Natural del Cabo de Gata - San José y al término de Níjar. Un escenario fascinante por su gran parecido al desierto.

De nuevo, Leone contó con la inestimable colaboración de Ennio Morricone. Aquí, el director hace un notable ejercicio al mezclar momentos de sonido diegético con momentos de sonido no diegético.


Para entendernos, el sonido diegético es aquel que forma parte de la historia narrada, no de la narración en sí. De tal modo que, si uno de los personajes está tocando un instrumento musical, el sonido resultante es diegético. Por lo contrario, si la música de fondo no es escuchada por los personajes, se le denomina extradiegética o no diegética. Morricone, para recurrir a ello, utiliza la melodía que tocan los dos relojes de bolsillo (uno de ellos perteneciente al Coronel Mortimer y el otro al “Indio”) para de alguna forma revivir recuerdos en determinados personajes, denotar emociones así como para marcar los momentos de tensión del film. El compositor crea una partitura con personalidad que no deja a nadie indiferente, mezclando la tensión con el uso del Primerísimo Primer Plano. Una evolución que va a más con cada película de Leone.

Notas de interés. Si bien es cierto que no se aprecian tanto en Por un Puñado de Dólares, en esta ya se van vislumbrando aspectos comunes a la Trilogía de Sergio Leone y por extensión a algunos “Spaghetti westerns” que vendrían más tarde.

Para empezar, Leone rompió muchas de las reglas del Hollywood de 1960 con esta película a pesar de que desconocía muchas de ellas en aquel momento. Entre ellas, las más significativas son: mostrar al tirador y a la víctima en el mismo plano, hacer que un caballo caiga abatido de un disparo, el uso de la marihuana por parte de uno de los personajes y la secuencia de una violación. Con ello no es que Leone buscara deliberadamente la provocación, a pesar del desconocimiento de esas “reglas”. Es de suponer, por parte del que escribe estas líneas, que en el fondo lo hace por el tono de suciedad y de bajeza moral que hay en sus películas. El salvaje Oeste era duro, no algo limpio, pulcro y beatífico.

A destacar, primero, el uso del Primerísimo Primer Plano. Se ha ido puliendo con respecto a Por un Puñado de Dólares. Se muestra el rostro, desde la frente hasta la barbilla, para mostrarnos la tensión del personaje.

Segundo aspecto. El género femenino y los indios (o nativos americanos) en los films. Puede que algunos tachen esto de racista y misógino, nada más lejos de la realidad…

El tercero. Una figura que se empieza a vislumbrar en Por un Puñado de Dólares pero que en La Muerte tenía un Precio ya se nos muestra: el “Triello”. Leone no concebía el duelo como enfrentamiento. El lo concebía como un círculo cerrado, tres hombres se enfrentan, pero ¿quién caerá? ¿quién vivirá?. Porque, si en un duelo dos se enfrentan, uno vive y el otro muere por lógica. En cambio, en el Triello”, ¿quién será el primero en morir?. En este film, parecemos vislumbrarlo pero luego se convierte en duelo. Sin embargo, en películas posteriores, se verá tanto en enfrentamientos directos como en otras situaciones de forma más sutil.


Para complementar el artículo, he querido añadir unas notas al respecto que leí en un libro titulado “Dispara, Clint! - La Trilogía del Dólar de Sergio Leone” de Christopher Frayling, Carlo Gaberscek, Juan Gabriel García, Miguel Losada, José Enrique Martínez y Victor Matellano que precisamente me regaló el creador de este blog para el que escribo (gracias de todo corazón, Néstor) y que supone un compendio de anécdotas y datos muy útiles al respecto, todos ellos tratados desde el cariño y el respeto.
El “western Europeo” apostó por la evasión y el ofrecimiento de una vía de escape y entretenimiento a sus espectadores. Es por ese motivo que los creadores de esas películas optaron por eliminar o dosificar la presencia femenina en sus historias. En Por un Puñado de Dólares, el personaje (o personajes femeninos) son melodramáticos, en La Muerte tenía un Precio es meramente anecdótica la presencia femenina, pero en El Bueno, El Feo, y El Malo es casi inexistente. A diferencia de Hasta que Llegó su Hora en que la acción gira en torno, precisamente, a una mujer quién se erige como protagonista y eje vertebrador de la narración. No conviene olvidar que el “western real” retrataba un universo hostil y machista en el que la mujer no ocupaba el rol que realmente se merecía. El propio Leone elimina estos elementos del esquema básico del “western tradicional” puesto que, al igual que hiciera John Huston, compone una desmitificación del pistolero galante, bueno y caballeroso. Aquí, no todos los buenos son buenos, se mueven por dinero, por interés propio, por venganza... Y los malos son menos malos, tienen más matices (Ramón Rojo, un hombre de negocios despiadado que liquida a la competencia; “El Indio”, un bandido que se droga para “escapar” del recuerdo de sus actos). No todo es blanco o negro. Es más bien gris, un gris tirando a polvoriento.

Anécdotas de La Muerte tenía un Precio. Julio Sempere, ayudante de producción de Leone, recuerda la profesionalidad de Eastwood en el set de rodaje. No se relacionaba con nadie, era “callado, educado, profesional”. Respecto a Van Cleef, comenta su amabilidad y cordialidad, puesto que era bastante asequible con todo el mundo, mostrándose siempre generoso con el equipo. En cuanto a Gian María Volonté, la anécdota resulta bastante cómica tanto por el período histórico en España como por la ideología del propio Volonté. La implicación política de Volonté era cuanto menos conocida por lo que Sempere, Eduardo Noé (uno de los cámaras) y el propio Leone decidieron gastarle una broma. En los rodajes de aquel tiempo en España, la Guardia Civil recogía las armas cada día y las custodiaba hasta la mañana siguiente. Incluso siendo armas de fogueo, que no sirven para disparar de verdad. A raíz de esto y conociendo la militancia de izquierdas de Volonté, un día cualquiera por la mañana, al traer la Guardia Civil las armas para devolverlas al set, Sempere habló con ellos trivialmente y luego, dirigiéndose a Volonté, le comentó que se tenía que ir con los agentes de la autoridad puesto que habían pedido una orden de detención contra él desde Roma. El actor se quedó blanco, lívido. Sempere, Noé y Leone se empezaron a reír a carcajadas hasta que se lo comentaron a Volonté. Cuando se dio cuenta de la broma les quería matar….

Esta segunda entrega no fue ni mucho menos un fracaso, dado que sirvió para confirmar el buen hacer de Sergio Leone, así como asegurar el éxito de la formula y relanzar la carrera de Lee Van Cleef. Aún quedaba una tercera película como colofón, pero eso queda para otro artículo...

Precedido por:

El western según Sergio Leone (I)

Boulevard de los sueños rotos: George Reeves

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Superman ha sido interpretado por nueve actores a partir de que apareciera en el Action Comics número 1 de 1938. George Reeves fue el segundo de ellos, precedido por Kirk Alyn y seguido por Christopher Reeve. 

Nacido en 1914, George Reeves (su verdadero nombre era George Keefer Brewer) fue un actor estadounidense de cine, teatro y televisión cuya trayectoria artística comenzó en Pasadena (con la compañía Pasadena Playhouse), en un teatro de larga trayectoria donde llevó a cabo papeles prominentes disponiendo de sus primeras oportunidades como protagonista. Su carrera cinematográfica comenzó prometedoramente en 1939, con su participación en la mítica Lo que el Viento se Llevó (Gone with the Wind), donde interpretaba a uno de los pretendientes de Scarlett O’Hara (Vivien Leigh). Era un papel menor puesto que él y Fred Crane aparecían en la película con el cabello teñido de rojo brillante como los gemelos Tarleton, en las escenas iniciales de la cinta. 

Fred Crane, Vivien Leigh y Reeves en Gone with the Wind.

Ese primer trabajo como actor le valió una serie de colaboraciones posteriores que le surgieron a raíz de su contrato con la Warner Brothers, aunque su mala relación con la productora hizo que le encasillaran en películas de serie B en las que compartió cartel, en dos ocasiones, con Ronald Reagan y en tres con James Cagney. Jim de la Selva (Jungle Jim, 1948)Las Aventuras de Sir Galahad (The Adventures of Sir Galahad, 1949) fueron algunos de sus proyectos después de que Reevesvolviera de la II Guerra Mundial, donde se enroló en 1943 en el servicio de aviación, 17 meses después del ataque a Pearl Harbor. Durante su estancia en las fuerzas armadas, Reeves protagonizó obras con fines propagandísticos para la milicia, presentándose también en Broadway con la obra Winged Victory

Fue en esa época cuando mantuvo conversaciones con el director Mark Sandrich para diferentes proyectos en ciernes: en 1943 encontramos el primero de ellos, ya que el director lo contrató para el papel del teniente John Summers en el drama bélico Sangre en Filipinas (So Proudly We Hail!) junto a Claudette Colbert, Veronica Lake y Paulette Goddard. El film, todo un éxito tanto en taquilla como en crítica, le otorgó reconocimiento, obteniendo una considerable difusión. Desgraciadamente, esta colaboración fructífera no pudo ir más allá ya que, estando Reeves en servicio, Sandrichmurió y el resto de proyectos nunca se llevaron a término, impactando negativamente a su carrera. Torrid Zone, The Fighting 69th y The Strawberry Blonde fueron algunas de las otras películas en las que participó también en aquella época. Anteriormente, había protagonizado, junto a Merle Oberon, el ambicioso proyecto Lydia (1941) aunque fue un fracaso de taquilla de tal magnitud que la Warner Brothersrescindió su contrato inmediatamente.

Después de estos sucesos, Reeves pasó a trabajar con la Twentieth Century Fox, donde participó también en diversas películas de bajo presupuesto. Son de esta época sus cinco westerns de “Hopalong Cassidy”, una serie de gran éxito de la década de los 40, en la que también coincidió con Ellanora Needles, con quien estuvo casado nueve años.


Pero fue su papel de Hombre de Acero el que le dio la verdadera fama en la exitosa serie de televisión “Adventures of Superman”, convirtiéndose en una de las primeras figuras importantes de los inicios del mundo televisivo en EEUU. Le ofrecieron encarnar al legendario superhéroe en una producción que había sido diseñada, en un principio, para que pudiera funcionar como película de serie B o episodio piloto para serie de televisión. El largometraje se titulaba “Superman y los hombres topo (Superman and the Mole Men)”.Inicialmente, Reeves no estaba muy convencido de aceptar el papel ya que pensaba, como muchos de los actores de aquella época, que el medio televisivo no era muy importante y no daba pie a mucha exposición de los intérpretes. Finalmente, aceptó el trabajo con un bajo salario (incluso siendo el protagonista) y se le pagaba solo durante las semanas de la producción. Los capítulos, de media hora de duración, se rodaban en horarios intempestivos, llegando a filmar dos capítulos cada seis días y grabando guiones de episodios distintos, al mismo tiempo, para aprovechar los sets.Cuando terminaron de rodar este piloto, empezaron con los episodios de la primera temporada aunque no se pudieron emitir ese año por falta de un patrocinador. Sin embargo, cuando encontraron el patrocinio de la marca Kellog’s, la serie empezó a ser emitida rápidamente en 1952, dándole a Reevesuna celebridad instantánea. En 1957 aumentó su fama ya que la cadena ABC eligió la serie para difusión nacional, dando como producto final que “Las aventuras de Superman” tuviera cuatro temporadas repartidas a lo largo de 104 episodios, entre 1953 y 1957. 

Junto a Phyllis Coates, quien interpretó a Lois Lane en la primera temporada.

Los actores que participaban en la serie tenían contratos restrictivos que les impedían trabajar en otras producciones además de estar atados por la “cláusula de 30 días”, que significaba que los productores podían exigir sus servicios en exclusiva para una nueva temporada con cuatro semanas de aviso. Todo ello impidió que Reeves obtuviera propuestas en otros largometrajes de extensa filmación, en el teatro o en otras series televisivas. A pesar de sus reticencias al aceptar el papel, pronto hizo apariciones personales con él, ya que le suponían un ingreso extra de dinero para completar su escaso salario en la serie televisiva. Estas actuaciones suplementarias, además, le granjeaban el afecto de los jóvenes aficionados al personaje y del público en general. Tan en serio se lo tomó que evitaba fumar delante de los niños y mantenía su vida privada en la más estricta intimidad.  

Esto último se debía a que, en 1951, había empezado a mantener una relación sentimental con Toni Mannix, casada a su vez con el oscuro gerente de MGM, Eddie Mannix. Solo una vez habló mal Reeves de Superman, al referirse a él como el "traje de mono al que estoy atrapado”. Fue en la primera reunión que tuvieron Reeves y Jack Larson (Jimmy Olsen en la serie “Las aventuras de Superman) a raíz de una conversación que tuvieron sobre la actuación del primero en “So Proudly We Hail!”. Tal y como cuenta Larson en el documental “Look, Up in the Sky: The Amazing Story of Superman”, Reeves se lamentaba de que la muerte de Mark Sandrich había impedido la realización de proyectos de más calibre y le había condenado a una carrera muy diferente a la que deseaba. 

Toni Mannix

A lo largo de los 104 capítulos de la serie, se cuenta que Reeves siempre fue muy caballeroso con todo el mundo y que le encantaba hacer bromas. Durante las dos primeras temporadas, Reeves pudo participar en las películas Forever Female y Gardenia Azul (The Blue Gardenia), de Fritz Lang (ambas de 1953).  Su fama a raíz del mítico superhéroe le valió una llamada para unirse al elenco de la obra maestra De Aquí a la Eternidad (From Here to Eternity, 1953) pero, para su desgracia, sus escenas fueron eliminadas del producto final. Esta sucesión de hechos le hicieron darse cuenta de que la serie le impedía centrarse en otros proyectos que no estuvieran ligados a ella y que obstaculizaban su carrera profesional, lo que le hizo tomar una drástica solución. Después de las dos primeras temporadas, expresó su descontento por  la carga absorbente de su papel protagonista y el bajo sueldo que percibía a cambio, decidiendo finalmente dejar la serie y retomar su carrera artística. Esa decisión precipitó que los productores buscaran a otro protagonista (se rumoreó que le ofrecieron el papel a Kirk Alyn, que ya lo había interpretado en dos ocasiones) dejando a Reeves fuera de la serie que le había dado la fama a la edad de 40 años. 

Reeves y Lucille Ball.
Después de ello, Reeves fundó su propia productora y creó una serie de aventuras para televisión titulada “Port of Entry”, rodada entre Hawaii y México. Él mismo escribió el guión del capítulo piloto pero no pudo ser llevada a cabo ya que los productores de “Las Aventuras de Superman”, al no encontrarle sustituto, le pidieron que volviera a la serie con un aumento de sueldo, algo a lo que Reevesaccedió.En un intento de querer demostrar una versatilidad que lo desvinculara del personaje con capa, cantó en el programa de Tony Bennett, hizo una actuación en la famosa serie “I Love Lucy” (capítulo 165, “Lucy Meets Superman”) y tuvo un papel en la película Caravana de Prisioneros (Westward Ho the Wagons, 1956), gracias a su buen amigo Bill Walsh, siendo el último largometraje en el que participara. 

En 1957, junto con otros músicos, salió de gira por EEUU llevando a cabo un exitoso show en el que los niños podían ver en directo a Superman. Todos estos trabajos, aunque agradecidos por él, no le reportaban suficientes ganancias y era frecuente oírle decir a sus allegados que tenía problemas financieros. Intentó llevar adelante numerosos proyectos pero, por razones económicas o de falta de patrocinadores o productores, jamás los pudo ver realizar. Si quería ganarse la vida mínimamente, tenía que volver a interpretar a Superman, como si su vida estuviera ligada inexorablemente a este personaje.El éxito de la serie le hizo posible ganar, en la última temporada, 2500 dólares por capítulo, una cifra considerable para la época, haciendo que aceptara firmar por una temporada más, la quinta. Pero, desgraciadamente, ésta no llegó a rodarse nunca.El informe del Departamento de Policía de Los Angeles, de junio de 1959, hace constar una herida de bala en su cabeza, en el hueso temporal, cuando contaba solo 45 años de edad. 

La casa de Reeves en el 1579 de Benedict Canyon drive.

El cuerpo fue hallado en su dormitorio, en el piso de arriba de la casa que poseía en Benedict Canyon. 56 años más tarde, siguen sin esclarecerse las razones de su muerte, especulando entre un suicidio o un asesinato. En el momento de su muerte, estaban presentes en la casa su novia por aquel entonces, Leonore Lemmon, William Bliss, el escritor Robert Condon y Carol van Ronkel, vecina de una mansión cercana casada con el guionista Rip van Ronkel. Según varios testigos, Reeves y Lemmon habían estado comiendo en un restaurante con Condon, quien estaba escribiendo una autobiografía. Después de la disputa que tuvieron el actor y el escritor, los tres volvieron a casa. Otra versión, dada por Lemmon, contradecía esta historia, asegurando que ella y Reeves no habían estado comiendo en un restaurante con amigos sino que habían ido a ver combates de lucha libre, aunque no hubo testigos de que esto hubiera sucedido. 

En cualquier caso, Reeves se fue a la cama la noche del 15 de junio de 1959 pero una fiesta improvisada que empezó con la llegada de Bliss y Carol van Ronkel enfureció al propietario quien bajó airado de su habitación quejándose del fuerte ruido que hacían los demás. Según todos ellos, pasado el momento de tensión, Reeves se quedó un rato en la fiesta tomándose un trago para volver a retirarse de mal humor a su habitación minutos después. Fue momentos más tarde cuando escucharon un único disparo que acabó con su vida.El cuerpo fue encontrado por Bliss, quien corrió al dormitorio al oír la detonación. Estaba tendido sobre la cama boca arriba con los pies en el suelo. Esta posición se cree debida a que, en el momento de dispararse, Reeves estaba sentado en el borde de la cama. Después, su cuerpo cayó hacia atrás y la pistola (una Luger de 9mm) a sus pies.   

Reeves y Leonore Lemmon, poco tiempo antes de la muerte del primero.

A partir de aquí, las contradicciones se empezaron a suceder. En primer lugar, estaban las versiones distintas de que Lemmon y Reeves no habían estado en ningún restaurante. A continuación, se supo que la policía había tardado una hora en presentarse en casa del actor después del disparo, hecho que había sucedido por la tardanza de los presentes en llamar. Ni Lemmon ni los demás se disculparon por tal tardanza después de haber escuchado el disparo ya que se dedujo que estaban bajo los efectos de un shock. El estado de embriaguez de todos ellos era más que patente y fue imposible obtener declaraciones coherentes de ninguno de ellos. En declaraciones posteriores a la policía, Lemmon admitió que, en el transcurso de la fiesta, hizo el comentario ligero de “Oh, probablemente ahora va a ir y se va a pegar un tiro”, en alusión al momento en que Reeves había vuelto a ir a su habitación enfurecido. 

En investigaciones no oficiales encargadas por la madre del actor al abogado Jerry Geisler y a la agencia de detectives Nick Harris, se descubrieron los siguientes tres hechos más que sospechosos: el arma con la que supuestamente se había suicidado no tenía ninguna huella digital (ni siquiera las de Reeves), el casquillo de la bala fue encontrado bajo el cuerpo del actor y se detectaron dos agujeros de bala en el piso donde el actor tenía su habitación, justificados por Lemmon como que ella ese mismo día los había disparado accidentalmente. Estas averiguaciones lograron frenar la cremación del cadáver pero jamás consiguieron demostrar nada que se opusiera a la resolución de la policía.Aun con estas evidencias, la investigación oficial del caso jamás cambió el veredicto y se llegó a la conclusión de que la muerte había sido por suicidio. 

En distintos medios de la época, Lemmon fue declarando que Reeves se había suicidado por su “fallida carrera” y por la imposibilidad de encontrar otros trabajos. El testamento de Reeves fue a parar íntegro a Toni Mannix ante una sorprendida Lemmon, que declaró: “Toni obtiene una casa para caridad y yo un corazón roto”. Por otra parte, la madre de Reeves afirmó en distintos medios que no era cierto que su hijo se fuera a casar con Leonore Lemmon, tal como esta afirmaba.Fueron muchas las personas que dudaron de la idea del suicidio y expertos en el tema, ya en años posteriores, han puesto en duda la versión oficial ya que no se encontraron residuos de pólvora de la pistola en la piel del actor. La policía argumentó en su momento que la pistola estaba recubierta por mucho aceite, lo que hacía imposible fijar ninguna huella dactilar. Por otra parte, el análisis de residuos de disparo en la piel era una prueba aun novedosa para el Departamento de Policía de Los Ángeles en 1959, por lo que no se pueden obtener pruebas irrefutables por esta vía. 


Otra tesis que se barajó en su momento, de manera extraoficial en su biografía “Hollywood Kryptonite”, fue la de que fue asesinado por orden de Toni Mannix como venganza por su ruptura o por el marido de ésta, al enterarse de la relación de su esposa con Reeves. Este hecho se dramatizó en la película de Allen Coulter titulada Hollywoodland (2006), protagonizada por Ben Affleck (Reeves), Diane Lane (Toni Mannix), Robin Tunney (Leonore Lemmon), Bob Hoskins (Eddie Mannix) y Adrien Brody (como el personaje ficticio Louis Simo, basado en el detective Milo Speriglio). En la cinta se abordan tres posibles conclusiones: homicidio involuntario por parte de Lemmon, asesinato por orden de Toni o Eddie Mannix y suicidio. Toni Mannixmurió en 1983 a causa del Alzheimer. 

En 1999 se volvió a hablar de la muerte de Reeves en distintos programas sobre casos no resueltos en EEUU(“Unsolved Mysteries”, “Mysteries and Scandals”) en los que el publicista Edward Lozzi decía tener pruebas de que Toni Mannix, en una confesión a un sacerdote católico, había afirmado ser la causante de la muerte del actor. Sin embargo, Jack Larson dijo que en el momento en que Toni le había hecho estas declaraciones a Lozzi ella ya se encontraba en una fase avanzada de su enfermedad, con lo que su declaración no podía ser tomada en cuenta.Fuera suicidio o muerte bajo circunstancias sospechosas, el fallecimiento de George Reeves conmocionó al público de tal manera que se llegó a generar la leyenda urbana de que el actor había muerto al intentar volar creyendo que había adquirido realmente los poderes del superhéroe. 

Star Wars. Personajes: Obi-Wan Kenobi. Por Fran Marí

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En la historia principal del universo Star Wars, la que conocemos en las seis películas de la doble trilogía, existen tres personajes que se establecen como los pilares principales de las tres maneras de concebir la Galaxia y la Fuerza, tanto por la relevancia argumental como por el hecho de ser de los pocos que aparecen en todas las películas. En el lado más oscuro está Palpatine, que, a lo largo de las películas demuestra su ambición, su odio y su ira como el símbolo de la orden Sith. En el punto medio entre la oscuridad y la luz, encontramos a Anakin Skywalker, que bailotea entre ambos bandos llevado por una pasión descomunal que crece en su interior. Y, finalmente, en la parte más luminosa de la Fuerza, está el que para muchos -entre los que me incluyo- es el mejor personaje de toda la saga… Obi-Wan Kenobi.

Obi-Wan, Ben para los amigos, es la definición de manual del perfecto jedi, si alguien quiere saber cómo ser un jedi, sólo tiene que ser como Kenobi. Desde sus años como padawan, Obi-Wan era firme, desinteresado, modesto y humilde. En muchos sentidos, representa la fuerza y el estilo de la antigua Orden Jedi. Y no sólo en su forma de actuar, sino también en su historia. Acogido por el templo cuando aún era un bebé, siempre siguió las reglas de la Orden, cumpliendo a raja tabla sus normativas. Así, por ejemplo, si bien tuvo algún escarceo amoroso, fueros pocos y no influyeron en su vida de jedi, ya que nunca los interpuso ante sus obligaciones. De aprendiz a caballero, y de caballero a maestro, llegando a ocupar un lugar en el Consejo durante los complicados días de las Guerras Clon. Esta ortodoxia como jedi puede sorprender, y más si tenemos en cuenta quien fue su maestro, del poco habitual Qui-Gon Jinn, y quien el maestro de este, el radical Dooku. Pero su maestro quien dijo:

“Has sido un buen aprendiz, Obi-Wan, y además eres mucho más sabio que yo. Sé que serás un gran Caballero Jedi”.

Dejando claro que Obi-Wan, aún siendo su fiel aprendiz, llegaría mucho más lejos que él, y que razón tenía. Ya que después de convertirse en caballero y tomar a Anakin de aprendiz, Kenobi actuó como negociador en muchos conflictos interplanetarios, participó en las Guerras Clon como general del ejército de la República, y, finalmente, fue uno de los pocos jedis en sobrevivir a la Purga, convirtiéndose, de este modo, en la semilla de la Nueva Orden Jedi.

“Obi-Wan es un gran mentor. Tan sabio como el maestro Yoda, y tan poderoso como el maestro Windu”.

Estas palabras, mencionadas por Anakin en el Episodio II, son rápida y clara descripción de quien era Obi-Wan. A pesar de su aspecto humilde, siempre oculto entre sus ropajes marrón claro, Kenobi era muy diestro con la espada y con la Fuerza, y a la vez su mente pausada y clara le permitía ver, con cierta perspectiva, todos los conflictos en los que se veía en vuelta. También tenemos que admitir que, si por un lado era un jedi modelo, en su juventud pecó, en diversas ocasiones, de impetuoso. Sin embargo, años más después de la Purga, se convirtió en un ser humano muy sabio, cuya relación con la Fuerza era muy estrecha, permitiéndole, tras su muerte, fundirse en comunión en ella, así como había hecho su maestro, Qui-Gon, siendo de los primeros jedis en mucho tiempo en lograrlo.

Como he dicho al principio, Kenobi, junto con Anakin y Palpatine, son el trío de personajes que marcan los tres puntos de concebir el universo Star Wars, sin embargo, solo Obi-Wan lo hace evolucionado a lo largo de toda la franquicia. Palpatine pasa de ocultarse a ser públicamente un sith, sin embargo, siempre es igual. Anakin, con su bipolarismo con la Fuerza, si bien evoluciona, lo hace de golpe, pero Obi-Wan es diferente. Lo descubrimos cuando es un padawan, lo vemos convertirse en un brillante maestro jedi y, finalmente, en uno de los seres más poderosos de la Galaxia. Literalmente lo vemos crecer ante nuestros ojos.























Dejando a un lado la vida del personaje, Obi-Wan es uno de aquellos personajes del universo de Star Wars que cautiva en cada escena. Y no solo digo esto por quién lo interpretaron (ojalá todos los personajes pudieran ser interpretados por actores de la talla de Alec Guinness y Ewan McGregor), sino también por el estilo del personaje. Cuando es joven, aún siendo sabio, tiene ese aire irónico (tan parecido a Han Solo), haciendo que en seguida queramos tomarnos unas copitas con él; mientras que de mayor, es ese profesor que todos hubiéramos querido tener, sabio pero divertido.

Hablando sinceramente, en mi modesta opinión, creo que Obi-Wan hubiera tenido que ser el protagonista de la saga. Sí, vale, muchos diréis que si Anakin o Luke jugaran un papel secundario, la peli no tendría argumento, pero si nos fijamos, todos los argumentos acaban confluyendo en él. Anakin es descubierto por Qui-Gon, Obi-Wan es su aprendiz; Qui-Gon muere, Obi-Wan se hace cargo del chico; un ejército clon se está construyendo, Obi-Wan lo investiga; una batalla inicia la guerra, Obi-Wan es el primero en llegar; un imperio tiene que caer, Obi-Wan se encarga de salvar la rebelión; incluso muerto sigue siendo el prota, ¿en quién confía Luke para destruir la Estrella de la muerte? ¡Exacto, en Obi-Wan!

Hay personajes más importante y menos, pero Obi-Wan es ese personaje imprescindible, sin el cual ningún elemento de la trama encajaría, por lo que si alguien me preguntara cual debería ser el subtítulo de la saga, yo diría: Star Wars: La vida de Obi-Wan. ¡Ahí queda eso!

Star Wars. Manual de Supervivencia es un proyecto de LASDAOALPLAY? y El cine de Hollywood.

Spielberg on Spielberg: Indiana Jones y el Templo Maldito (Indiana Jones and the Temple of Doom, 1984)

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"Sabía que si no dirigía Temple, lo haría otro. Me puse un poco celoso, estaba un poco frustrado."

Spielberg tuvo una complicada experiencia produciendo, montando y casi dirigiendo Poltergeist (1982). Justo después, se embarcó en un proyecto coral que se proponía llevar a la gran pantalla algunos de los mejores episodios de la emblemática serie La Dimensión Desconocida (The Twilight Zone, 1959-1964). 

Los tres episodios remake más otro original fueron dirigidos por John Landis, Joe Dante, George Miller y Spielberg. Pero este film antología no será recordado por su brillantez (más bien fue una apuesta fallida en todos los aspectos) sino por la trágica muerte de Vic Morrow y dos niños actores mientras rodaban una escena dentro de un helicóptero. El accidente sucedió en el episodio dirigido por John Landis. Hubo problemas puesto que, según las leyes de California, no se podía trabajar con niños durante la noche o cerca de explosivos sin que estuviesen acompañados por tutores legales expertos en riesgos laborales. El juicio contra Landis y su equipo por contratación ilegal duró años y tiñó al film de una pátina de tragedia que nunca ha podido superar.

Alterado por estos sucesos, Spielberg vio con muy buenos ojos la posibilidad de rodar ya la secuela de En Busca del Arca Perdida. Dos semanas después del estreno de Raiders, George Lucas ya pensaba en posibles historias para Indy. En las conversaciones entre ambos, el de Modesto siempre le decía que tenía en mente una trilogía para la cual disponía de argumentos ya escritos. Pero esa una broma de Lucas porque no tenía nada para las siguientes entregas.

Sin embargo, había ideas que no pudieron entrar en Raiders porque ya tenía suficiente carga de momentos impactantes. Se quedó fuera una set piece en una mina, con vagonetas moviéndose a toda velocidad, y otra secuencia en unos rápidos de río. Esas propuestas estarían en el nuevo film.

Tras la respuesta negativa de Lawrence Kasdan, George Lucas contrató a Willard Huyck y Gloria Katz, un matrimonio de guionistas amigos suyos con los cuales había compartido experiencias en la USC (University of Southern California) siendo posteriormente co-autores del libreto de American Graffiti (1973). Huyck & Katz eran grandes amantes de la India y conocían bien su cultura y tradiciones así que decidieron ubicar la acción de la nueva película en el subcontinente indostánico. Lucas, por su parte, les trasladó una idea clara: quería que la cinta fuera mucho más oscura que su predecesora (tal como había ocurrido con Empire Strikes Back respecto a Star Wars). Indy debía pasar por situaciones particularmente siniestras y así fue como los guionistas introdujeron el funesto culto a la diosa Kali y elementos diversos de magia negra, esclavitud infantil y sacrificios humanos. La localización de la acción en Asia cumplía también con la intención del productor de evitar a los nazis. Además, se decidió convertir la secuela en precuela para separarse del auge del III Reich.

Lucas se estaba divorciando de su primera esposa, Marcia, y esa sensación de negatividad afectó a la motivación con la que afrontó el proyecto. Él siempre lo ha reconocido aunque también es cierto que este hecho le fue muy bien para proponer un argumento más radical.

Ante el mayor reto físico que iba a suponer la nueva película, Harrison Ford empezó a entrenar duro para adquirir un estado de forma incluso superior al que lucía en Raiders. En cuanto a la actriz principal se hicieron pruebas a quince intérpretes pero la que parecía disponer de la mejor energía para el papel resultó ser Kate Capshaw, que en aquel momento trataba de labrarse una carrera artística en Nueva York. Spielberg llevó la cinta de la audición a Ford y éste, en cuanto la vio, dijo: "es ella".


Los perros tienen una gran importancia en la adjudicación de los nombres de la saga. El Alaskan Malamute de George Lucas se llamaba Indiana así que Spielberg decidió ponerle Willie al personaje de Kate Capshaw en honor de su Cocker. Huyck & Katz tomaron el nombre de su cánido, Short Round, para denominar al jovencísimo ayudante oriental de Indy. Pero Wilhelmina "Willie" Scott era una cantante americana afincada en el Club Obi Wan de Shanghai. Por consiguiente, qué mejor que empezar la película con un gran número musical al estilo de Busby Berkeley.  Al fin y al cabo, Spielberg siempre decía en sus entrevistas que le gustaría dirigir un musical. Esta era una gran oportunidad de ofrecer algo inesperado a los espectadores recuperando una pizca del glamour y la pompa presente en títulos como 42nd Street (1933). Así fue como se creó un número musical introductorio en el que Kate Capshaw tuvo un papel más reducido del previsto ya que su vestido no le permitía bailar ni hacer grandes movimientos. El coreógrafo Danny Daniels preparó una espléndida performance que podéis ver íntegramente en el siguiente artículo: Willie Scott en el Club Obi Wan de Shanghai.

El joven Ke Huy Quan, de 12 años y vietnamita de nacimiento, fue seleccionado para dar vida a Short Round. Un año después, volvería a estar vinculado a una producción de Spielberg puesto que formó parte del reparto de Los Goonies (The Goonies, 1985), dirigida por Richard Donner.


Los actores indios Roshan Seth y Amrish Puri (magnífico en su papel del villano Mola Ram) completaron el reparto principal en un proyecto que volvería a rodar sus interiores en los estudios británicos de Elstree. Norman Reynolds no pudo volver como diseñador de producción debido a problemas de agenda aunque no hubo problema ya que se pudo contar con el que había sido su maestro, Elliott Scott. La construcción de decorados volvía a ser esencial y Scott demostró su categoría como escenógrafo creando magníficos entornos cuyo buque insignia fue el templo Thuggee en el que Mola Ram dirige sus sanguinarios rituales. La iluminación creada por el director de fotografía, Douglas Slocombe, acabó de dotar al set del efecto dramático necesario.

En cuanto a los exteriores hubo más dificultades. El productor Robert Watts pasó tiempo en la India negociando con representantes del Gobierno. El guión no gustaba a las autoridades, lo consideraban violento y racista. Se negaron a dar los permisos a menos que hubiera cambios drásticos en el libreto. Tras varias rondas de conversaciones infructuosas, Watts se puso en contacto con Lucas y Spielberg y les dijo que no podrían rodar allí pero que había una alternativa que David Lean, en su momento, ya había utilizado cuando rodó El Puente sobre el Río Kwai (The Bridge on the River Kwai, 1957). Había que dirigir la mirada hacia una isla, al sur de la península índica, llamada Sri Lanka. Por tanto, sin limitaciones de ningún tipo, el equipo se trasladó a las cercanías de Kandy donde, durante dieciséis días del mes de abril de 1983, se rodaron los exteriores.


El punto culminante de esa fase del rodaje fue la secuencia en el puente colgante. El guión incorporaba varias posibilidades porque construir un puente de estas características no era tarea fácil. Por suerte, había ingenieros británicos trabajando en la construcción de una presa a pocos kilómetros de la localización prevista. Robert Watts consiguió que participaran diseñando el puente y, tras varios meses de trabajo, la pasarela estaba preparada para rodar. Spielberg situó ocho cámaras, desde diferentes ángulos, para captar la destrucción del mismo. Todo debía salir bien a la primera puesto que ya no tendrían más oportunidades. Los técnicos situaron a unos maniquís que incorporaban un dispositivo de movimiento. Se colocaron cargas explosivas y la detonación partió el puente tal como se necesitaba mientras los maniquíes Thuggee caían al abismo del río moviendo brazos y piernas. Durante el mes de enero de 1984, Frank Marshall se desplazó a Florida para grabar a los cocodrilos que después se intercalaron, en la sala de montaje, para ilustrar lo que ocurría con los cuerpos en el lecho del río.   

De regreso a los estudios Elstree, empezó la filmación de interiores. Harrison Ford no se encontraba bien, sufría fuertes dolores de espalda desde que había montado a lomos de elefante en Sri Lanka. Unas semanas después, mientras rodaba la secuencia en la que es sorprendido por un Thuggee en su habitación del Palacio de Pankot, Ford vio agudizada su dolencia. Se quedó prácticamente bloqueado pero, con el descanso nocturno, pareció sentirse algo mejor y quería seguir trabajando. Sin embargo, se le veía muy mermado. Spielberg decidió llamar a Lucas, que se encontraba en California, y le pidió que viniera a Inglaterra para tomar decisiones. Cuando el productor llegó a Elstree y vio como estaba Ford ordenó la paralización provisional del rodaje y el traslado del actor a Los Angeles para que fuera intervenido.

Harrison Ford fue trasladado al Centinela Hospital de Inglewood (California) el 21 de junio de 1983. El equipo se trasladó entonces a Macau para rodar la secuencia de persecución en las calles de Shanghai. De regreso a Inglaterra, fue el especialista y futuro director de segunda unidad, Vic Armstrong,  el que relevó a Ford en el rodaje de escenas en la mina. Durante cinco semanas, realizó tomas como doble de acción siendo la más destacada la que transcurre en la cinta trituradora. El 8 de agosto, Harrison Ford regresó completamente recuperado y rodaron con él los primeros planos que complementarían el trabajo realizado por su sustituto. A pesar de todas las dificultades, Spielberg terminó el rodaje principal el 26 de agosto sin necesitar días suplementarios ni presupuesto extra.


Ya en la fase de montaje, Michael Kahn realizó un primer corte que Spielberg y Lucas consideraron demasiado rápido. No contenía transiciones porque faltaba algo de material. Resultó necesario rodar algunos planos de situación en localizaciones de Idaho y del Yosemite National Park para rebajar un poco el ritmo del metraje. Sin embargo, el montaje definitivo no pasó el control de la Motion Picture Association of America (MPAA). La película era demasiado oscura y tenebrosa para los niños pero tampoco llegaba a ser tan fuerte como para merecer una calificación de adultos. Spielberg se reunió con el Presidente de la MPAA, Jack Valenti, para tratar de buscar una solución y de ese encuentro salió un acuerdo beneficioso para ambos y una nueva clasificación que solucionaba el problema: la PG-13.

La película se estrenó el 23 de mayo de 1984 y volvió a ser un rotundo éxito de taquilla recaudando 333 millones de dólares sobre un presupuesto de 28. En los Oscar se volvió a alzar con la estatuilla a los mejores efectos visuales. Pero Spielberg no quedó satisfecho tras visionarla.

"Era demasiado oscura y subterránea, le faltaban escenarios exteriores y más diversión. Es el film que menos me gusta de Indiana Jones. Lo más bonito que salió de esta película fue la que sería mi futura esposa. Y la clasificación PG-13, que se inventó por mí."

Spielberg se casó en 1985 con la actriz Amy Irving tras varios años de noviazgo intermitente. Pero el matrimonio siempre estuvo marcado por los altibajos y después de su divorcio cuatro años después, empezó a verse con Kate Capshaw. Había establecido un feeling especial con ella durante el rodaje de Temple of Doom. Se casaron dos años después y tienen cuatro hijos en común.

Pero más allá de estas cuestiones personales, había varios elementos que no convencían de la película y que la crítica se encargó de resaltar. El personaje de Capshaw, Willie Scott, era demasiado histriónico y gritón. Buscando la contraposición con la Marion Ravenwood de Raiders, los guionistas crearon un personaje cuya fragilidad resulta algo cansina. Incluso durante el rodaje, el equipo no paraba de bromear sobre los constantes gritos que debía pronunciar la sufrida Capshaw.


El tono general de la película también adolece de una comicidad mal resuelta o exagerada en algunas ocasiones. Hay buenos momentos pero el conjunto general está demasiado cerca del estilo paródico de los seriales de la Republic. Raiders of the Lost Ark recuperaba el espíritu de aventura de aquellos proyectos añejos pero dejaba a un lado su estilo cómico para generar uno propio. En Temple of Doom esa dinámica no se mantuvo.

Sin embargo, su fenomenal inicio y el ritmo constante, unido al carisma de Ford y a la imponente presencia de Amrish Puri como Mola Ram, la convierten en un divertimento ameno aunque está lejos de la película precedente y también de La Última Cruzada.

La banda sonora de John Williams incorpora un tema que considero absolutamente excepcional: Parade of the Slave Children. La partitura tiene una fuerza grandiosa y acompaña magníficamente las escenas de la mina y la liberación de los niños esclavizados por los Thuggee.

En una charla posterior entre Spielberg y Lucas, el primero se comprometió a dirigir la tercera entrega con el deseo expreso de pedir perdón por Temple of Doom. Ambos acordaron recuperar el espíritu de Raiders para la nueva secuela. Spielberg pasó a trabajar en sus nuevos proyectos de cine y televisión mientras Lucas empezó a sondear a varios guionistas para que desarrollaran propuestas argumentales.


 

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El Color Púrpura (The Color Purple, 1985)

Star Wars. Personajes: Han Solo

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“He recorrido esta galaxia de un extremo a otro, he visto cosas muy raras, pero nunca vi nada que me impulsara a creer que haya una única fuerza poderosa que lo controla todo. Ningún campo de energía mística controla mi destino. Todo eso no son más que leyendas y tonterías.”

¿Qué haríamos sin Han Solo? Su constante contrapeso, socarrón e irónico, respecto a los grandes hechos que confluyen en la Guerra Civil Galáctica es algo absolutamente imprescindible para romper la dinámica de la space-opera y conectar, a un nivel más amplio, con el espectador. Todo ello no está reñido con la importancia determinante del capitán Solo en las vicisitudes que sacuden la trama de Star Wars. Además, el carisma excepcional del que hizo gala, gracias a la fantástica interpretación de Harrison Ford, nos ofreció algunos de los mejores momentos de la saga en su interacción con Luke Skywalker, Leia, Lando Calrissian y, por supuesto, Chewbacca. Un personaje de este tipo se echó en falta en las precuelas donde todo parecía fluir en un entorno etéreo, con poco lustre y arraigo.

Como en ocasiones ocurre con los papeles importantes de un film, la casualidad tuvo mucho que ver en la elección de Harrison Ford para el rol de Han Solo. George Lucas le conocía tras haber trabajado con él en American Graffiti (1973) y le llamó para que hiciera las réplicas a los otros actores que querían el papel. Una cosa llevó a la otra y, durante esas pruebas de cámara, Lucas se dio cuenta de que Ford resultaba más idóneo que los otros contendientes. Algunos de los que probaron fueron Kurt Russell, Nick Nolte, Christopher Walken, Perry King, Burt Reynolds, e incluso, Sylvester Stallone.

Han Solo nació en el sistema Corellia, núcleo comercial e industrial de la galaxia. Quedó huérfano a muy temprana edad y creció como una especie de Oliver Twist del espacio exterior. Formó parte de un grupo de niños que sobrevivían a base de pequeños hurtos en las calles de Corellia. Aprendió a ser pícaro y a sobrevivir en condiciones precarias. Más adelante, acabó enrolándose en la nave de un ladrón reconocido, Garris Shrike. En la Trader’s Luck, trabajaban muchos jóvenes cuya misión era cometer pequeñas estafas y robos en los diferentes planetas que visitaban. Allí, trabó amistad con la wookie llamada Dewlanna, que se encargaba de la cocina en el Trader’s Luck. Dewlanna se acabó convirtiendo en lo más cercano a una figura materna. 

Pasó el tiempo y, cuando contaba 19 años, decidió buscar su propio camino lejos de Shrike y su tropa. Pero el filibustero no estaba dispuesto a dejarle ir con facilidad e irrumpió en los planes de Han cuando éste se despedía de Dewlanna. Shrike y sus hombres le amenazaron con matarle pero Dewlanna se interpuso, sacrificando su propia vida, para que Solo pudiera escapar. Este suceso marcó terriblemente a Han. Se juró a sí mismo que algún día ayudaría a un wookie como forma de reparar la deuda que había contraído.

En los años posteriores sirvió en varias tripulaciones pero su devoción por pilotar una nave propia solo podía lograrse mediante un paso por la Academia Imperial de Carida. Allí coincidió con varios alumnos que se convertirían en funestos pilotos de cazas TIE. El adoctrinamiento no hizo mella en él, tan solo era un paso necesario para conseguir su propósito de perfeccionarse como piloto. Terminado su periodo de formación, se graduó con el rango de teniente.

Fue destinado al regimiento del comandante Pter Nyklas pero, al cabo de poco tiempo, tuvo que enfrentarse a su superior cuando éste le ordenó matar a un wookie malherido cuyo nombre era Chewbacca. Solo se negó a ejecutar la orden enfureciendo a Nyklas que le postergó a tareas de trabajo pesado hasta que finalmente consiguió su expulsión del ejército mediante una Corte Marcial. Solo decidió entonces pasar al “honorable” gremio de los contrabandistas y se alió con Chewbacca en dicha empresa.

Jugador empedernido, combinó su pasión y las actividades ilícitas por todos los rincones de la galaxia. Trabajó para clanes Hutt de Tatooine y, en particular, para el más peligroso de todos ellos: Jabba. Mientras su fama como contrabandista y piloto crecía también lo hacían sus hazañas burlando a las tropas imperiales que se interponían en sus misiones de pillaje. Fue en esa época cuando conoció a otro piloto y jugador de gran destreza, Lando Calrissian. Lando le salvó de la muerte a manos de Boba Fett y trabaron una amistad que únicamente se rompía cuando ambos estaban en la mesa de juego.

Lando era el propietario de una de las naves más rápidas de la galaxia, el Halcón Milenario. En una ocasión, cuando Solo y Chewbacca andaban cortos de dinero, decidieron reunir lo que les quedaba y participar en el torneo de sabacc en Ciudad Nube. Han se las arregló para llegar a la final y en la partida definitiva derrotó a Lando arrebatándole la propiedad del Halcón Milenario. 

Pocos meses antes de la batalla de Yavin, Solo no pudo evitar a una patrulla Imperial y, ante la posibilidad de ser detenidos, lanzó la carga de billestrim al espacio antes de ser abordado. El propietario de dicha carga era Jabba…

Eso no impidió que consiguiera ganar la carrera Kessel con un tiempo inferior a doce pársecs, lo que demostró las grandes condiciones del Halcón Milenario. Jabba, mientras tanto, decidió enviar al cazarrecompensas Greedo para hacerle ver a Solo la “gravedad” de la situación aunque todos sabemos lo que pasó con el rodiano en la cantina de Tatooine.

A pesar de todo, Han era consciente que la deuda con Jabba debía saldarse rápidamente sino quería ver peligrar su vida. Y la oportunidad pareció presentarse cuando un anciano llamado Obi-Wan Kenobi reclutó sus servicios para ser transportado, junto a un joven local y dos androides, hacia Alderaan. 

Lo que sucedió a continuación cambió las vidas de todos ellos al situarse en el epicentro de la Guerra Civil Galáctica, algo que atentaba contra la forma de vida que Solo había planeado pero que, con el paso del tiempo, logró implicarle en una lucha que iba más allá del beneficio monetario inmediato. 

La huída de la estrella de la Muerte, la batalla de Yavin, la incorporación a la flota de la Alianza Rebelde, y su enamoramiento con Leia cambiaron la vida de Han Solo por completo. Nunca dejó de ser un astuto pícaro pero decidió prestar servicio a una causa justa. Las dificultades fueron máximas: la trampa de Vader y su captura en Ciudad Nube, la congelación en carbonita y la condena a muerte ante el sarlacc de Tatooine justo después de ser descongelado por Leia. La fuerte amistad con Luke y la recuperación de un colega arrepentido, Lando Calrissian, precedió a un evento final de máxima importancia: la ofensiva en la luna de Endor y la derrota definitiva del Imperio siendo ya General de la Alianza. En el universo expandido son muchas las historias que se atribuyen a Han, Leia y Luke durante la Nueva República pero, en el cine, lo que definirá el futuro será Star Wars: the Force Awakens. Cerramos, pues, la crónica del contrabandista que acabó siendo un héroe en la lucha por la justicia y la libertad.

Star Wars. Manual de Supervivencia es un proyecto de LASDAOALPLAY? y El cine de Hollywood.

Entrevista imposible con... Stanley Kubrick. Por Fran Marí

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Tenía que acostumbrarme, eso de ir por el otro lado de la carretera resulta extraño para cualquiera. Metido en un 2 CV de finales de los cincuenta, una tartana, circulaba por el lado izquierdo de la carretera. Hacia apenas unos treinta minutos que había salido de la congestión londinense y ahora me dirigía a mi destino, una casona en mitad del campo de Hertfordshire. Me desvío y empieza mi tortura, un camino de grava, donde las ruedas del pequeño utilitario francés resbalan y hacen golpear una tras otra todas las piedras del sendero. Al fin logro detener el vehículo delante la puerta de la casa, salgó de él pero antes de tener tiempo de llegar a la puerta, tras ella aparece una cara conocida. Es Christiane, la mujer de mi entrevistado. Tras un amigable saludo, aún me recordaba de cuando perseguía a su marido en los estudios Shepperton durante el rodaje de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove, 1964), me conduce por los confortables pasillos retocados de madera. Tras cruzar un par de puertas y subir algún tramo de escalera, me abre una puerta dándome paso. En su interior tan solo se ve una sombra frente a unas pantallas, a la vez que me pregunta que quiero con el té ¿leche o limón? Es entonces cuando la luz de la habitación se enciende y una voz agradable pero firme dice: “Es español, tráele café”. Sentado en una silla giratoria y con la mesa de montaje a sus espaldas, apareció Stanley Kubrick.



Muchas gracias, aunque no me hubiera molestado…

Perdona pero hace tanto que vivimos en Inglaterra que olvidamos que la gente viene de otros sitios. Tú eres ese historiador y periodista verdad, ¿cuantos años hace que me vienes detrás?

Desde 1964 que le persigo para una entrevista…

Bueno, pues aquí me tienes.

Hablando de eso, ¿por qué este hermetismo?

Yo trabajo, yo vivo, yo hago cine, todo lo demás no importa. Además, cómo quieres que sorprenda al público si desde el minuto uno de rodaje os tengo a todos encima.

Creo que en cuanto a sorpresa no le faltan recursos…

Te refieres a mi último film ¿verdad?

Sin duda, pero antes. ¿Cómo consigue…

¿Saber qué vas a decir? Todo se trata de previsión y estrategia como en el ajedrez. Tranquilo no lo haré más.

Cine negro, cine épico, cómico, ¿cómo encaja "2001: Odisea en el espacio" en su filmografía?

Encajará cuando no me queden géneros por rodar.

Ya, pero ¿por qué la ciencia ficción?

Hijo, no le des demasiadas vueltas. Los entendidos querrán decir que tras este film hay una mente atormentada por el pasado, o una oscura faceta de su creador. Pero como puedes comprobar soy feliz y no tengo problemas, tan solo hago el cine que quiero hacer cuando lo quiero hacer.

Es decir, un carpe diem cinematográfico ¿no?

Más o menos.

¿A qué se refiere con los entendidos?

Críticos, teóricos, actores con cerebro, y cineastas carentes de él. Son ellos los que te impiden crear, la famosa “Meca” no es una casa de artesanía, es una fábrica de productos en serie.

¿Quiere decir que Hollywood ya no reluce tanto como antes?

Sin duda alguna, los años dorados han pasado y ahora ya nada sorprende, y lo que sorprende se tapa.

Respecto a eso, muchos hablan de usted como un renovador ¿usted lo cree?

De momento parece que sorprendo y hago que la gente hable cuando sale del cine. Algo es algo. Por cierto, tutéame, me hace parece demasiado mayor.

Hace poco estrenaste una película de más de dos horas de duración, pero con tan solo cuarenta minutos de diálogos, ¿por qué?

La imagen también es diálogo, un diálogo visual que el espectador puede captar de la misma forma que el hablado, incluso con más matices ya que cada mente puede comprender una escena de uno u otro modo.

Si te soy sincero, ni entendí la película ni me acabó de gustar.

Enhorabuena, eres el primer valiente. [Una sonrisa se describió en su cara, relajando su mirada.]

¿Valiente?

Hasta ahora no he recibido más que elogios respecto al film, y las críticas que se han hecho han sido desde el conocimiento. Eres el primero que me dice abiertamente que no entendió el film. Bravo. 
¿Quieres saber algo?

Por supuesto…

A mí tampoco me gustó. A pesar de presentarla, cuando la volví a ver, le encontré muchos fallos.

Lo que no me podrás negar es que eres perfeccionista.

Eso es lo que dicen todos, también dicen que soy temido por los actores y el resto del equipo. En realidad disfruto con mi trabajo y lo quiero hacer bien, y si por ello soy perfeccionista, pues lo soy.

Tal vez temido no lo serás, pero bien conocidas son sus, digamos, desavenencias con algunos actores.

Sin duda. Pero es normal, en el plató se tiene que debatir, hablar, y preguntar siempre el por qué. Lo que sí está claro es que el director, como su nombre indica, dirige, y los demás a pesar de mostrar sus opiniones tienen que aceptar las decisiones del máximo responsable de una película.

En numerosas ocasiones has tenido que lidiar con el carácter de los actores, ¿cuál ha sido el peor?

Dejando de lado las discusiones con Marlon Brando, que me llevaron a abandonar la dirección de El Rostro Impenetrable, el peor ha sido Peter Sellers en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú.

¿Sellers? ¿A qué fue debido?

Por un lado es un tipo maravilloso, trabajador y me entendía con él. Pero por el otro parece que sus personajes le hayan poseído. Aún no habíamos acabado de grabar las escenas del Capitán Lionel Mandrake, que ya empezaba con el Presidente Muffley, y del mismo modo con el Doctor Strangelove. Incluso llegó al extremo de querer interpretar casi todos los papeles de la película. Yo lo veía capaz, pero para el público hubiera sido una locura ver tan solo a Peter Sellers durante hora y media. Además, yo no lo había previsto así.

Cambiando de tema ¿en qué estás trabajando?

Ahora mismo, como bien sabrás pero educadamente preguntas, estoy realizando la pre-producción de la que, sin duda alguna, será mi mayor y mejor película. Una película sobre Napoleón.

¿Cómo es que un norteamericano, afincado en Inglaterra, decide hacer un film sobre un héroe francés?

En pocas palabras, soy raro.

No en serio…

Primero me reafirmo, soy raro. Después, hará unos años leí una pequeña biografía del personaje, cuyo autor no recuerdo, y quedé fascinado por el personaje, su vida, su éxito y su desdicha. Incluso me sentí identificado en su forma de ser. Simplemente quedé cautivo y me dije “Stan, cuando puedas, tiene que llevar esto a la gran pantalla”.

Intentaré reformular la pregunta. ¿Por qué una película sobre Napoleón?

Haría falta toda nuestra entrevista para responder a esta pregunta. Primero, me fascina. Se ha descrito su vida como un poema épico de la acción. Su vida sexual era digna de Arthur Schnitzler. Él formaba parte de aquellos hombres, raros, que sacuden la historia, moldean el destino de sus épocas y de generaciones futuras. En términos concretos, nuestro mundo es el resultado de Napoleón, tanto como el mapa geopolítico de Europa es el producto de la guerra.

Y, por supuesto, nunca ha habido una película válida o exacta sobre él. Encuentro también que todas las preguntas que le conciernen son extrañamente contemporáneas: la responsabilidad del poder y su abuso, la dinámica de la revolución social, la relación del individuo hacia el Estado, la guerra, el militarismo… No será entonces un gran espectáculo polvoriento, sino una película sobre las preguntas fundamentales de nuestra época como aquella de Napoleón. Pero, a parte de estos aspectos de la historia, la existencia misma de Napoleón posee la fuerza y las peripecias para hacer una biografía extraordinaria. Toma solo su relación con Josefina por ejemplo y tienes allí una de las grandes pasiones obsesivas de la historia.

Tal vez sabrás que una vez Napoleón dijo “Quel roman ma vie!”, ¿crees que si viera tu película diría “Quel film mon existence!”?

No lo sé. Pero realmente me gustaría que fuera así.

Muchos de tus films han visto la luz gracias a que leíste un libro. Por simple curiosidad, ¿qué libro tienes ahora entre manos?

Pues hace pocos días Terry Southern me regaló La Naranja Mecánica, de Anthony Burgess. Aún no lo he empezado pero creo que me va a durar muy poco.

¿La veremos dentro de poco en la gran pantalla?

No lo sé, eso te lo podré decir cuando la haya leído. Pero leyendo de qué va, sin duda hay un filón argumental.

Volviendo a Napoleón. Una de las partes más importantes de un film sobre un personaje en concreto es su protagonista, ¿ya has pensado en alguien?

Hay muchas opciones, una de las más atractivas es ese joven actor, Jack Nicholson. Me gustaría trabajar con él.

¿Ya ha habido algún contacto?

Mi fama me precede, y este comentario ya lo he hecho en diversas ocasiones, y por supuesto ha habido un contacto y él está claramente interesado. Pero no quiero concretar ni con él ni con nadie hasta terminar la pre-producción.

¿Cómo lo descubriste?

No lo recuerdo. Lo que sí recuerdo es cuando pensé en él para el papel de Napoleón. Hará unos siete años interpretó a un teniente del ejército napoleónico en un film de terror bastante modesto, El terror, donde se puede ver que las similitudes y las posibilidades son infinitas.

Y ¿cómo va la pre-producción?

Has llegado tarde, hace unas horas había aquí un sastre y un modelo que me han mostrado los diseños de la ropa que puede que utilice para el film. Si no hay impedimentos a principios de año empezaremos el rodaje en Rumanía.

¿Por qué en Rumanía?

No sabes lo difícil que es encontrar tropas y caballería que se preste a rodar un film. [El sarcasmo era más que evidente en su voz].

¿Qué tipo de investigación se debe realizar para llevar a cabo un película como esta?

Primera etapa: he leído todo lo que he podido encontrar sobre Napoleón. Me he introducido completamente en su existencia. He recorrido muchos centenares de obras sobre el tema, desde obras inglesas y francesas de la época hasta las biografías modernas. He obtenido todos esos libros para establecer la búsqueda. He dividido el tema por categorías, desde sus gustos culinarios hasta el clima del día de sus batallas; he construido un índice cruzado de todas las informaciones para crear una base de datos completa. Además de mis propias lecturas, he podio establecer una relación de trabajo con el profesor Felix Markham, de Oxford, un especialista de Napoleón desde hace treinta y cinco años, uno de los expertos mundiales. Está listo para responder a todas mis preguntas, a propósito de todos los libros que he leído o cualquier otra interrogación.

Estamos también creando maquetas de vehículos, de armas, de uniformes de la época, que haremos producir en grandes cantidades. Todos son copiados de los cuadros pictóricos o de descripciones detalladas de la época y éstas son exactas hasta el mínimo detalle. Ya hay veinte personas que trabajan a tiempo completo en la preparación de la película.

¿Qué películas sobre Napoleón has visto?

He intentado ver todas las películas filmadas sobre el tema, y debo decir que no encuentro ninguna que sea particularmente impresionante. He visto recientemente la película de Abel Gance, que, con los años, ha adquirido una reputación entre los cinéfilos, y no la encontré muy mal. Gance estaba técnicamente adelantado en su tiempo; introdujo técnicas nuevas muy inventivas. Eisenstein declaró que Gance hizo nacer en él su interés por la edición. Pero, en lo que corresponde al guión y a los actores, la película es bastante rudimentaria.

¿Qué opinas de la versión rusa de Guerra y Paz?

Está un poco por encima de las otras, y contiene algunas buenas secuencias. Pero no puedo decir que me impresionó. Hay una escena en particular que admiro: el Zar hace su entrada a un baile, todo el mundo se precipita para ver que hace, y luego se aleja febrilmente cuando él regresa. Esta escena captura la realidad de una situación. Por supuesto, la visión que Tolstoi da sobre Napoleón está tan lejos de una visión objetiva de historiador que no puedo culpar al director por la descripción que hizo. La película es decepcionante, y mas aún cuando tenía el potencial para no serlo.

¿Sabrás que Sergei Bondarchuk y Dino De Laurentiis están preparando un film sobre Napoleón?

Desde luego. Pero tan solo será la narración de Waterloo. Además, claramente se ve que destrozarán al personaje en favor de sus enemigos. Tan solo espero una cosa.

¿El qué?

Que su film no sea un fracaso.

¿Por qué?

Porque sino los precedentes para mi producción serán demasiado malos para que mi proyecto siga adelante.

¿Tanto miedo tienes que haya algún problema?

Todo cineasta sensato lo tiene que tener. Y tengo claro que no podré llevar a cabo todos mis proyectos.

Entonces, ¿te gustaría que otros lo hicieran por ti?

Llegados al caso, si el responsable decide seguir mis directrices o mis pautas para realizar algo que yo imaginé, sí. Si por el contrario, tan solo es para subtitular la película con un “La película que Stanley Kubrick imaginó” o algo por el estilo, que solo sirva para aumentar el caché del director, sin duda, no.

Es decir, ¿no quieres que lo hagan por dinero?

Hoy en día todo se hace por dinero, pero la verdad es que lo que debería convencerles sería llevar a cabo mi sueño, no la cantidad del talón al final de mes.

¿Aceptarías un proyecto por dinero?

Ya lo he hecho. Espartaco la acepté por dinero, pero también para hacer un favor a Kirk. Sabía que si esa súper-producción hollywoodiense llegaba a triunfar con mi nombre bajo el título, conseguiría hacer todo lo que quisiese. Y más o menos así ha ocurrido.

De tu filmografía ¿cuál crees que es tu mejor película?

Lo mejor está por venir.

Señor Kubrick…

Stan, por favor.

Stan, en serio.

De todas ellas, sin duda, la mejor es…

Fue entonces cuando su mujer entró con una bandeja, con tazas de café para los tres. Evidentemente, había dejado que hablara con su marido y descubriera que tras sus obras cinematográficas hay un hombre sencillo, trabajador y que disfruta con su trabajo. Ambos me invitaron a cenar y pasar la noche en esa acogedora casona típicamente inglesa. Sin duda, lo mejor estaba por llegar.


Consulta otra entrevista imposible con... Howard Hawks.
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